FRAN REL

DANI
Tras dejar a Gema en la estación, volví al pueblo. Me quedaba aún el mes de agosto de vacaciones pero iban a ser muy diferentes sin Gema. Además, las semanas que había pasado con ella y los demás habían significado un sablazo enorme a mis finanzas personales ya que, aunque Fran y Sonia corrieron con muchos gastos e invitaciones, tantas salidas y cenas me habían dejado la cartera temblando así que tendría que trabajar con mi padre todas las mañanas para recuperarme un poco.

Por la mañana, al despertarme, mi madre me comentó muy risueña “¿Sabes quién va a venir a pasar el verano? tus tíos, que han alquilado la casa de los braulios”. Era una casa que estaba al lado de la de mis padres.

Me quedé pensando que no me apetecía nada pasar todos los días con la misma incomodidad de las últimas semanas del curso, donde ella casi ni me hablaba ni me miraba. Me acordaba del beso que me dio el último día y tenía algo de esperanza de que ya se le hubiera pasado del todo el cabreo, pero a saber.

Mis tíos llegaron al día siguiente. Marisa iba normal, con unos pantalones cortos y camiseta, sin maquillar y sonriente con los niños. Me dio dos besos y no mucho más. Pasaron un par de días donde los dos nunca coincidimos solos, ni lo intentamos. Ella estaba en su papel de madre y pareja, todo el día con los niños o con mi madre así que poco a poco me fui relajando, ni la veía enfadada ni con ganas de algo, mejor así.

Todos los días la veía en la piscina del pueblo, con un bikini recatado pero Marisa destacaba sobre el resto de mujeres de su edad o incluso menores por el buen cuerpo que tiene.

Y una noche estábamos cenando y mi madre y Marisa hablaban de sus planes del día siguiente mientras yo estaba más ocupado con el móvil que escuchando. Entonces de repente escuché a Marisa decir “Pues que nos lleve Dani”. Levanté la cabeza y puse cara de no comprender y me dijo:

  • Mañana queremos ir al parque acuático pero tu tío dice que le duele la pierna, así que nos llevas tú ¿vale?
  • ehhhhh ¿cómo?
  • Sí, que ya se lo prometí a los niños

Y mi madre se puso también a insistir mientras mi tío y mi padre pasaban totalmente del tema. Al final tuve que decir que sí, y al día siguiente llevé en coche a Marisa y sus dos niños al parque acuático. Al principio, estaba incómodo pero Marisa seguía en su papel de madre y todo fue normal e incluso nos lo pasamos bien.

Y fue allí donde Marisa aprovechó para darme la “charla”. Estábamos en un banco sentados, vigilando a los niños que estaban metidos en una piscina cuando ella dijo:

  • Dani, lo que pasó…
  • ¿Sí?
  • Fue un tremendo error, ya lo sabes
  • Pues no, no lo sé
  • Sí, lo sabes, pero eres un chico de 20 años que piensa más con lo que tiene entre las piernas que con otra cosa
  • Vale pero nos lo pasamos bien
  • Sí pero es que soy madre, ya lo ves, y tengo mi pareja
  • Pero eso antes…
  • Ya, antes… pero no se va a volver a repetir, lo sabes ¿verdad?
  • Bueno, eso depende
  • ¿Depende?
  • De si te va a entrar otra vez una neura porque folle con otras

Marisa me miró seria y no dijo nada. Estuvimos un rato callados y luego dijo:

  • Ya me disculpé por eso
  • Lo sé
  • Mira, gracias a dios no ha pasado nada grave, ni tu tío se ha enterado ni nadie más
  • Pero…
  • Dani, imagínate que de eso se entera tu tío o tu madre o quien sea
  • Ya
  • Piénsalo, de verdad
  • Que sí
  • Pues eso, que no, no se va a volver a repetir

Nos quedamos callados y al poco, ella siguió:

  • Dani, en unos días cumplo 40 años
  • Ya
  • 40 años y haciendo locuras con el sobrino de mi pareja que tiene la mitad de edad que yo ¿tú ves eso normal?
  • ¿Te arrepientes?
  • Pufff, lo hecho, hecho está
  • Ya pero ¿Te arrepientes? porque yo no
  • De nada sirve arrepentirme o no

Nos volvimos a quedar callados un buen rato. Estaba dudando si insistirle o no ¿quería insistirle? Marisa me seguía pareciendo muy atractiva pero recordaba el follón de aquellas semanas mintiéndole, quedando con ella, con Marta y con Gema… como haciendo malabarismo con las tres… no me apetecía eso, quería cosas más normales. Entonces ella dijo:

  • ¿Le has confirmado a tu tío que te quedas en el piso?
  • No
  • ¿Por qué?
  • No lo he pensado bien
  • Por mí, no dejes el piso, pero no quiero tonterías
  • ¿Tonterías?
  • Ni insinuaciones ni nada
  • Ah, ya
  • Si te quedas pensando que va a haber algo entre nosotros, olvídate
  • Ya
  • Quiero que nos llevemos bien aunque sea incómodo al principio, pero solo llevarnos como “familia” ¿Entiendes?
  • Claro

Entonces llegaron los niños y dejamos el tema. No volvimos a hablar y volvimos al pueblo tranquilamente, con los niños riendo y Marisa con ellos.

No parecía que con Marisa fuera a surgir algo, y casi que me alegraba, no porque la hubiera dejado de ver atractiva sino que me quería centrar en Gema y Marta para el siguiente curso y de verdad que no quería otra vez la tensión y mal rollo con las tres. Así que por ese lado me quedé tranquilo pero un par de días después fue el cumpleaños de Marisa. Iban a salir a cenar y bailar ella, mi tío y mis padres, y me dejaron al cargo de los niños.

Mi tío llegó a mi casa y me dijo que Marisa me estaba esperando con las instrucciones para los niños. Salí pero antes recogí una bolsita, le había comprado una regalillo a Marisa, más en plan coña que otra cosa. Marisa me abrió y me quedé parado mirándola, estaba muy guapa, se había arreglado el pelo, maquillado, con taconazos y un vestido sugerente pero no provocativo, con algo de escote y falda a medio muslo, que era amplia, no ajustada. Me miró y dijo:

  • Bueno ¿Se me notan ya los 40 o no?
  • Ufff, estás tremenda Marisa
  • ¿Sí? ¿De verdad?
  • Sí, claro

Entonces llegaron los niños y dejamos el tema. Marisa me explicó donde estaba la cena de los niños y luego me llevó a otra habitación y me dijo bajito:

  • ¿Pueden dormir en tu casa?
  • ¿Pero no los tenía que acostar aquí?
  • Sí pero es que me gustaría tener la casa para tu tío y para mí, ya sabes
  • Ah, que quieres triunfar a lo grande jeje
  • ¿No me lo merezco?
  • No creo que pueda apartar las manos de ti
  • ufff, a ver si es verdad

Entonces le di su regalo. Le dije:

  • Felicidades Marisa
  • ¿Me has comprado algo???
  • Claro
  • Pero no tenías…

Y abrió la bolsa y sacó su contenido, un tanga negro muy pequeño. Me miró sorprendida y le dije:

  • Como me quedé con uno tuyo, pues…
  • Ah, jajaja ¿Aún lo tienes?
  • Claro
  • Que cochino eres

Se me quedó mirando y luego se rio y dijo:

  • No te lo debería aceptar por lo que te dije el otro día, pero bueno, te lo acepto, gracias

Marisa miró el tanga y dijo:

  • Pero ¿Esto tapa algo? (riéndose mientras lo mostraba en sus manos)
  • Lo mínimo
  • Ya veo
  • ¿No te lo pruebas?
  • Noooo, jajaja iría con toda la pelambrera por fuera, esto es para estar completamente rasurada ¿no?
  • ¿Ya no lo llevas afeitado?
  • No, aquello fue por ti, ahora solo me quito lo necesario para el bikini

Y me dio dos besos. Entonces me volvió a decir lo de llevar a los niños a mi casa y le dije que sí, que sin problema. Ella sonrió satisfecha, guardó el regalo, cogió un bolsito y me volvió a dar dos besos diciéndome:

  • Deséame suerte esta noche
  • No la necesitas
  • Nunca se sabe
  • Venga, que os lo paséis muy bien
  • Gracias
  • Y felicidades veintiañera
  • Tonto

Sonriendo y saliendo fuera.

Al día siguiente mis padres me contaron donde habían estado y que ellos no estaban acostumbrados a estar hasta tan tarde y blablabla pero era indudable que se lo había pasado bien. Pero cuando Marisa vino a recoger a sus hijos, sin hablar con ella supe que la noche no había terminado como ella esperaba por la cara que traía. Luego pude hablar con ella a solas y me lo confirmó, que mi tío estaba cansado y se sentía mal y no follaron, y Marisa estaba defraudada a tope.

Y esa tarde recibí un mensaje de Sara. Prácticamente no me había acordado de ella en todas las vacaciones. Habíamos follado de vez en cuando durante los exámenes pero no fueron polvos especialmente buenos, polvos para desatascar las cañerías, como quien dice. Incluso cuando nos despedimos para irnos a nuestros pueblos, la despedida fue un tanto fría con un “ya nos veremos el curso que viene” o algo así.

Sara empezó preguntando como estaba, que hacía, que se aburría, que menudo rollo de verano… y yo le daba conversación pero sin mucho interés. Entonces me dijo que mejor me llamaba, que no tenía ganas de escribir. Al teléfono volvió con lo mismo, que se estaba aburriendo, que todas sus amigas tenían novios… y entonces me dijo:

  • Mira, he estado pensando una cosa
  • ¿El qué?
  • La semana que viene son las fiestas del pueblo
  • ¿Y?
  • Que he pensado que te vengas, tengo las llaves de la casa de mis tíos y ellos están en la costa, no vienen hasta septiembre, así que nos podemos quedar allí
  • mmm
  • Y decirle a Gema de quedar algún día los tres, ir al piso, ella está allí ¿no?
  • Gema está trabajando
  • Pues vamos un fin de semana
  • No sé si podrá…
  • Ya veremos, pero tú te vienes toda la semana aquí
  • ¿Para qué?
  • Para estar conmigo, claro

Una semana entera con Sara… me daba dolor de cabeza solo pensarlo. Sara está buena, guapa y con buen cuerpo, pero no conseguía congeniar del todo con ella a pesar de haber follado varias veces. Le dije:

  • Mira, es que tengo cosas que hacer aquí…
  • Dani, estoy hasta los ovarios de estar aquí sola, o vienes o me vuelvo loca de aburrimiento
  • Pues lígate a uno de ahí
  • Aquí son todos unos borricos, paso de estos tíos
  • Pues a una tía
  • Claro, para que me pongan de bollera en el pueblo, ¿eres tonto o qué?
  • Sara…
  • Pasamos aquí unos días juntos y luego nos vamos al piso con Gema, tendrás ganas de follártela ¿no?
  • Bueno, hemos pasado julio juntos
  • ¿Qué?????
  • Nos fuimos a una casa que tenían alquilada unos amigos suyos
  • ¿Y NO ME HABÉIS LLAMADO?

Me reí por dentro, es que ni se me había ocurrido llamarla. Le dije:

  • A ver Sara, que somos amigos y ya
  • ¿Amigos y ya? Follamos juntos, gilipollas
  • Ya ¿y?
  • Ya podríais haberme preguntado
  • Es que unos amigos de Gema que yo conozco, nos han invitado, nosotros no podíamos ir invitando a otros
  • Joder pero se pregunta!!!
  • Pero…

Y la tía me colgó, se había cabreado de verdad. Miré el teléfono y pensé “Pues bueno, paso de esta tía” y seguí a lo mío. Esa noche me volvió a llamar y me dijo que había estado hablando con Gema:

  • La muy guarra, que ni se le había ocurrido llamarme, será zorra
  • Ya te dije que éramos invitados de otros
  • Bueno, dejemos el tema que contenta me tenéis… que dice que no puede quedar, que está fuera por el trabajo
  • Ya
  • Pero tú si te vienes ¿no?
  • Ya te he dicho que tengo cosas que hacer
  • Venga Dani, tengo ganas de verte
  • ¿Sí? ¿De verme? (muy sorprendido)
  • Sí, coño, de verte y de follarte ¿tan raro te parece?

Nos quedamos callados y dijo:

  • Mira, son unas fiestas de pueblo, vale, una puta mierda, pero te vienes, nos divertimos un rato y luego a follar
  • Ya
  • Y otro día te llevo a una playa que no hay lejos, o al campo si te gusta más…
  • mmm
  • Y te aseguro que tendrás todo el sexo que quieras, estoy necesitada, aprovecha jaja

Me dio hasta un poco de pena, sí que tenía que estar aburrida. Lo pensé unos segundos, si me quedaba en mi pueblo, sabía que de sexo nada, no había conseguido ni un pobre morreo en los días que llevaba allí, y luego estaba Marisa, que tampoco tenía ganas de estar viéndola todos los días, así que le dije que de acuerdo, que iba pero solo un fin de semana y le expliqué que durante la semana trabajaba con mi padre. Sara protestó un poco pero se conformó y empezó a hacer planes y planes.

SARA
Colgué y me quedé mirando el móvil «¿Por qué siempre acabo siendo yo la que le pida follar? es que ni una vez ha venido a pedírmelo, siempre lo he tenido que buscar yo… vale, no folla mal pero tampoco es una puta maravilla… bueno, comparado con Ale sí, claro, y siempre me corro con Dani pero, joder, que el tío no me ha llamado ni buscado ni una puta vez desde que empezamos a follar».

Me tumbé en mi cama «es un gilipollas, está bueno pero es gilipollas, siempre de niño bueno ¿es tan cortito que por eso no me llama para follar?». Pero no, sabía que tonto no era, buen chico pero no tonto, «pero conmigo se porta como un cabrón, tendría que estar detrás mía babeando pero no, pasa de mí hasta que lo llamo… joder, eso de que no babee me pone aún más, y me jode, pero más ganas me entran de que me folle»

Me levanté y pensé «se va a enterar este fin de semana de lo que es follar , ya te digo».

DANI
El viernes llegué al pueblo de Sara a eso de las 5 de la tarde. Había quedado con ella en una calle, la tenía que avisar al móvil cuando llegara porque ella iba a estar en una piscina con sus amigos.

La vi aparecer por una esquina con el pelo húmedo, una camiseta blanca tras la que se veía de lejos el bikini húmedo que llevaba debajo, y unos shorts muy cortos. La vi y tuve que reconocer que la chica estaba muy bien. Me saludó con la mano y llegó casi corriendo al coche. Se metió, me dio un pico y se quejó del calor que hacía. Entonces me dijo que fuéramos a la casa a dejar mis cosas y ponerme el bañador, que con ese calor, había que ir a la piscina.

Me guio hasta llegar a la casa. Entramos y me enseñó la casa y luego me llevó a un dormitorio. Y allí, abrió un cajón y sacó una caja de preservativos. Me miró con vicio y cogió uno, empujándome a la cama donde nos desnudamos y echamos un polvo rápido pero intenso. Pues sí que tenía ganas.

Luego me dijo que me pusiera el bañador y fuimos a la piscina que era de una amiga suya. Allí me presentó a varias chicas y chicos, y me llamó mucho la atención como se comportaba Sara, nada de la altivez de la facultad donde casi parecía que follaba conmigo para hacerme un favor cuando en realidad era ella la que siempre me buscaba para follar. Pero en el pueblo era otra, estaba simpática, cariñosa… me abrazaba, acariciaba el torso…

Esa noche comenzaba la feria del pueblo y salimos, bebimos, comimos, bailamos, nos enrollamos y volvimos a follar en la casa.

Al día siguiente volvimos a la piscina de la amiga y luego a la feria. Y por la noche, en un bar, me acerqué a la barra para pedir algo y una de las amigas de Sara se me acercó y me dijo:

  • Pues ya pensábamos que eras un invento de Sara
  • ¿Cómo?
  • Que lleva todo el verano hablando del hombre perfecto y no la creíamos

Me quedé sorprendido ¿Sara hablando de mí? La amiga continuó:

  • Además, siempre con la misma historia, que eras muy guapo, que estabas muy bueno y que había dejado a Ale por ti
  • ¿Eso dice?

La amiga estaba bastante borracha. Miré por detrás de ella por si veía al novio o Sara, para ver si se mosqueaban o algo pero no los vi. Entonces, la chica, se me acercó y me dijo casi pegada:

  • Y dice que la tienes grande y follas de puta madre

Y entonces la tía me pone la mano en el paquete y empieza a moverla mientras me mira con cara de vicio y me dice:

  • Si no tuviera novio, te la chupaba ahora mismo

Y yo con cara de “¿Esto qué es?”, me intenté apartar pero ella no paraba de mover la mano y mi polla empezó a crecer involuntariamente. Entonces va y me dice:

  • mmm pues tiene razón Sara mmm ¿Quieres que te la chupe?

Entonces llegaron las copas que había pedido y me aparté de la chica como pude. Volví con Sara y le di su copa. Al poco llegó la amiga y se morreó con el novio, y Sara conmigo.

Esa noche ya no pasó nada más raro. Cuando Sara y yo llegamos a la casa bastante borrachos, volvimos a follar y nos quedamos dormidos pronto.

El domingo amaneció prometiendo otro día caluroso a tope. Volvimos a la piscina de la amiga. Mi plan era irme antes del mediodía pero Sara me convenció para quedarme a almorzar. Luego fuimos a la casa a recoger mis cosas pero antes quería darme una ducha rápida para quitarme el cloro de la piscina.

Le dije a Sara que se duchara conmigo, con intención de echar un último polvo antes de irme pero ella dijo que no, que ella iba a volver a la piscina, y se puso a recoger el dormitorio. La escuché decir:

  • No te quejarás ¿eh?
  • ¿Cómo?

Y entré en la ducha. Entonces escuché como entraba en el baño y decía:

  • Del sexo
  • ¿Qué le pasa?
  • Que no te quejarás, que has tenido mucho

Me reí por dentro, mucho decía, como si hubiera sido algo excepcional ese fin de semana. En realidad había estado bien pero claro, comparado con los días con Gema, estaba muy lejos. Habíamos follado 4 veces en 3 días, cosa que estaba muy bien, pero es que la duración e intensidad de esos polvos no tenían nada que ver con los que echaba con Gema. No dije nada y ella siguió hablando:

  • Por cierto, ya te podías correr al mismo tiempo que yo
  • ¿Cómo?
  • Siempre me corro antes y tengo que esperarte

Lo que pasaba es que Sara no era como Marisa o Gema o incluso Marta, que se corrían varias veces. Sara con un orgasmo estaba satisfecha. Los polvos con ella eran mucho más cortos que con las otras.

  • ¿Y eso te molesta?
  • Joe, pues molestar no pero es que yo ya he acabado y tú sigues ahí follándome un rato más
  • ¿Y no te excitas de nuevo?
  • No, lo que quiero es descansar
  • Como no quieres que me corra fuera…
  • Pues mira, la próxima vez la sacas y te corres fuera si así terminas antes
  • ¿Dónde?
  • En mi cara no, que ya te veo venir
  • O me quito el condón y me la chupas hasta correrme ¿vale?

Sara se quedó callada. Me estaba cabreando con sus críticas, y le había vuelto el tonillo de superioridad que tanto me reventaba de ella. Entonces dijo:

  • Si ves que estoy llegando, pues te corres
  • Claro, voy a sincronizar mi excitación con la tuya para que descanses pronto
  • Joe, con Ale no llegaba al orgasmo porque se corría enseguida, y contigo llego pero tú sigues y sigues ahí… pufff, que coñazo

Eso ya me cabreó del todo, la tía quejándose porque duraba demasiado. La verdad es que me había acostumbrado a follar sin condón con Marta, Marisa y Gema y ahora, con el condón, duraba más, y con Sara era siempre con condón. Salí de la ducha y ella seguía allí. Vi como me daba un repaso sin disimular nada y como se excitaba, le habían entrado ganas de follar pero yo estaba mosqueado con ella. Cogí la toalla y me sequé mientras ella seguía callada, solo miraba excitada. Entonces dijo:

  • Aún es temprano

La miré, estaba clarísimo que quería echar un polvo. La verdad es que estaba muy atractiva, llevaba una camiseta de tirantes ajustada y una minifalda, y debajo el bikini, pero me había cabreado. Seguí secándome. Entonces dijo:

  • Podemos echar un polvo antes de irte
  • ¿Para qué? para que no te deje descansar porque tardo en correrme
  • Bueno, practicando lo mismo aprendes

La miré cabreado. Ella tenía su sonrisa de suficiencia y entonces tiré la toalla al lavabo y me acerqué a ella. Y tuvo que verme agresivo porque se echó para atrás hasta toparse con la pared. Me pegué a ella y le dije:

  • ¿Y por qué no aprendes tú a correrte más veces?

Vi que se había asustado un poco pero rápido se recuperó y me dijo en tono burlesco:

  • ¿Y me vas a enseñar tú? jaja

La cogí del cuello y ella jadeó. Nos miramos casi pegados. Entonces ella me cogió la polla y empezó a mover la mano. Se me puso dura de inmediato. No dejamos de mirarnos y ella puso mi polla entre sus piernas, tocando su bikini.

Bajé una mano y le subí la minifalda hasta la cintura. Luego tiré del nudo del bikini que calló. Entonces ella, una vez liberada del bikini, puso la punta de mi polla contra su coño pero no la pensaba follar aún. Metí mi mano entre sus piernas y llegué a su coño, que estaba mojado. Le metí un dedo y luego lo saqué para pasárselo por el clítoris. Sara seguía mirándome casi pegada y jadeó. Hizo ademán de acercar su boca a la mía pero me aparté. Le volví a meter un dedo y luego otro, y comencé a masturbarla mientras que con el pulgar acariciaba su clítoris. Estuve así hasta que vi que le iba a llegar el orgasmo y entonces paré.

Ella protestó con un sentido “nooo, sigue, sigue” pero subí esa mano y tiré del tirante de su camiseta y bikini hacia abajo, dejando al descubierto un pecho. La verdad es que me encantaban las tetas de Sara, eran perfectamente redondas y bien erguidas, ni grandes ni pequeñas, y con una bonita aureola y pezones que se ponían duros como piedras al rozarlos. Le acaricié la teta de forma brusca y luego le pellizqué el pezón. Ella jadeó pero no dijo nada. La giré y la puse contra el lavabo. Sara me miró a través del espejo y se inclinó esperando recibir mi polla. La cogí por las caderas y se la metí, sin condón, en un coño mojadísimo. La follé rápidamente hasta que se corrió. Luego, la puse de rodillas y chupó con ansia. Cuando noté que me iba a correr, se la saqué de la boca y me corrí en su cara. Sara cerró los ojos y aceptó la corrida sin moverse, intenté que no le cayera en los ojos y lo conseguí, casi todo estaba en su cara y boca.

La miré y entonces ella abrió los ojos, mirándome también, pero ninguno dijo nada. Me volví a meter en la ducha, había sudado mucho con el polvo. En la ducha pensé “joder, esta tía consigue cabrearme como ninguna otra… pero me he pasado, la he asustado y encima, la he follado como no le gusta… ahora estará cabreada y con razón, pero que le den, es una toca pelotas” pero rápidamente me fui apaciguando y me sentí mal “Bueno, me disculparé si no se pone muy borde”. Cuando abrí la cortina de la ducha vi a Sara delante del lavabo, secándose la cara con la toalla de mano. Vi que ya se había bajado la falda y recompuesto la camiseta. Además no vi el bikini en el suelo, ya se lo habría puesto. Entonces ella dejó la toalla y me miró, y me quedé esperando su bronca pero no dijo nada y pasaron unos segundos incómodos hasta que dije:

  • Por favor ¿Me puedes pasar la toalla? la he dejado ahí

Señalando al lado suya. Sara la cogió y alargué la mano pero entonces se me acercó y abrió la toalla y se puso a secarme. La miré sorprendido pero ella no paró y me secó el torso, brazos, la cara… todo suavemente. Luego la espalda, casi abrazándome, y el culo, pasando luego a mi polla y mis testículos. Estaba tan sorprendido que ni me sentía incómodo o raro, era sorpresa total. Luego Sara se puso de rodillas y me secó las piernas y los pies. Se levantó de nuevo y me volvió a dar con la toalla en el pecho, pero ahora era más con intención de acariciarme que de secarme. Y entonces dijo:

  • Me lo he pasado muy bien estos días

Yo seguía tan sorprendido que no podía ni hablar. Ella dijo:

  • ¿Tú no?

Carraspeé un poco y dije:

  • Sí, claro
  • El sexo entre nosotros está bien
  • Pero si hace un rato te has estado quejando de que te cansas conmigo y soy un coñazo follando
  • No, no he dicho eso, solo te hacía una sugerencia para mejorar en el sexo
  • ¿Ves? necesito mejorar
  • Ay, chico, no aguantas un comentario inocente

Y entonces se separó, echando la toalla al cesto de ropa sucia. Le dije:

  • Pensaba que ibas a estar cabreada
  • ¿Yo? ¿Por qué?
  • Por el polvo
  • No ha estado tan mal

Y entonces me sonrió. Pensé “no ha estado mal pero ahora estás rara de cojones, lo que estás es flipando”. Sonreí y le dije:

  • Un polvo del montón ¿no?

Sara cogió las toallas y salió del cuarto de baño sin contestar. Salí detrás de ella hacia el dormitorio para vestirme, viendo como ella iba con la ropa sucia a la cocina, imaginé que para poner una lavadora. Mientras me vestía, ella apareció y cogió las sábanas y se volvió a ir. Al poco volvió y me dijo:

  • Oye, ayer noche ¿Qué te decía Yoli en la barra?

Me quedé mirándola, menudo cambio de conversación, como si no hubiera pasado nada hacía 10 minutos. Le dije:

  • Que tú habías estado diciendo que has dejado a Ale por mí
  • Ya
  • ¿Es verdad que vas contando eso?
  • Es que aquí, eso de estar sin novio, es un poco humillante, tenía que decir algo
  • ¿Y has dicho que soy tu novio?
  • No exactamente
  • ¿No? pues eso me pareció, y que me has invitado para “mostrarme”
  • Bueno ¿Y a ti que te importa? has venido, te lo has pasado bien y has follado todo lo que has querido ¿no? pues los dos contentos
  • Con razón estabas cariñosa delante de tus amigos, estabas en plan novia
  • Sí, bueno, ¿Y qué? no lo somos ¿no? tú sigue follando con quien quieras, a mí me da igual
  • Claro
  • Pues eso
  • Y has ido contando que follo bien y la tengo grande
  • jajajaja ¿Y eso te molesta?
  • Tu amiga quiso comprobarlo

Sara me miró con los ojos muy abiertos:

  • ¿Quiso follar contigo?
  • No exactamente
  • ¿Entonces?
  • Me metió mano para comprobar mi polla
  • Ah jajaja ¿Y lo comprobó?
  • Sí, claro
  • Pues me alegro, que se muera de envidia la muy zorra

Me quedé pasmado, pensaba que iba a cabrearse pero estaba feliz. Entonces me dijo:

  • Esa zorra lleva años molesta porque yo fui la primera en pajear, chupársela y follar al novio
  • ¿Qué?
  • Hace mucho, cuando era una cría, él fue mi primer novio, y te digo una cosa, ya entonces, sin experiencia, supe que la tenía pequeña

Estaba sorprendido, con lo amigas que parecían… Sara siguió:

  • Me encanta que te cogiera la polla, habrá notado claramente lo pequeña que la tiene el novio jajaja, seguro que está muerta de envidia

Estuve a punto de contarle el ofrecimiento que me hizo la chica pero pasé, la veía contenta y no sabía si eso la jodería o no. Terminé de recoger mis cosas. Sara me ayudó y luego me despidió en la puerta, ella se iba a quedar para recoger y limpiar todo. Antes de irme me dijo que me pasara el fin de semana siguiente si quería, que no había problema. Le dije que ya veríamos.

En el coche, de vuelta a mi pueblo, pensé en el fin de semana. La verdad es que me lo había pasado muy bien. Y el sexo, aunque no tenía nada que ver con el de julio, ni remotamente igual de excitante o parecido, había estado bien. Sara tenía un cuerpo bonito y excitante, y eso siempre era de agradecer. Además, ella había parecido otra persona durante todo el fin de semana menos en la charla que habíamos tenido al final, que vi a la Sara que yo conocía, muy superficial y a la que le importaba más las apariencias que otra cosa.

SARA
“Que cabrón, cuando quiere folla genial” pensé mientras terminaba de arreglar la casa. Me paré y pensé “bueno, folla bien siempre, hay que reconocérselo, pero el polvo del baño ha sido, uffff, me temblaban las putas piernas”. Entonces meneé la cabeza con incredulidad “joder, me ha vuelto a poner super cachonda que se muestre agresivo e intimidante, como aquella primera vez en el cuarto de Gema”.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s