SERGIO CANEVA
El futuro…
esa página en blanco
aún sin escribir,
en la que muchas veces
garabateamos proyectos,
sueños, ilusiones,
como si fuese
un ayuda memoria,
que permanentemente
nos recuerda los objetivos.
La que en más
de una oportunidad,
por diferentes motivos
o situaciones,
la borramos y volvemos
a garabatear,
con nuevos planes,
nuevas ilusiones,
nuevas esperanzas.
Esa que permanentemente,
como si fuese una alarma
nos indica, qué tan lejos,
o tan cerca estamos
de lograr lo deseado.
La que nos atormenta,
o nos alegra…
La que en el peor de los casos,
escribimos a fuego en ella
nuestras frustraciones,
los “yo no puedo”,
“no sirvo”, “soy un inútil”
Escritos que nos condicionan
para seguir transitando,
para poder afrontar la vida.
“El futuro”
esa página en blanco,
que nos sorprende
gratamente como
un beso robado a tiempo,
o intempestivamente,
como puerta que se cierra.
Otras, llegan calladamente
como día después de la tormenta.
Pero lo único seguro,
que a ciencia cierta sabemos
es que cada día
estaremos más viejos
y llegado el momento
hemos de partir.