MOISÉS ESTÉVEZ
Salía del metro tras haber acompañado a Natasha a su apartamento. Se
sentía optimista e ilusionado y le apetecía compartir el momento con alguien, a
poder ser con un amigo. Pasaría por un 7-eleven y buscaría a Russel – un par
de buenos bocadillos y dos americanos dobles – pero en ese preciso instante le
sonó el teléfono…
- Hola Nick. ¡No te vas a creer lo que tengo que decirte! –
Lo que Abraham le contó al detective en ese momento lo dejó atónito… - En una comisaría del sur de la isla se ha presentado una chica que se
había identificado como Karen Parker. Dice haber escapado del secuestro por
parte de un psociópata que quería matarla. La ha tenido retenida durante
horas, no sabía exactamente cuántas, ya que había perdido la noción del
tiempo. Por lo visto, y esto es lo más increíble, aprovechó que al individuo en
cuestión le dio lo que a ella le pareció un infarto para poder escapar. Creo que
en la historia de la Policía de Nueva York nunca se había cerrado un caso de
esta forma – - Prudencia socio. Tendremos que contrastar la declaración de Karen
con las pruebas que encontremos y las que ya tenemos para relacionar al
energúmeno este con los otros casos – - Es cierto, pero, o mucho me equivoco, o creo que la cosa puede estar
muy clara en poco tiempo, por muy surrealista que nos parezca. Los técnicos
van de camino hacia la dirección que la chica nos ha facilitado. La ubicación no
era muy precisa debido a que se encuentra algo dispersa y aturdida
seguramente por efecto de alguna droga que le fue suministrada, pero no creo
que tarden en dar con el lugar exacto – - Está bien. Espérame en comisaría y nos vamos juntos a ver a Karen.
No tardo nada – dijo Nick todavía sin poder creer lo que estaba pasando. Se dio
media vuelta y volvió a coger el metro – tendré que dejar el café con
Caracortada para más tarde… –