ALMUTAMID

La gracia de la pillada, que no fue tal si mi novia no se lo hubiera tomado tan a pecho me costó una temporada de sequía. No lo habíamos hablado ni tampoco tenido oportunidades por no tener sitio disponible, pero cuando dando un paseo o al despedirnos se me iba la mano demasiado dentro de su falda me paraba entre besitos nerviosos, que es su forma de decir “Aquí, no”.

Así que me tocó armarme de nuevo de paciencia y con cariño demostrarle una vez más que ella me interesaba por mucho más que el sexo que practicábamos. De hecho, no discutimos en toda la semana notándola muy concentrada en preparar los exámenes de prueba para sus alumnos antes de los exámenes que tendrían que superar en septiembre.

El miércoles llegaron Mikel y Viqui del País Vasco pero no los vimos. De hecho Viqui quedó el jueves sola con las chicas por lo que yo quedé libre por la tarde. Como no éramos suficientes para jugar el partidito Pablo directamente me llamó para tomar unas cervezas.

Tras un rato contándonos las vacaciones Pablo me soltó una pregunta que no me esperaba:

-¿Qué tal te va con Alba?
-Pues muy bien.
-¿En todos los sentidos?
-Si te refieres a lo que creo que te refieres no tengo queja.
-Me alegro, la verdad es que se os ve bien.
-¿Por qué me lo preguntas?- quise saber.
-Estoy teniendo dudas con Leyre.
-¿Y eso? ¿Habéis discutido?
-No, no es eso.-respondió algo preocupado.

Sospechaba que entre ellos estaba fallando algo. No era la primera vez y a mí mismo me sorprendía la duración de su relación teniendo en cuenta al Pablo que yo conocía. Así que le di pie:

-Si me lo quieres contar.

Pablo suspiró preocupándome algo más y buscando cierta discreción me dijo bajito:

-Leyre y yo hemos hecho un trío con otra chica.
-Y no ha salido bien. No le gustó y está enfadada…
-No, que va. Si no es ella, soy yo. Es una sensación rara que tengo.

Recordé mis experiencias en tríos y las dos acabaron mal. Con Blanca y Dani utilizado para su placer, y con Heidi y Heike, aunque en ese momento fue muy morboso, después me sentí mal por la forma como Heidi se había ido. Por mucho morbo que puedan dar no es una situación siempre satisfactoria. Aunque el recuerdo de dos chicas peleándose por mi polla a lenguetazos y chupadas hizo revolverse algo dentro de mis calzoncillos. Pero Pablo me contó:

-No es la primera vez, si hasta te metimos a ti en uno.
-Ya, ya. No me lo recuerdes.
-Encima que te la come mi novia con lo bien que lo haces, te quejas…
-No todo es eso.
-Lo sé, si ese es mi problema.
-A ver, cuenta…-lo invité a que se explicara.
-Después de aquella vez contigo y la pelea con Nieves y tal nos dejamos de tonterías. Terminamos cortando.
-Me acuerdo.
-Pero volvimos y estábamos muy bien. Pero tú ya conoces a mi novia siempre inventando. Y un día me suelta que quiere que probemos con otra chica más. Que si a ella no le importa verme disfrutar. Yo no quería te juro que ya no.
-¿Ya no?
-Joder, Luis. Yo ya me he montado tríos antes.
-Joder, siempre lo has tenido fácil con las tías, pero ¿tanto?
-¿Te acuerdas el viaje en el instituto a Madrid?
-Claro.
-Qué me quedé una tarde en la habitación mientras estabais todos cenando.
-Claro.
-En el mismo hotel había otro instituto de Valencia.
-Sí…
-Pues me lie con dos tías en su habitación.
-¿Te las follaste?
-Noooo. Pero nos metimos mano y me la menearon a dos manos.
-Qué cabrón…
-Y cuando fui con el equipo de remo a los campeonatos de España en Galicia ahí sí que me lo monté con dos palistas catalanas.
-Joder. Eres lo que no hay. ¿Cuál es el problema a ahora?
-Pues es Leyre.
-Que no le ha gustado.
-No. Al revés. Que la vi muy implicada con la otra chica. Y creo que está dudando.
-Pero ¿te ha dicho algo?
-No.
-La paranoia es sólo tuya.
-Tío, que yo estaba allí. Y vi lo que vi. Que hubo un rato que yo sobraba, no sé si me entiendes.

Recordé de nuevo la incomodidad de Heidi cuando Heike la acariciaba y hasta la besó. Por lo que me contaba Pablo, Leyre no había tenido esos reparos sino todo lo contrario y ahora era él el que se había sentido celoso.

-Celos entonces- respondí.
-No. No se va a ir con esa tía. Pero yo creo que a lo mejor va a dudar de lo nuestro. Yo que sé. A lo mejor me estoy comiendo la cabeza yo solo montándome la película pero yo vi demasiada complicidad.
-¿Y no consiste en eso?- pregunté.
-Pero no así…-y acercándose más a mí continuó- Mientras me la comían entre las dos estaban mirándose con sonrisitas, caricias y hasta comiéndose la boca un momento olvidándose de mí. ¿Tú eso cómo lo interpretas?
-Que se lo estaba pasando bien.
-Ufff, Luis. Esto es una mierda. Yo tada la vida buscando estas cosas y ahora no quiero.
-¿Se lo has dicho?
-No.
-Empieza por ahí.
-¿Y si no le gusta?
-A lo mejor es lo que espera de ti. Que pienses en ella por delante de todo lo demás. Que no necesitas otras cosas porque con ella tienes bastante…

¿Le hablaba a Pablo o me hablaba a mí mismo? Parecía afirmarme a mí mismo todo lo que sentía por Alba y como el sexo era parte constitutiva pero no única de una relación. El sexo era instrumento de declaración y no sólo de placer. Me gustaba disfrutar con Alba pero quizá ya no disfrutara sin ella. Y Pablo, que había sido tan despegado ahora se daba cuenta de lo mismo, pero con una dferencia. Yo la cagué antes pero tenía claro como no me iba a equivocar con Alba. Así que con naturalidad le insistí:

-Pablo, si de verdad la quieres sólo tienes que expresarle tus temores. Quitarte ka careta de macho alfa que todo lo soporta y que puede con todo y reconocer que tienes miedo por tu relación y que lo pasaste mal viéndola disfrutar.
-Se va a molestar.
-¿Y cómo lo sabes?
-Porque fue idea de ella.
-A lo mejor pensaba en ti…y lo hizo por darte un aliciente. Pero es algo que no vas a saber si no lo hablas. Y si te lo callas al final saldrá por otro lado y en un mal momento seguro.
-Lo pensaré.

Pero para quitarle hierro al asunto con guasa le pregunté:

-Bueno, y la otra qué ¿Estaba buena?¿Te la follaste?
-Jajajajaja, que quieres que te diga. Una tía de 25 tacos con montón de experiencia. Cuando me vio el pollón- soltó sin modestia- le pidió permiso a mi novia para montarse.
-Y tú novia se lo dio…

Se quedó pensativo.

-Tío, háblalo con ella. Te digo yo que creo que estáis en la misma onda.

Justo en ese momento llegaron las chicas a buscarnos. Viqui se había ido a su casa y Nieves no estaba en la ciudad por lo que vinieron a buscarnos al bar pero no pedimos nada más. Nos fuimos cada pareja por separado tras saludarnos.

De vuelta a casa le conté a Alba la conversación sin entrar en detalles del trío. Sólo de las dudas de Pablo. No quería romper su confidencialidad. Le expliqué mi consejo y mi novio lo vio muy razonable. Celebró mi buen consejo con un largo beso. No sé qué habrían hablado las chicas pero venía cariñosa. Aunque mi mano colándose por su muslo en la puerta de su casa al despedirnos fue retenida por una sonrisa y varios besos. Seguíamos a pan y agua. Pero me tocaba aplicarme mis propios consejos.

Ese fin de semana Alba tenía reunión familiar fuera de la ciudad. Aunque sus padres me habían invitado yo decliné pensando que era demasiado pronto para estar tan metido en familia. Alba, quizá evitando alguna situación incómoda aceptó la idea por lo que me fui con mis padres a la playa tranquilamente. Fue un fin de semana de absoluto descanso dejándome recibir caprichos por parte de mis padres.

Mi madre no comentó el tema de la pillada ni yo quise sacarlo. Así que me tocaba vivir mi primer fin de semana sin mi novia en meses. Y os voy a confesar algo. Se me hizo muy largo y no fue por la falta de sexo.

Como dos tórtolos nos pasamos todo el fin de semana mandándonos mensajitos. Incluso nos mandamos fotos desde la cama aunque sn contenido sexual. Aunque no os niego que si la hubiera tenido conmigo ese fin de semana no se escapa aunque hubiera tenido que llevarla a un hotel. Ya veríamos como se daba el reencuentro. Y más cuando el sábado por la noche nos hablamos de quedar y me dijo:

-Mis padres no vuelven hasta el martes. ¿Me recoges en la estación de autobuses?
-Y en cualquier sitio donde estés….
-Vale…mañana nos vemos, que tengo muchas ganas de estar contigo.

¿Cómo interpretaba yo ese estar contigo? Mi polla lo hizo por mí pero no sé si era impulso o verdad. Fuese como fuese al día siguiente estaríamos juntos.

Mi gozo en un pozo. Pues al recoger a Alba en la estación de autobuses venía con su hermano. Así que descartado polvo tranquilo en su casa. La cosa se complicaba. Ni me lo planteé. La recibí ocultando mi decepción, los llevé a su casa en el coche y tras soltar a Javier y las bolsas que traían Alba y yo nos fuimos a cenar solos a una pizzería en el barrio.

Alba estaba contenta. Lo llevaba notando así desde el jueves cuando vino a buscarme estando con Pablo. No sabía el motivo pero no era yo. Así que supuse que sería algo de las chicas así que le pregunté:

-Oye, no me has contado nada de la reunión de chicas del jueves. ¿Qué tal Viqui?

-Muy bien. Está muy contenta.

Sospeché que no sería porque Mikel le había contado lo del traslado, pero dejé que ella me contara.

-Mikel le ha propuesta que se vayan a vivir juntos.

-¿Y no le ha dicho lo del traslado?

-Espera…-me pidió para poder explicarse- Que sí. Que se lo ha dicho. Y que si lo trasladan le gustaría que ella se fuera con él. Pero claro con la carrera a medias y tal y estudiando iba a ser complicado y todo eso, y entonces él le ha pedido que vivan juntos aquí para que cuando llegue el momento de irse no sea tan brusco.

-¿Y ella que ha dicho?

-Que se lo tiene que pensar.

-¿Cómo?- pregunté asombrado.

-Jajajajaja. En realidad está deseando.

-Entonces ¿por qué le ha dicho eso?- pregunté asombrado.

-Porque ella necesita pensar como organizarse con los estudios llevando una casa. Cocinar, lavar la ropa, limpiar la casa…

-Pero lo harán entre los dos supongo.

-Claro, pero a ella ahora se lo hacen casi todo en casa.

Mi cara de asombro debía ser tan evidente que Alba me explicó:

-No es lo que estás pensando. No es por vaga. Mikel ya está acostumbrado a llevar la casa solo. Lo que Viqui tiene miedo es que tengan peleas o malos rollos por la casa.

-¿Y entonces?

-Ya tiene decidido irse con él. Pero es que hay más.

-A ver…-dije pensando que sería algo tan banal como planchar la ropa.

-Mikel le ha dicho que si sale bien la prueba de convivencia y lo trasladan que se casen.

-No…

-Sí, jajajajaja ¿te imaginas? Una amiga ya casada…

-Pero si Viqui tiene ¿21 años?

-¿Y eso que tiene que ver?- contestó indignada mi chica- Si crees que es la persona definitiva ¿por qué no hacerlo?

-Bueno, va. ¿Qué ha dicho ella?

A Alba se le notó en la cara que mi respuesta poco favorable al matrimonio temprano no le había gustado del todo.

-Pues ha sido muy prudente. Ha dicho que vayan poco a poco. Primero vivir juntos y después pensarlo mejor, pero está emocionada. Nos lo contó con las lagrimas saltadas. Tenía miedo de quedarse sola con Mikel allí arriba y ahora dice que han sido las mejores vacaciones de su vida.

-Si son felices, me alegro por ellos.

-¿Verdad?- me preguntó Alba agarrándome de la mano.

Después cambiando de tema me preguntó:

-Y Pablo ¿qué se cuenta?

-Nada, sus historias con Leyre.

Evidentemente no le iba a contar los detalles del trío que se habían montado y la causa de las dudas de Pablo por lo que se lo traduje de forma que lo entendiera sin generar escándalo en mi chica ni romper la confidencialidad de mi amigo.

-Pablo se da cuenta de que está más pillado de lo que pensaba y cree que ella no lo está tanto.

-Uff, eso es lo peor en una pareja pero yo creo que el amor es asimétrico.

-A ver, explícame eso.- inquirí.

-Pues que siempre una parte pone algo más que la otra. Es inevitable.

-¿Y entre nosotros pasa eso?

Alba puso una sonrisa y me sorprendió levantándose de la mesa para sentarse en mi rodillas y tras darme un pico rodeando mi cuello con sus brazos responderme:

-Tú eres perfecto. No puedo pedirte más.

Tocaba responder y mis quejas sobre sus remilgos a tener sexo si alguien lo sabía y tal, pero volvió a sorprenderme al preguntarme:

-¿Te quieres quedar a dormir conmigo esta noche?

No me lo esperaba y algo desconcertado respondí:

-¿Y tu hermano?

-En su cuarto. Que si no te apetece, pues nada que…

-Sí, sí, claro que me apetece…-balbuceé justo antes de que me diera un beso.

¿Qué le estaba pasando a mi novia? Bronca una semana antes porque mi madre sospechaba que habíamos estado follando y nos había pillado pero no se había enfadado, ahora me propone dormir en casa con su hermano y no esconde su cariño incluso sentándose encima de mí en público. La psicología femenina es uno de los mayores misterios de la humanidad, pero no me iba a quejar.

Regresamos a su casa abrazados pero al entrar en el piso nos encontramos sorpresa. Y temí tormenta. Javier no estaba solo ¿y quién lo acompañaba? Pues Paula. Nos quedamos cortados pues era evidentemente, que aunque estuvieran en la sala de estar viendo una película no habían quedado para eso pues mi cuñado andaba en calzoncillos y su ¿novia? con una camiseta que él le había prestado y sin sujetador por el bamboleo de sus enormes pechos ante cualquier movimiento.

Pese a nuestra estupefacción la chica nos saludó cariñosamente preguntándonos por el verano mientras mi novia respondía muy cariñosa aunque algo cortada. Reconozco que temiendo una situación desagradable sabiendo el temperamento de mi novia en esas situaciones me excusé para llamar a mi madre para avisarla de que no dormía en casa.

Al regresar a la sala para decirle a Alba que mi madre le mandaba besos me encontré con la charla amistosa de las dos chicas mientras mi cuñadito veía la tele. Nada más verme aparecer mi chica se despidió para irnos a dormir con la excusa de que madrugábamos al día siguiente. Ahora ya sí que descartaba que hubiera polvo esa noche.

Al llegar al dormitorio y cerrar la puerta Alba me preguntó:

-¿Lo has visto? ¿Te lo puedes creer?

Pensaba que estaba indignada por haberse traído a Paula a casa pero no era así pues siguió diciendo:

-¿Cómo puede engañarla de esa manera? Me han entrado ganas de decirle lo cabrón que es mi hermano, pero me he contenido para no montar un pollo. Pero éste se entera cuando estemos solos.

-Pensé que te molestaba que hubiera traído alguien a casa.

-Yo te he traído a ti y si Paula es su novia. Pero lo que no le voy a consentir es que yo sea su cómplice en sus engaños.

-Él decía que tenían una relación abierta.

-Abierta ni abierta, Luis. Es un caradura. O estás o no estás. ¿Ella lo sabe? Porque si lo sabe me callo. Pero si la está engañando le corto los huevos para que se le quiten las ganas al niñato…

-Shhhhh, relájate- la calmé abrazándola.

Nos quedamos quietos un rato en silencio mientras la respiración de mi novia se iba serenando. Noté como al principio se dejaba abrazar por mí hasta que fue ella la que se agarró con fuerza a mi espalda.

-Ay Luis, no sé qué haría sin ti…- fueron sus palabras antes de irse al baño.

Regresó y yo aproveché también para ir. Cuando entré al dormitorio me encontré a Alba sólo con sus braguitas doblando su ropa. Cerré la puerta y me quedé observándola. La visión de sus pechos desnudos siempre me encendía pero dada la situación no me atrevía.

-Anda vamos a la cama- me dijo con naturalidad- Desnúdate.

Me quedé en calzoncillos y me fui a la cama comprobando que ella no se ponía el pijama y se venía a dormir así. Con la puerta cerrada y la cortina no entraba una gota de aire y hacía calor por lo que supuse que ese era el motivo de su desnudez. Pero me iba a costar dormir así y más cuando Alba se echó en mi hombro para acariciar mi pecho. Mi bulto no tardaría en aparecer.

-Luis, ¿tú crees que nosotros podríamos convivir como Viqui y Mikel?

-Ya lo hemos hecho…

-Pero no de vacaciones. Digo normal, de diario. Todos los días…

-Yo plancho fatal…-dije de broma.

-Y yo, jajajaja. Íbamos a ir con la ropa arrugada.- siguió la broma mi chica, pero continuó después- Da igual. Mi padre nunca me dejaría vivir contigo sin estar casados.

-Cuando seas una mujer independiente que gana su sueldo tu padre no tiene nada que decir.

-¿Y cuánto falta para eso? Me dan tanta envidia…

-Pues aprovecha que hoy me tienes…

Alba se giró para mirarme clavando sus tetas en mi pecho. En la penumbra me pareció distinguir que sonreía pero no me dio tiempo a comprobarlo pues sus labios se pegaron a los míos.

Estuvimos besándonos un buen rato entre caricias en silencio. Yo todavía no terminaba de creerme que con su hermano en casa nos estuviéramos enrollando por lo que pensé que pararía dejándome con el calentón pero cuando le dije que no tenía condones simplemente me respondió: “No me hagas un bebé…échalo fuera”

Eso fue el pistoletazo de salida de mi deseo contenido haciendo que la volteara quedando yo encima de ella para irme de cabeza a por sus tetas lamiendo, chupando y succionando sus pezones haciendo que la risilla que había salido de su boca al girarla se fuera transformando en respiración profunda y ligeros gemidos. Me vine tan arriba con sus tetas que continué bajando su cuerpo sacándole las bragas para tras acariciar su raja comprobar que estaba empapada y se estremecía con mi caricia.

Lo lógico en ese momento habría sido clavársela sin piedad, pero a pesar de que mi churra estaba lista desde hacía un buen rato no pude reprimirme colando mi cabeza entre sus piernas para chupar y succionar el jugo de su deseo haciendo que arqueara su espalda y reprimiera sus gemidos llevando sus manos a su cara y a mi cabeza. Notaba que se iba a correr en breve por los tirones que me daba del pelo. Más que mojada mi chica estaba encharcada. Me mojaba la boca y la barbilla con su flujo vaginal así que ya no aguanté más y bajándome el calzoncillo lo suficiente para sacar mi churra tiesa y mis pelotas remonté su cuerpo para dirigir mi misil a su diana.

Casi me quemo cuando mi glande entró en contacto con su chocho. Estaba muy encendida. Y yo tan enervado que tras hundir mi nabo en sus entrañas dejando escapar todo el aire de mis pulmones mientras mi chica se estremecía empecé a follarla con buen ritmo. Esta vez sus gemidos se ahogaban en mi boca mientras sus manos tomaban posesión de mis nalgas apretándolas como pidiéndome que se la clavara más profundo.

Evidentemente mi chica explotó en un orgasmo con un gritito ahogado entre mis labios mientras yo apretaba para insertarme al máximo en su coño disfrutando de sus temblores y contracciones. Pero no le di mucha tregua y en cuanto su respiración se fue relajando empecé de nuevo a penetrarla con cierta fuerza mientras sus gemidos ahora se perdían en mi s oídos y sus brazos agarraban mi espalda como si no quisiera que me saliera nunca de ella.

Por más que quisiéramos no podíamos follar así en silencio pues nuestras respiraciones y sus leves gemidos nos delataban. Pero estábamos entregados el uno al otro de tal forma que sólo pensábamos, yo en el cuerpo sobre el que me clavaba y ella en el cuerpo que la atravesaba. De hecho se le escapaba de vez en cuando entre gemidos mi nombre:

-Luiiiiiiis….

Un nuevo temblor me avisó de su segundo orgasmo que se hizo efectivo mordiéndome el hombro para acallar un gritito. Me hizo daño pero un daño placentero. Mi novia se corría empapándome las pelotas con mi churra clavada en ella llenándome de una inmensa satisfacción pero cuando intenté retomar la follada me rogó que parara porque estaba muy sensible.

Me salí de ella que tragaba saliva entre temblores y llevado por la lujuria del momento me subí a horcajadas sobre ella ofreciéndole mi polla en la cara. Todavía relamiéndose del orgasmo la aceptó pero le resultaba incómodo subir y bajar la cabeza para comérmela bien por lo que fui yo el que apoyando mis manos en la pared empecé a follarle la boca mientras mi chica succionaba. Parecía retorcerse de placer y así me iba a exprimir rápido.

Cada cierto tiempo me salía de ella para que respirara mejor pero ella misma me empujaba con su mano para que volviera a follarme su boca. Yo la vi tan caliente aun que le pedí entre susurros que se tocara. No podía ver si lo hacía pero mi polla me avisaba que mis huevos se vaciarían en breve a través del cosquilleo que la recorría desde los testículos hasta el glande. Ya faltaba poco, con tal casualidad que una de las veces que mi chica abrió la boca para dejar escapar mi polla y recuperar la respiración se me escapó el primer chorro que debió impactar sobre su cara o su pelo. Pero al sentirlo atrapó de nuevo mi polla succionando haciendo que los siguientes lefazos fueran a su boca y mi placer se multiplicara.

Cuando ya no me quedaba más néctar que ofrecerle noté que su mano se removía por debajo de su cuerpo mientras mi chica tragaba saliva acompañada de mi semen. Su boca abierta de golpe y la forma como apretaba los ojos coincidieron con el cese de los movimientos de su mano. Se estaba corriendo otra vez. Me bajé de ella para tenderme a su lado y abrazarla mientras su cuerpo casi convulsionaba arqueando la espalda y tensando las piernas. No podía dejar de admirarme del placer de mi novia doblemente satisfecho por el recibido.

Cuando al fin se relajó respirando con la boca muy abierta como si hubiese tenido falta de aire durante su orgasmo se abrazó a mí besándome para decirme:

-Luis, lindo…qué cosas me haces…

Abrazados entre caricias nos quedamos dormidos llenos de sudor y de los restos de nuestro amor.

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