SERGIO CANEVA
La alquimia corroída, en tardes de sosiego,
agotó mis esfuerzos, al fuego lo extinguió,
transformó a la vida en cripta profanada,
donde no hallo más nada… ¡alguien! se lo llevó.
Despojo los desechos de amores olvidados,
pero permaneció anclado, su perfume… su voz,
me mostró las miserias de brazos que extendieron
pero que se cerraron… ¡Antes que llegue yo!.
Un gélido almizcle se coló en la ventana,
inundando la alcoba donde el sol eclipso,
donde espera la cama, paciente… la manera
de reponerme las fuerzas, de un día sin tu amor.
Luciérnagas transportan en sus alas mis penas,
arrebatan del viento lo que de ti quedó,
pero es vano el esfuerzo todo tiene un momento,
la alquimia de un día… hoy por hoy ¡Se agotó!