ROM19

Capítulo 13

Carmen

Eché un par de horas de siesta de la que yo personalmente estaba tan necesitada otra vez por segundo día consecutivo. Me espabilé gracias a las caricias que me hacía mi novio por todo el cuerpo, junto a los puntazos con los que se aliviaba usando mi entrepierna y mis nalgas.

-Hola cielo, -le dije volviendo mi cabeza para mirarle a los ojos-, ¿Qué haces?

-No estaba muy cansado, así que he estado husmeando por Internet, localizando y leyendo algunos de esos relatos donde se trata eso que me pasa a mí, bueno ellos le llaman cornudos y todo eso. Los comentarios son algunas veces más elocuentes que los relatos, sobre todo porque son totalmente anónimos y algunos nos ponen a bajar de un burro, pero otros solo desean ser como nosotros y más aún si somos conscientes de lo que hacen nuestras mujeres. Algunos incluso se excitan solo de pensar que alguna vez, igual su mujer le ha puesto los cuernos.

-Ya te lo dije, hay de todo y muchos de ellos están toda la vida frustrados porque sus mujeres nunca se prestarán a ponerle los cuernos. ¿Y por eso estás tan caliente? -Terminé por preguntarle.

-Me tranquiliza que haya más personas a los que les pase lo que me está pasando a mí últimamente. ¿Qué piensas sobre eso de que Richard quiera venir a verte el domingo?

Pues sí que tardó mucho en preguntármelo. Estaba claro que me pasaba a mí todas las decisiones sobre eso de irle poniendo los cuernos. Aquello necesitaba de ciertas aclaraciones de cara a un futuro, tenía que saber a qué atenerme para que la cosa no se me fuera de las manos.

-¿Contigo presente? -Le espeté sin pensármelo dos veces. A ver, yo quería contar con su presencia, pero también quería saber qué era lo que a él más le ponía.

-Sí, claro, ¿No? -Me respondió algo confuso-, además, si viene a verte aquí, estaremos los dos.

-También puedo estar con él en otro momento en que tú no estés y luego contártelo, eso también sé que os impone mucho a los que son como tú, bueno… a los cornudos, ¿No? Es como lo que ocurrió el otro día en el apartamento con los dos y que luego te conté, menudo polvo me echaste con lo excitado que te pusiste. -Le respondí con unas risas controladas y decentes.

-Sí… no sé… pero yo no quiero que vayas por ahí follando con la gente Carmen, aunque luego me lo cuentes o no, de verdad que no tengo tan claro que yo sea uno de ellos. En lo poco que he leído hay cosas que no me gustan y otras con las que sí me identifico. Te digo más y te lo digo ya, si en el guion entro yo siempre, no habrá ningún problema, en caso contrario no podría aceptarlo y lo tendríamos que dejar Carmen. Una de estas líneas rojas sería la humillación, que de ninguna manera la aceptaría y me temo que a tu novio le gusta ejercerla. Si esto es así, tendrías que olvidarte de él para siempre. Agustín sin embargo es un tío que me cae bien, creo que a pesar de lo de anoche él me respeta y también te respeta a ti.

-¿Cual sería otra de esas líneas rojas? -Le pregunté.

-Que de verdad me pongas los cuernos, es decir, que no esté enterado de lo que ocurre y que tú estés tratando de ocultarlo. Quiero siempre la verdad, cielo.

-No va a haber nadie más que nuestros amigos y estos dos de ahora. Y de Richard no se si vas a poder aceptar su comportamiento que ya conoces por lo que te estoy contando de él. Desde luego que si tú no lo aceptas, yo tampoco, ya te he dicho que a mí contigo me basta.

-Pero con tu novio y su amigo lo has hecho sin mi permiso Carmen, es cierto que después me lo has contado, pero no se si ha sido debido a las circunstancias tan evidentes, teniendo en cuenta cómo venías después de estar esa tarde con ellos. Vamos que te pegas una ducha y si no me quieres decir nada, ni me entero.

-Te lo pensaba decir, mi amor, lo tenía decidido desde el momento en que me encontré con ellos en ese apartamento. Esta noche también me podría haber duchado antes de acostarme de nuevo contigo, pero no lo hice porque también deseaba que tú me vieras esta mañana llena del semen de Agustín.

-Ya te digo que si es así, sin problemas cariño. Mira como se ha vuelto a poner mi polla, pero lo tendremos que dejar para esta noche con nuestros amigos. ¿Estás en buena disposición para ir a ese encuentro?

-Sí, ahora sí, porque esta mañana estaba hecha una caca, te lo juro, pensar en nuestra velada me agobiaba, pero ahora sí que tengo ganas de estar con ellos y ver cómo reaccionan sabiendo que estoy preñada. -Le dije con unas risas.

-¿Nos damos un pequeño sobeo? Después lo dejamos, es que estoy que reviento, nena.

-Te vas a poner peor, cielo, pero por mi parte si empiezo me tienes que dejar que me corra al menos una vez.

No terminé de decirlo y ya me tenía encima de él vestida con la camiseta y el tanga y él solo con la camiseta, porque su bóxer ya se lo había quitado cuando empezó a meter su polla entre mis glúteos. Comenzamos muy bien, como siempre entre nosotros. En esta ocasión la cosa iba de hacernos el amor, aunque él se retiraría antes de correrse. Nuestros besos fueron creciendo en intensidad y pasión, pero seguían siendo suaves como nos gusta hacerlo en esos momentos de amor total. No sé como había perdido mi tanga y la camiseta estaba muy subida dejando ver la mitad de la parte de debajo de mis pechos, cosa que a mi novio lo pone a mil. Luego me dio la vuelta y se colocó encima de mí procurando no aplastarme porque él es muy grande, pero muy mañoso cuando está en esa posición. Sus labios abandonaron los míos, pero no me quejé porque conforme iban bajando se dejaban decenas de besos por toda mi piel. Cuando llegaron a mis pezones no tuve más remedio que soltar mis primeros gemidos. Él conoce muy bien el efecto que provocan esos mordiscos que me hace con sus labios, esas lamidas en la punta de ellos con el pico de su lengua y esos chupetones queriéndose tragar los pezones y las tetas enteras. Aquello era para morirse, pero de placer. Su mano derecha se dedicaba a sobar el otro pecho y su izquierda masajeaba mi tobillo derecho. Yo sabía que en cuanto llegara de la manera que tuviera pensada a mi coño, iba a explotar en un gran orgasmo. Lo hizo al final de la forma con la que más disfruto, o sea, con la lengua en mi clítoris y con un par de dedos entrando y saliendo de mi coño sin prisas, pero sin pausa.

-Me corrooo… cielo, me corrooo… sigue asiiiii… aaahhh… aaaggg…

No sé cómo lo consigue, pero cada vez que me hace llegar al clímax estoy contorsionándome mucho más tiempo que cuando me masturbo o me corro con alguno de mis amigos, incluyendo a los dos últimos. Es que es un artista aplicando sus conocimientos al sexo y cuando me penetra, eso es indescriptible, vamos que no sé ni cómo contarlo, hay que disfrutarlo en persona.

Cuando daba por terminada la sesión después de conseguir mi orgasmo, se recostó a mi lado y me volvió a besar sin dejar de acariciarme todo el cuerpo, pero sin querer elevar de nuevo mi temperatura sexual y por supuesto nada de un segundo orgasmo. Entonces quise ponerlo a prueba.

-Mañana le diré a Richard que se venga el domingo, que le prepararé la paella y que luego nos iremos los tres a la cama.

-Joder Carmen, joder… no sigas con eso, cielo, que me voy a correr sin que me la toques.

-A mí me tendrá que follar con preservativo porque hasta que no me vea el ginecólogo no quiero ningún otro semen en mi vagina que no sea el tuyo. Le dejaré que me dé un buen morreo mientras me folla.

-Ufff… -bufaba Julián con la polla toda lagrimosa, mientras se restregaba contra mí dejándome el vientre lleno de líquidos preseminales.

-Igual le pido que hagáis algo entre vosotros. A Agustín ya le he dicho que quiero que tú se la metas y lo ha aceptado. Él es más manejable para esas cosas, así que si tienes ganas de hacer algo especial con él solo tienes que decírmelo y seguro que lo podremos intentar.

Julián casi no se atrevía ya ni a rozarme con su glande porque sabía que no podría evitar una eyaculación inmediata.

-¿Te parece bien te pida tocarte con mi ex? -le pregunté.

-No sé Carmen… no te he dicho nada, pero me gustó mucho encular a Basti y tampoco me disgustaron sus besos. Bueno no te lo quería decir porque hasta me daba un poco de vergüenza, pero la verdad es que lo disfruté mucho. Hacerlo con tu novio no creo que me importe, aunque preferiría más hacer esas cosas con Agustín, no sé, creo que es porque me cae mucho mejor.

-Cuando venga el domingo lo llevaré al dormitorio para que se quede con una camiseta y el slip como a él le gusta y entonces le comentaré todo esto para que se porte bien con nosotros y no sea un capullo, a ver si la cosa sale bien. Tú no te acerques mientras estemos solos allí.

-Ese es capaz de querer echar un polvo contigo en nuestra cama, antes de que volváis al salón.

-¿Te importaría que lo hiciéramos?

-¡Claro que me importaría! -Me respondió de inmediato-, no sé… si… vamos que si tú quieres…

-Cariño él viene a eso el domingo y yo voy a estar solo con la camiseta y el tanga, si follamos te juro que no va a hacer falta que te lo diga, porque pienso llegar a ti llena de semen o con el condón en la mano, lo que salga.

En ese momento de su polla salió un chicate de semen, pero que no fue una eyaculación total y entonces decidí que ya estaba bien y que debía parar todo aquello porque el pobre no aguantaría más. Seguiría con esas lindezas otro día hasta ver si era capaz de hacer que se corriera del todo. Yo también estaba muy caliente y agarré el móvil para enviarle un mensaje a Richard en el que le decía que le esperaba el domingo con la mejor paella de su vida. Después le mostré la pantalla a Julián para que lo pudiera leer.

Esa noche fuimos más que calientes a la velada con nuestros amigos. Allí nos encontramos con una buena noticia y otra muy mala. Os cuento.

La buena noticia era que Sonia se había hecho las pruebas con resultado positivo, estaba embarazada y las dos iríamos a ver a su cuñado el martes por la mañana, donde ya teníamos hora para la primera cita. La mala noticia era que mi prima Marta no se había quedado a pesar de todos los intentos perfectamente programados y no quisieron esperar más a pesar de que la habíamos convencido de que era muy pronto para que se hicieran pruebas de fertilidad y todo eso. Y es que además era lo más lógico y no creo que a nadie se le ocurriría hacerse esas pruebas porque en menos de dos meses no se había quedado embarazada. La bomba fue que el bueno de Félix dio negativo en esas pruebas, vamos que era estéril y así nos lo comunicaron sin más preámbulos. Esta información nos dejó a todos hechos polvo, incluido Basti que esa noche había sido invitado como otras tantas.

Tan mal cuerpo se nos quedó a todos que nadie se planteaba comenzar con nuestros juegos habituales. Después de tomar unos tentempiés quedamos sentados en el salón de la casa de mi prima, que era la que ponía esa noche la cama como solíamos decir entre nosotros, cuando tomó la palabra Félix.

-Lo hemos hablado mucho entre nosotros, -nos dijo con su mano entrelazada a la de su esposa-, y hemos decidido que Marta también se va a quedar embarazada. Nosotros necesitamos tener nuestra propia familia y no vamos a renunciar a ella por unos pequeños espermatozoides de nada que yo no tengo, pero que mucha gente los tiene y hasta les sobran. Entre toda esa gente al final hemos terminado centrándonos en dos, y estáis aquí con nosotros. Perdona Basti que tú no sea uno de ellos, pero ha prevalecido nuestra amistad desde nuestra adolescencia.

Basti no dijo nada, solo hizo un gesto con las manos admitiendo que lo que le decía Félix era evidente y tenía toda la lógica del mundo. Quedaban por tanto solo dos personas para inseminar a mi prima y una de ellas era mi novio, la cosa tenía migas y estaba ansiosa por saber por cual se habían decidido ellos. Lo más seguro era que fuese Marcelo que era con quien más tiempo llevaban teniendo relaciones plenas y por otra parte aquello no tenía nada que ver, sabiendo como sabía que entre los tres había una amistad inquebrantable, hasta el punto de que muchas veces nos reíamos nosotras apodándoles los tres mosqueteros. En unos segundos se despejarían mis dudas, aunque la solución me dejó patidifusa. Se veía que lo habían hablado a tope entre los dos.

-Pues bien, como entre vosotros no tenemos ninguna preferencia y los dos sois sanos y buenas personas, esta noche echaremos a suerte quien de vosotros dos va a ser el que haga de inseminador. El que salga ya sabe lo que tiene que hacer y si no, se lo explica Marta. El otro no tiene la condición de suplente, porque ya habéis dado muestras de lo capaces que sois, sino que será el inseminador de nuestro segundo hijo, cuando decidamos que es el momento.

-¿Estáis de acuerdo todos y todas? -Nos requirió mi prima paseando su mirada por los cuatro.

-Sí, -respondió de inmediato Sonia-, los dos estamos de acuerdo.

Marcelo asintió sin añadir ni siquiera un mínimo monosílabo.

-Sí, -añadí yo misma sin haber consultado tampoco a mi novio-, además me gustaría que Julián fuese el primero en intentarlo sin echarlo a suerte.

-¿Y eso? -Requirió Sonia, aunque la pregunta se la hacían así mismo todos los demás.

-Porque te debo mucho prima, tú lo sabes, -le dije intentado contener unas lágrimas sin conseguirlo, por supuesto-, y Julián es lo más bonito que me ha pasado nunca. Ojalá te pudiera dar yo ese hijo que tanto deseas, pero te vas a tener que conformar con mi novio, no creas, porque es lo mejor que te puedo ofrecer después de mí.

Todos soltaron unas risas muy controladas porque las tres estábamos lloriqueando y bueno, Basti también, que el pobre es muy risueño, pero de lágrimas más fáciles que las mías y si terminábamos abrazados como ocurría en esos momentos, para qué os cuento.

Luego todo se desenvolvió como siempre, si bien, se originó un problema y era que Julián no cumplía con eso de llevar dos días sin correrse, más bien todo lo contrario. No quise ocultar ese problema y lo expuse de inmediato.

-Chicas, una cosa, Julián y yo echamos un casquete anoche por eso de que ya estamos embarazados, así que hasta mañana no cumple con eso de los dos días a los que nos comprometimos, pero el problema tiene fácil arreglo. Él no se corre esta noche y mañana os ponéis a la tarea como si no tuvieseis otra cosa que hacer en la vida. -Terminé de explicarle a Marta.

Esto tampoco se lo había propuesto a Julián, pero sabía que no habría problemas por su parte.

-Está bien, -tomó la palabra mi prima-, si él no puede follar esta noche, yo haré causa común con él y nos iremos a dormir a la habitación del fondo. Vosotros haced lo que queráis, so cabrones. Anda acompáñame que esta noche vamos a dormir los dos desnudos y muy pegaditos. Lo mismo nos levantamos muy follados para el desayuno.

Los dos se dirigieron con unas risas a ese dormitorio y nosotros empezamos nuestra fiesta, siguiendo con la condición de que el único que se podía correr en el coño de Sonia, era Marcelo, su novio. Yo me dediqué más a Basti y Félix esa noche, aunque me sentía muy incómoda porque nadie se podía correr en mis interiores, una faena, vamos. Al menos Félix me echó uno en el culo, menos daba una piedra.

Efectivamente por la mañana desayunamos todos sin la compañía de los dos tortolitos que estaban dedicados a engendrar un bebé. Salieron casi a la hora de comer, jodidos en todos los sentidos y muy hambrientos también.

Después de comer y ante la insistencia de mi prima se fueron a echar los últimos polvos, por lo que le pedí a Basti que me llevara a casa, esperando que Marta le dejara las suficientes fuerzas a mi novio para poder conducir hasta nuestro hogar.

Durante el trayecto a solas con Basti recordé aquella llamada que me hizo para follarme en un hotel y le eché una mirada de reojo, mientras la idea de hacerle subir a casa iba tomando más fuerza.

Diez minutos después le tenía morreándome en la entrada de la casa.

-¿Cuántos preservativos te quedan? -Le pregunté en un receso.

-Solo dos.

-Vale, suficientes. Vámonos al dormitorio que me vas a hacer una doble penetración junto al consolador que tengo en la mesita de noche.

Antes de irse, Basti me dejó bien embadurnada de semen por todos lados.

-Mira que eres guarra, no te has limpiado del primero, ¿Dónde quieres que me corra ahora?

-Échamelo todo en la cara y en el pelo, un poco también dentro de la oreja. Pero no lo hagas sin que me vuelva a correr, que esta tarde estoy muy perra.

-Menuda putita estás hecha, -me decía mientras llevaba a cabo el encargo que le había hecho.

-Toma, hazme unas cuantas fotos. -Le dije entregándole mi móvil.

Después de esas fotos que quería que viera Julián por si cuando llegara ya todo se hubiese secado, Basti se marchó con su péndulo hecho un guiñapo. También se llevó el culo algo descompuesto después de haberse atrevido con mi consolador grande.

Julián llegaría media hora más tarde cuando estaba quedándome dormida en mitad de la cama con las piernas y los brazos abiertos. La lechada, aunque no estaba en su mejor momento, todavía permanecía lo suficientemente líquida para que él la pudiese testar con sus dedos.

-Menuda viciosilla estás hecha, -me dijo, mientras acercaba la nariz a mis tetas para oler la fragancia del semen de Basti-, es que te ha dejado hecha unos zorros. Dios mío, cómo tienes el pelo.

-Chúpame esta oreja, cielo, ya sabes el morbo que me da.

Cuando fue a cumplirme el deseo, se dio cuenta de que lo tenía colmado de semen también, pero no se amilanó por eso y lo chupó hasta que no me dejó ni señales.

-No creas que me gusta mucho así, está frío y hasta parece que sabe como más ácido. Ya no te chupo más cabrona, pero a esta polla hay que darle una solución. -Me decía, al tiempo que me mostraba la tranca toda tiesa.

-Fóllame así en misionero que quiero que te llenes también de todo este semen, que por algo lo he guardado para ti. Y córrete dentro que eres el único que lo puedes hacer y no sabes las ganas que tengo.

-Pues te vas a llevar unas tristes gotas de nada, porque no sabes cómo me ha dejado tu prima, la muy cabrona me ha sacado hasta el último suspiro. Además, hemos quedado que el martes tengo que ir a verla cuando salga del trabajo.

-A ver si te aplicas porque no sabes lo que te echo de menos.

-¿Tú? Pero si no paras zorra… uhmmm… qué bien me siento dentro de ti… toma cabrona…

-Aaaggg… me estás matando de gusto cabrón… aaahhh… dame más fuerteeee… mañana te va a follar Richard… aaaggg… me corrooo…

Esperé a correrme para decirle otra de mis lindezas sobre mi ex, logrando que se corriera al unísono conmigo. No fue el mejor polvo del año, pero a mí me gustó un montón y a él mucho más teniéndome allí embadurnada de semen de otro macho.

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