ROM19

Capítulo 10

Julián

-Bueno, venga sigue con lo que pasó cuando llegaste al apartamento con tu novio.

-Con mi ex-novio, cariño, mi novio eres tú.

No le respondí a sabiendas de que solo había sido un pequeño desliz por mi parte, solo le hice un gesto para que reanudara su relato.

-En el momento en que me vi dentro del apartamento con esos dos a mis costados, sabía que de allí no iba a salir haciéndoles unas simples pajas, así que opté por dejar de llevarles la contraria y aunque tampoco me mostré colaboradora, ya no les opuse ninguna resistencia cuando ambos comenzaron a desnudarme en el centro del salón, los tres de pie, claro.

Yo asentí para que siguiera con la narración.

-Enseguida estábamos todos en pelotas y lo primero que hizo Richard fue abrir el sofá para convertirlo en una cama grande, aunque con un colchón bastante estrecho e incómodo para lo que íbamos a hacer. Pero bueno, allí quedé mirando hacia arriba con ellos a tendidos a cada lado de mí, comenzando a sobarme por todo el cuerpo. También aprovecharon para chuparme las tetas y restregarme sus dedos en mi vulva y meterlos dentro sin vacilar. Agustín fue el primero que me morreó, porque aquello no se podía decir que era besarme. Poco después también me fui calentando y buscaba su polla, que ya te dije que es mucho más potente que la de Richard y… bueno, que me puse a jugar con ella, chupándola y todo eso, ya sabes.

Ahora hizo una parada para tomar un poco de aliento. Otra vez estábamos sentados como al principio y ella dejó que mi polla apareciera por entre sus muslos, de forma que con la ayuda de mis preseminales, ya me estaba dando una buena refriega en la parte que sobresalía por allí.

-El primero que me la metió fue Richard, aunque para eso se tuvo que poner un preservativo porque ya había hablado con ellos de que no me estaba protegiendo, por lo que solo me podían follar de esa manera y además con la promesa de los dos de que de todos modos se correrían fuera. En eso verdaderamente se portaron bien y no hubo ningún problema.

Yo seguía asintiendo a todo lo que me decía, invitándola de ese modo a que siguiera relatándome todo lo ocurrido. Estaba con muchas ganas de follármela allí mismo, pero quería esperar a que terminara con toda la narrativa.

-En ese momento estaba para estallar en un primer orgasmo, más aún cuando Agustín metió su dedo corazón en mi vagina, acompañando a la polla de Richard que no dejaba de penetrarme una y otra vez, sin darme el más mínimo descanso. No tardé ni medio minuto en correrme y solo sé que cuando me recuperé, era Agustín el que iba a tomar su turno para lo que se ponía el preservativo con la ayuda de Richard.

-¿Entre ellos se suelen tocar también? -le pregunté.

-Sí, bueno ahora sí, cuando lo hicieron aquellas dos veces, no se tocaban nunca, pero ahora hacían de todo sin cortarse para nada. Dicen que empezaron un día que estaban achispados y que luego lo han seguido haciendo porque les gustó a los dos.

-En qué postura te la metió Agustín.

-La primera vez en misionero, repitió lo que hizo su amigo hasta que me volví a correr. Luego siguió follándome él a cuatro patas, hasta que consiguió correrse al mismo tiempo que me procuraba el tercer orgasmo. Agustín fue el que me nalgueó con más dureza. Ya has visto cómo me ha dejado el culo el mamonazo ese.

-Me has dicho que ninguno se corrió en tu interior, ve diciéndome donde te lo iban echando.

-Ese primer polvo me lo soltó en el culo y la espalda, aunque Richard se llevó un buen lechazo en su cara según pude ver cuando caí de espaldas en el colchón. No me lo podía creer, al parecer estuvo en una de las trayectorias de los disparos que salieron de la polla de Agustín. Después me folló nuevamente mi ex, esta vez de costado haciendo que me corriera con la ayuda de Agustín que masturbaba mi clítoris. Mientras me estaba corriendo Richard lo hacía también sobre mi cara, terminando en mi boca.

-Joder cielo, cuatro orgasmos y ellos solo uno, supongo que siguieron follándote luego para venir cómo has venido de leche por todo tu cuerpo. -Le aseveré.

-La verdad es que yo me quería ir ya de allí y así se lo hice saber a los dos, pero ellos no dejaban de tocarme por todos lados y nuevamente me pusieron en órbita. El primero en volverse a empalmar fue Agustín que se empeñó en que se la chupara y no sabes lo complicado que es al ser de ese tamaño, qué te voy a contar, si es muy parecida a la tuya.

-¿Se corrió así? -Le pregunté.

-No, que va, al poco Richard se empalmó también y entonces decidieron hacerme una doble penetración, claro que por el culo les pedí que solo lo hiciera mi ex. En esa follada me corrí un par de veces porque ellos no terminaban de hacerlo y hasta tuve que pararlos para descansar un poco. Luego me folló Agustín nuevamente en misionero hasta que se volvió a correr, dejándome hecha unos zorros con la lechada que me echó en el vientre, parte de las tetas y sobre todo encima de mi pubis. Lo que has notado en mi ombligo es de él, así como todo lo de más abajo.

Paró un momento para ver si le iba a preguntar algo más, pero solo le indiqué nuevamente con un gesto que siguiera.

-Richard volvió a ponerse un nuevo condón y se tendió en la cama para que yo le cabalgara. Esto último lo hice con mucha dedicación consiguiendo que se corriera en muy poco tiempo. Su corrida me la soltó en la cara y en la boca, bueno y por el pelo y todo eso que creo que ya has podido ver cuando llegué.

-Por último, mientras me recuperaba de tanto folleteo, pude ver cómo esos cabrones me estaban sacando fotos con todo mi cuerpo lleno de semen, así que me enfadé muy seriamente, me vestí lo más rápido que pude y me vine para casa en un taxi. En el camino me ha llamado Richard para decirme que las fotos son para ellos, pero yo le he mandado a tomar por el culo, que igual ya lo hacen esos dos y que no me vuelva a llamar nunca más en la vida.

-¿Crees que podrían hacer mal uso de esas fotos? Vamos como enviarla a otros amigos o publicarla en algún portal de Internet, ya sabes.

-Espero que no. Creo que de verdad es para ellos hacerse unas pajas y ya está, pero es que me las hicieron sin preguntarme nada, cielo. Eso no está bien y espero que con lo de hoy acaben nuestras citas de una vez.

No le quise quitar la razón sobre su enfado porque de verdad que esos cabrones no tenían ningún tipo de perdón, pero tampoco quería animarla a que dejara de verse con ellos en un futuro. No sabía por qué, pero llevaba casi una hora empalmado y no era porque nos estuviésemos tocando precisamente.

-Ven cielo, aúpate un poco y ponte a horcajadas sobre mí, que ya no aguanto más.

-Deja que me dé una ducha primero, que mira como estoy todavía con toda la piel reseca por la leche de esos cabrones.

-No… no, cariño, ahora prefiero que sigas así mientras te follo, eso es cielo, hasta el fondo… uhmm… qué gusto mi vida…

-Si vieras cómo Agustín metía su dedo mientras me follaba Richard… -me decía mi novia, intentando ponerme más caliente de lo que ya estaba-, chúpame esta teta que todavía tiene rastros del semen de Agustín… en los pelos del pubis tengo mucho más, luego los puedes lamer si quieres…

-Dile a tu novio que te envíe esas fotos por el WhatsApp, que quiero verlas. -Le respondí a tanto como me decía para excitarme.

-¿Ahora quieres que le llame? Estamos follando cielo. Estás muy excitado y será mejor que lo hablemos más tranquilos primero.

-¿Estará disponible? Seguro que los miércoles no trabaja. -Le insistí mientras alargaba la mano para hacerme con el móvil de ella y entregárselo.

-Como salga la Julia esa, voy a tener fiesta con él. A saber cómo me tiene en la agenda de contactos. -Me decía, mientras hacía la llamada.

-¿Richard? Sí, soy yo, quién voy a ser con el nombre que te ha salido en la pantalla… No, no estoy cabreada ahora, pero quiero que me envíes las fotos que me habéis hecho. Quiero verlas para saber lo que tenéis guardado en vuestros teléfonos… Sí, ya veremos… la semana que viene no, bueno, no sé, lo hablamos los próximos días… ¿Que estás en la calle con el perro? Sí, pues eso, aprovecha y me las envía ahora mismo… será cabrón el Agustín… hacerse una paja ya con mis fotos, es que… vale, que sí, no ya no estoy tan cabreada… hasta mañana entonces… ya te he dicho que lo hablaremos… adiós… nada de besos de despedida que vaya faena que me habéis hecho al final… sí, pero un pico nada más… adiós.

-¿Besitos de despedida y todo? Parece que ya le hubieses perdonado lo que te han hecho. -Le dije.

-Claro, ahora es cuando se hace el bueno por unos días para luego volver a meter la pata como siempre.

-La pata o la polla, querrás decir.

Pero a eso no me contestó porque su móvil se puso a berrear con las notificaciones de los mensajes recibidos y otra vez se lo alargué para que lo pudiera desbloquear y me enseñara esas fotos.

-Serán cabrones, es que encima salgo con una cara de cansada, ¡Joder! Vaya facha que tengo. -Me lo estaba diciendo sin parar de pasar las fotos en la pantalla y yo solo las podía ver de refilón.

Luego me dio el móvil con la primera de las fotos a pantalla completa.

-Toma, pero no te detengas mucho en los detalles, que salgo fatal.

La verdad es que llevaba razón, en su cara se podía ver el cansancio que tenía en esos momentos y hasta parecía que era mayor. El resto de su cuerpo no desentonaba para nada, estaba como siempre de jamona, pero eso sí, llena de esperma resbalando por todos lados, incluida su barbilla, por la que se desprendía un colgajo de semen que terminaba en un gran goterón. El resto eran más o menos iguales, salvo tres de ellas donde se podían ver a los dos totalmente desnudos con sus cipotes colgando detrás de Carmen, el de Richard más bien normalito y el de Agustín mucho más potente, pero claro, así en reposo no podía compararlas debidamente con la mía, tal como hacemos todos los mortales.

-Me hubiera gustado ver sus pollas en erección, cariño.

-Se las pido mañana cuando hable con Richard, ¿Qué te ha parecido la de Agustín? Está muy bien ¿Verdad?

-Sí tengo más curiosidad por ver la de él, además se ve que es un buen mocetón y aunque está de rodillas encima del colchón parece que es más alto que tu novio.

-No le llames más así, cariño. Ya no es mi novio.

-Joder Carmen, estoy que me corro, no aguanto más y me gustaría mezclar mi leche con la de ellos, pero te la tengo que echar dentro, por lo del embarazo ¿No?

Ella me miró con una sonrisa ladina antes de contestarme y sabía que lo que me iba a responder tendría mucho que ver con el morbo que sentíamos desde hacía más de dos horas.

-Creo que si quieres lo puedes echar junto a los de ellos, más bien en mi pubis y en mi vientre y algo en mis tetas. Todo lo que has visto en esos sitios en las fotos son de Agustín, venga hazlo que después lo vas a poder saborear junto con lo de él.

Verdaderamente llevaba empalándola casi veinte minutos y era imposible aguantar uno más, así que haciéndole caso hice que se echara a lo largo del sofá y yo de pie junto a ella solo tuve que darme tres meneos para comenzar a soltar la lechada más abundante de toda mi vida.

-Qué barbaridad, mi amor, -me decía Carmen-, ya quisieran esos largar toda esa cantidad. Ven, deja que te la limpie con la boca.

Entonces me acerqué a ella para que acometiera esa tarea allí tendida y esta vez descansada, aunque con peor cara que las que se podían ver en esas fotos de puta. Solo tuve que hincarme de rodillas junto al sofá y tirar de ella para que así abierta de piernas me pudiera comer su coño repleto de fluidos con sabores muy desconocidos para mí. Como ya he dicho en alguna ocasión, Carmen es de orgasmo fácil y en dos minutos se corría gritando como una loca, quedando derrengada casi sin poder moverse. Cuando se estaba recuperando yo mismo le llevé una buena ración de mi semen y quizás algo de Agustín y se lo entregué en un largo beso que duró hasta que se lo tragó todo.

-Vamos, ahora sí que te llevo a la ducha, o mejor preparo el jacuzzi y nos metemos los dos media hora, que falta nos hace.

Llevábamos un buen rato allí metidos, besándonos y acariciándonos por todo el cuerpo, cuando se me vino a la cabeza lo que ella planteaba de no volver a estar con ellos nunca más.

-Joder Carmen, ¿Qué vamos a hacer a partir de ahora? Bueno, mejor lo que vas a hacer tú, claro.

-Pero es que no me has dicho nada sobre lo que piensas tú, cielo.

-Todavía no he pensado en nada cariño, ya has estado con los dos y creo que es suficiente, aparte de que no me gusta que vuelvas a ir a ese apartamento, que vete tú a saber lo que te puedes encontrar cualquier día teniendo en cuenta como es tu novio. Nosotros tenemos a nuestros amigos para disfrutar de un sexo fabuloso y no creo que necesites continuar con ellos. Lo has hecho, lo has disfrutado y creo que deberías dar por finalizados estos encuentros. Vamos que no le veas más, a no ser que te estés replanteando nuestra relación, ahora que él ha vuelto de esa forma tan rotunda a tu vida. Te lo tendrías que pensar muy bien si es que sigues enamorada de él.

-Eso ni lo pienses, para nada estoy enamorada de Richard, ni él está enamorado de mí, ya has visto que lo único que pretende es follarme cada vez que se le antoje y eso ya se ha acabado. Yo solo te quiero a ti, Julián.

-No adelantemos acontecimientos, vamos a salir del jacuzzi que se está quedando el agua fría. De todos modos, tenemos que hacernos la cena ya.

En menudo berenjenal me estaba metiendo con el novio y el amigo del novio de Carmen, joder qué follón. Encima y con el morbo que nos traíamos esa tarde, mi corrida no fue a parar a su interior que era lo pactado. Y ésta era de las que podrían salir trillizos, además, estábamos incumpliendo las normas.

Cuando se lo comenté a Carmen ya en la cama dispuestos a dormir, se echó encima de mí y me dijo que igual ya no tendría que seguir con esas normas si el objetivo había sido conseguido. Yo me quedé a cuadros porque ella no me había dicho nada sobre eso.

-Carmen, no me digas que ya estás embarazada. -Le decía todo nervioso.

-Mañana me compraré un test en la farmacia para saberlo, pero hace unos quince días que tendría que haberme venido la regla y aún sigo esperando.

-¿Cómo que mañana? Me acerco a una farmacia de guardia ahora mismo. Yo no puedo esperar hasta mañana, cielo.

No dudé en pegar un salto de la cama y con un pantalón americano, un polo y unas zapatillas, ya estaba saliendo de la casa para ir a una farmacia que teníamos cerca de nuestra casa y que habría las 24 horas. En menos de veinte minutos estaba de vuelta con una caja de diez test en la mano.

-Toma cielo, ya tienes aquí el test, anda dime si te puedo ayudar, tienes que orinar en un vaso porque hay que introducir la prueba durante diez segundos…

-Sí, cariño, ya sé todas esas cosas. Anda dame eso y no entres al cuarto de baño hasta que yo te lo diga, que me pones nerviosa.

-Está bien, voy a la cocina y me hago una infusión mientras, ¿Quieres que te prepare algo para ti?

-Nooo… solo que no te acerques en diez minutos.

-Pero si me ha dicho el farmacéutico que lo máximo son cinco para ver el resultado.

-Pues eso, no vengas antes de diez.

-Vale, no te entretengas que es muy tarde. -Le decía mientras salía de la habitación, pero no creí que me oyera.

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