MOISÉS ESTÉVEZ

Levantó la vista al oír los pasos de su captor. Éste, al llegar la saludó
irónicamente, y con una sonrisa maquiavélica introdujo su mano derecha en el
interior de su cazadora semiabierta. Karen en ese momento se temió lo peor…

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s