SERGIO CANEVA
Tal vez no fue el momento, ni el lugar, ni la hora
y no hubo más auroras, para ese amor… ¡que no fue!
Tal vez Dios no lo quiso, o tal vez ya estaba escrito,
y se ahogaron los gritos, de algo… ¡que pudo ser!
Quizás le faltó la magia, que el amor necesita,
para lograr esa cita, que aúne la estrechez…
y así quedó sin flor, sin arribo, ¡solo, ocasos!,
se gestó en el fracaso, de un día sin después.
La distancia trajo… otro amor, nuevas fragancias,
hizo eco del silencio que habitaba entre los dos…
pudo cosechar sus frutos y percibir sus olores,
disfrutar sus bemoles, ¡hasta acallar su pasión!.
Fueron pasando los años, transcurriendo los días,
con nuevas expectativas, ¿la vida? ¡siguió igual!…
cambiaron solo los nombres, los acentos y pronombres,
haciéndose ya adultos… los que querían volar.
Pero quedó en su memoria lo que ellos vivieron,
ese sentir tan sincero, ¡de un amor… que no fue!
¿o fue solo ilusión? un dejo de sentimiento,
¿que podría un reencuentro, verlo reverdecer?.
Siempre existirá la duda, que se lleva de por vida…
¿qué hubiese pasado ese día?… si hubiese habido un después,
¿hubiese florecido? o estaría ya incluido,
en la lista de amoríos, corroídos… ¡tal vez!.