VIVIAN RIVERA

Era un día como cualquier otro en Transilvania, Cleopatra y Amón, dos momias gemelas de 16 años, estaban practicando tranquilamente sus lecciones de levitación en su habitación del internado, cuando de repente, Amón se desmaya y cae al suelo.
Cleopatra trató de sujetarlo rápidamente logrando así que no se le desataran los vendajes con el impacto.
—!Amón, hermano¡ !Despierta¡— grita desesperadamente.
Al ver que su hermano no reaccionaba, salió de prisa para pedirle ayuda a Frankenstein el encargado de las habitaciones, el cual en cuanto llegó llamó a los bomberos y a los señores Drácula, los padres adoptivos de Cleopatra y Amón, que se encontraban trabajando en su laboratorio.
— ¿Buenas noches, usted es la señora Livian? — Si, soy yo, contesta con tono sombrío — Le llama el señor Frankenstein, su hijo Amón tuvo un accidente y se encuentra en el hospital sombrío. —!Qué¡ !Cómo es posible que sucediera eso¡ !Se supone que ustedes son el mejor internado de toda Transilvania¡ !Tenían que tener cuidado con mis hijos¡ — Entiendo su molestia señora, pero necesitamos que el señor Conde y usted vengan lo más pronto posible. —Está bien, ahora volamos para allá
Livian y Conde dejaron tirado todo lo que estaban haciendo y volaron lo más rápido que pudieron hasta que llegaron al hospital, en donde estaba Cleopatra esperándolos en la sala de espera.
—¿Cleo, hija qué pasó? Pregunta Livian muy angustiada. — No sé, estábamos tranquilos practicando un poco de levitación y de repente mi hermano se desmayó frente a mí.
— Tranquila querida, tu hermano estará bien, de seguro es algún cambio de
la pubertad— responde Conde, mientras abrazaba a su hija con la intención
de tranquilizarla.
Después de 10 minutos, uno de los médicos se acerca a ellos y pregunta
¿Ustedes son los padres del joven?
— Si doctor, díganos ¿Cómo está Amón?
—Señores, me temo que lo que les diré no es nada fácil de asimilar, le
realizamos algunos estudios a su hijo y detectamos que por alguna razón
está perdiendo sus poderes, y temo que si no encontramos la causa, su hijo
podría desaparecer para siempre o volverse un humano mortal.
—!Qué¡ !O sea que voy a perder a mi hijo¡ gritó Livian.
—Tranquila cariño, no ganamos nada perdiendo el control.
—!Cómo me dices que me tranquilice si nuestro hijo se está muriendo¡
— Trata de calmarte mamá, mi papá tiene razón, Amón no va a recuperarse
con que perdamos la paciencia, lo único que podemos hacer es tratar de
saber qué está pasándole Interrumpe Cleopatra.
Ya habiendo asimilado un poco lo ocurrido Cleopatra y Conde decidieron ir
a casa para ver qué lograban averiguar del pasado de ambas momias, tal
vez ahí encontrarían la solución para salvar a Amón.
Ya estando en la casa, Conde se sentó a hablar con su hija sobre su origen.
—Cleo, tú sabes que Amón y tu son adoptados ¿Verdad?
—Sí, mamá y tú siempre se ocuparon de hacérnoslo saber, para que no
tuviéramos conflictos o dudas sobre nuestro origen
— Exactamente, pues verás, dentro de lo que sabemos de tus padres es que
ellos eran los faraones más poderosos de Egipto, pero hace 16 años, justo
unos días antes de que ustedes nacieran, unos hechiceros invadieron Egipto,
y sus padres que eran muy amigos nuestros, nos suplicaron que los
cuidáramos para que no murieran en manos de los invasores.
— Si papá, eso ya lo sé, pero, ¿Eso qué tiene que ver con lo que le pasa a mi
hermano?
— Verás, según recuerdo, tus padres, antes de morir, nos contaron que sus
poderes venían de una pirámide sagrada que se encontraba muy oculta en
el desierto, y si algo le pasaba tanto ustedes como las otras momias del
mundo morirían.
— Mmm, ok, ¿Dónde encontramos esas pirámides?
— No lo recuerdo, sólo sé que están en el desierto, donde ningún mortal
podría encontrarlas.
— Pues, hay que ir, mi hermano depende de eso.
— Si, el problema es que Egipto aún está siendo controlada por hechiceros,
eso sin mencionar que a ustedes aún los buscan porque como son los
herederos legítimos al trono, son los únicos capaces de destruir a los
hechiceros.
— Eso puede ser problema, tú sabes que yo no manejo muy bien mis
poderes, el experto en hechizos y demás cosas mágicas es mi hermano.
— Yo sé que podrás, sòlo necesitas confiar en tu fuerza interior, además yo
iré contigo.
— Pues si es por salvar a Amón, yo voy pero no sé qué pueda pasar si no lo
logro y eso me da miedo.
— Tranquila, yo estaré contigo en cada paso.
Ya habiendo acordado el plan, Cleopatra y su padre se dirigieron
inmediatamente a Egipto, mientras Livian cuidaba de Amón.
En Egipto, Conde contactó a Servilio, un hombre lobo, muy amigo suyo y de
los padres de Cleopatra, que conocía el desierto a la perfección y era un
hechicero muy fuerte, casi tanto como los padres biológicos de Cleopatra.
— Hola Servilio, ha pasado mucho tiempo sin vernos, ¿Cómo estás?
— !Conde¡ !Amigo mío¡ yo estoy muy bien, dentro de lo que cabe, ¿Esta
jovencita es Cleopatra? !Cómo ha crecido¡
— Gracias amigo, disculpa por molestarte después de tanto tiempo, pero
necesitamos tu ayuda, Amón el hermano de Cleopatra está perdiendo sus
poderes y necesitamos encontrar las pirámides para saber cómo ayudarlo.
— Ay amigo, esa si que es una tarea difícil, pero como aún te quiero y por el
recuerdo de los mejores faraones de Egipto, te ayudaré a encontrarlas,
— Muchas gracias, en verdad aprecio tu ayuda.
Para comenzar la misión Servilio comenzó contándoles que el poder de las
momias venia específicamente de los diamantes de sangre sagrados.
— Hace muchos siglos, cuando Egipto aún estaba dividido, existió un visir
llamado Balthazar, era un hombre muy poderoso pero bueno, noble y
generoso, trabajaba para el sacerdote Amín, que gobernaba el norte de
Egipto, todo el pueblo lo amaba y él sabía que para que su país fuera
poderoso necesitaba lograr unir el norte con el sur, lo cual no era muy fácil
ya que el otro gobernante se negaba a hacerlo.
Entonces, Amín le encargó a Balthazar que hiciera algo mágico para
ofrecerlo como tributo a cambio de que el otro gobierno aceptara unirse al
norte de Egipto.
Aparentemente, la ofrenda funcionó, pero en cuanto los pueblos vecinos se
enteraron, comenzaron a buscar formas de apoderarse de los diamantes de
sangre, así que Balthazar construyó las pirámides y las protegió con una
serie de hechizos.
Durante siglos, los faraones usaron la magia de los diamantes para proteger
Egipto, pero durante la guerra, los hechiceros malvados se apoderaron de
los diamantes y los usaron para sus viles planes, lo cual comenzó a debilitar
la magia, es por eso que ahora tu hijo está perdiendo sus poderes. —
¿Ahora dónde están los diamantes? Preguntó repentinamente Cleopatra.
— Están en el castillo oscuro de los hechiceros, pero no será nada fácil
llegar a ellos, ya que este está rodeado de soldados de las sombras.
— Habrá alguna forma de derrotarlos ¿o no?
— Si, la hay, la única forma de derrotarlos es encontrar la corona de Ramsés
II, tu padre.
— Y la corona ¿Quièn la tiene?
— Eem, está en el fondo del río Nilo, la cuida Nefertari
— Espera un momento, ¿Nefertari está viva?
— Si y mucho, la oculté con la corona porque es la única después de tu hija
que puede controlar la corona.
— Por cierto, ella es tu madre Cleo.
— !Qué¡ !Mi madre está viva y en 16 años no se preocupó por conocernos a
mi hermano y a mí¡
— Cálmate hija, yo sé que no es tan fácil de asimilar esto, pero recuerda que
tus padres los querían tanto, que tuvieron que renunciar a ustedes para
salvarlos, no seas tan dura con ella, no había otra opción
— Igual me duele, no es justo.
— Entiendo querida, entiendo, pero tus padres los dejaron con la mejor
opción que tenían, para protegerlos.
— En eso tienes razón, mamá y tú siempre nos cuidaron con amor y jamas
nos ocultaron nada de nuestro pasado.
Después de ese sorpresivo descubrimiento, los 3 se dispusieron a llegar al
río Nilo para encontrar la corona, pero para su mala suerte alguien llegó
primero y se llevó tanto la corona como a Nefertari.
— !Ay no¡ !lo que nos faltaba¡ Ahora encima de que tenemos que encontrar
la corona tenemos que rescatar a mi mamá, en serio espero que mi hermano
resista, porque esto va a tardar más de lo que pensé.
— Rápido, hay que encontrarlas, antes de que sea tarde, luego pensamos si
nos lamentamos o no.
— Tienes razón Servilio no hay tiempo que perder, hay que salvar a Amón.
En cuanto se pusieron en marcha Servilio recordó que la debilidad más
fuerte de los hechiceros y de los soldados eran los rayos de luz, y por suerte
tanto Cleopatra como Conde eran muy buenos creando rayos de luz con sus
ojos.
Ya estando frente al castillo, los soldados sombríos comenzaron a atacarlos
tratando de hacer que se separaran, pero uno a uno fueron siendo
destruidos gracias a los rayos de Cleopatra y Conde.
Cuando al fin lograron entrar, descubrieron que el castillo estaba lleno de
pasadizos, muy oscuros como era de esperarse, así que Servilio decidió
improvisar una linterna que se encendió con un rayo de los de Conde.
Después de un rato, lograron encontrar a Nefertari encerrada en una celda.
—!Ayúdenme¡ !Ayúdenme¡ gritaba con todas sus fuerzas.
—!Ya vamos Nefertari¡ respondió Servilio.
Después de varios intentos lograron abrir la celda y sacar a Nefertari, la cual
en cuanto vio a Cleopatra se abalanzó sobre ella y le dio un fuerte abrazo.
—!Hija mía¡ !Estás bien¡ !Qué grande estás¡
—!Aléjate de mí¡ gritó Cleopatra furiosa.
— Vamos, vamos, no tenemos tiempo que perder, después nos saludamos,
ahora sólo debemos encontrar la corona, recuperar los diamantes y
largarnos de aquí antes de que nos hagan puré de monstruos, dijo Servilio.
— Si, es cierto ahora no tenemos tiempo para sentimentalismo, hay que
salvar a mi hermano, luego me entenderé contigo. Dijo Cleopatra,
apuntando a Nefertari con el dedo.
A los pocos segundos, los hechiceros del castillo detectaron la presencia de
intrusos, así que enviaron un enorme ejército de soldados sombríos.
Conde y Cleopatra comenzaron luchando con fuerzas pero llegaron a un
punto en que se agotaron tanto que estuvieron a punto de desmayarse,
entonces Nefertari y Servilio, sacaron más linternas que llevaban de
repuesto y lograron terminar de derrotar a los soldados.
Habiendo logrado esto, ambos ocultaron a Cleopatra y Conde para que se
recuperaran y en cuanto lograron recargar sus energías, todos se dirigieron
directamente a donde estaban los hechiceros.
Tal y como lo sospechaban, los hechiceros tenían tanto la corona como los
diamantes, así que Conde comenzó a dispararles rayos de luz para
distraerlos en lo que Cleopatra se escabuía por detrás para tomar la corona.
Tristemente, uno de los hechiceros la vio y le disparó, en cuanto vio esto,
Nefertari saltó como pudo y logró que el hechizo a ella en lugar de a su hija.
— Jajajaja, !Nunca podrán derrotar al gran mago Merlín el oscuro¡
—!Egipto siempre será mío, solamente mío¡
— Yo que tú no cantaba victoria todavía, enano mágico cabeza de
alcornoque, respondió Servilio
— Ya veremos quién gana, la oscuridad siempre le ganará a la luz, Jajajaja.
En cuanto el hechicero se distrajo Conde logró tomar la corona y se la lanzó
a Cleopatra y en cuanto se la puso, esta lanzó un rayo de luz tan fuerte que
logró desintegrar a los hechiceros.
Ya habiendo derrotado a los malvados, Conde tomó los diamantes y los
escondió en un pequeño saco que llevaba en su ropa.
Mientras tanto, Cleopatra intentó desesperadamente usar la corona para
revivir a su madre.
—!Mamá¡ !Despierta¡ !Mamá¡ gritaba entre sollozos
Después de muchos intentos Nefertari reaccionó y abrazó a su hija con
todas sus fuerzas.
— Mamá, me asustaste, pensé que te habían hecho daño
—Hija, lamento no haber estado contigo todo este tiempo, lo hice pensando
en protegerlos a ti y a tu hermano, porque los amo y siempre los amaré.
— No te preocupes mamá, lo entiendo, no pasa nada.
Después de ese tierno momento, los 4 monstruos tomaron el camino directo
a las pirámides, en cuanto llegaron ocultaron los diamantes y la corona en 3
lugares distintos y Nefertari usó sus poderes para crear protecciones
diferentes para cada uno.
Ya habiendo terminado la misión, Conde y Cleopatra regresaron a
Transilvania, sólo para encontrarse con que su hermano estaba platicando
con Livian de lo más tranquilo, como si nada hubiera pasado.
Con el tiempo Nefertari se encargó de devolverle a Egipto el esplendor que
los hechiceros oscuros le habían quitado y en cuanto Amón y Cleopatra se
convirtieron en adultos, regresaron a su hogar para tomar el lugar que les
correspondía como faraones.

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