Procesos

EL EQUILIBRISTA INHERENTE

Aún siento que puedo tocar el cielo en un estado de coma, cada mañana se convirtió en rutina atravesar este lento proceso, estoy tratando de ser otro tipo. De vos nacen mis más necesarios sueños pero también mis más grandes pesadillas, estoy escuchando pero sigo caminando igual ya las voces no me detienen porque tengo claro que no todo el mundo tiene primaveras ni veranos.

Vengo a ofrecer un poco más allá de lo que mis dedos pueden escribir, hace mucho desperté ya no vivo durmiendo porque nunca tuve ningún conjunto de ilusiones que usurparán mi alma y mi cabeza. Presiento que ya no vivo de fantasías sino solo de realidades, ya no necesito a nadie que me salve ni tampoco necesito verte para salvarme.

Todos los días ahora me acuesto con ella, le hablo un poco de lo loco que estoy y las lindas cualidades que me caracterizan porque defectos tenemos todos, la abrazo pero trato de no aferrarme a ella aunque sé que ella es mi compañera. Le cuento de lo parecido que me siento a un árbol sin hojas, me menciona que para la primavera estaré mejor y yo solo la miro, la acarició y poco a poco me voy acostumbrando a ella, mi dulce soledad.

Soy el asesino de mi frío, el atacante de mis heridas y el cirujano para coserlas. Brillo durante la noche como un demente vendiendo un poco de calma abajo de la luna. Yo no vuelvo es cuestión de tiempo, ya no me creo lo que el perro fiel es el mejor amigo del hombre soy juzgado por mayor y lo tengo que afrontar sintiendo parte de la culpa.

Que gracia tiene andar por estas calles sino tengo donde esconderme para asumir mi cobardía antes de ser responsable para seguir. Solo los de buen corazón tienen una filosofía inquietante, arrasan contra la voluntad de la vida siendo en parte como una cebolla que cada capa es un tobogán de aprendizaje y no siempre termina mal.