MANGER
Soñó el gusano con ser otro ente…
Y creyó despertarse en ese sueño hecho hombre.
Encantado de verse así transformado, dos piernas, dos brazos y un cerebro enorme dispuesto a pensar cosas importantes, soñó que dormía de nuevo conociendo por primera vez el sueño de ese ser humano.
Al poco de hacerlo, se sintió ahogado en un tenebroso pozo de dudas, flacos sentimientos y responsabilidades, y notó que ese ser no era un cuerpo muy recomendable, inmerso como estaba en todos esos problemas de falsa identidad y dudas insalvables.
Aterrado por esas desdichas humanas, suplicó en su delirio volver a su estado anterior. Y así quiso el hado por su propia cuenta que en esta ocasión saliera de ese sueño en otro para convertirse en un pájaro de vivos colores, libre de ataduras, provisto de unas bellas alas y un cortito pico con el que entonar melodiosos trinos.
Y así hizo tras alzar el vuelo, y trinó feliz por su libertad rompiendo el silencio de este bello sueño, yendo de aquí para allá de una a otra rama, quebrando en el aire rizos imposibles sin querer parar.
El ave, al fin exhausta de tanto volar, dejó de trinar y, aprovechando la onírica paz del entorno y saciar con algo el apetito en su buche, se lanzó en picado hasta el humedal y aplacó su hambre devorando a un pequeño ser que dormía al abrigo de una hoja otoñal… soñando dormido con ser otro ente.