JOSÉ MANUEL CIDRE

-Muy bien, niños. Llegó el momento de leer en voz alta los trabajos que habéis redactado para Navidad. Recordad que deben ser oraciones escritas en verso. Luego los entregáis y os corregiré las faltas de ortografía.

Un color gris cada vez más negro envolvía el aula a través de los grandes ventanales, a la vez que la humedad insistía en incomodar, calándose entre las ropas.

Una niña rubia con un grueso jersey blanco de cuello vuelto y unos vaqueros se puso en pie.

Estrellita de Belén

estrellita de Jesús

danos paz en nuestras vidas

y llénanos de tu luz

Estrellita de Belén

estrellita de Jesús

reúnenos en familia

y gozando de salud

Estrellita de Belén

estrellita de Jesús

inúndanos de la paz,

que ofrezcamos gratitud,

y que siempre nuestra vida

resplandezca en rectitud.

-¡Qué bien Conchi! Te ha debido de costar mucho trabajo.

La seño se tomó un tiempo contemplando las cabezas agachadas de los pequeños, mientras le incomodaba la falta de reacciones.

Pidió a Juan Pedro que leyera su escrito como quien apuesta a caballo ganador. El buen hacer y la creatividad de aquél chico seguro que animarían el ambiente.

En el frío de la noche

un Niño nos ha nacido

y en el portal se ha escondido

para no dormir al raso.

Los pastores van bajando

al igual que los vecinos

que hay quien dice que esta noche

un gran bien ha acaecido

Celebremos todos juntos

proclamadlo en los caminos

que el Rey está con nosotros,

para quedarse ha venido.

-¡Qué maravilla, Juan Pedro! exclamaba la profesora mientras las testas permanecían agachadas.

Súbitamente, un chico de tez morena, camisa estilo leñador, con el pelo muy corto y semblante serio levantó la mano.

¡Jairo! Estaba claro, que no se lo esperaba.

-Profesora, yo quisiera leer lo que he escrito. Rogó el muchacho con un innegable acento sudamericano. –Aunque, -miró hacia abajo. No he conseguido hacerlo en rima.

La maestra asintió con la cabeza.

Señor, gracias por mi padre. Dale fuerzas para seguir levantándose cada mañana a las 5h para trabajar en la nave del polígono. Gracias por mi madre. Dale fuerzas para levantarse a las 6h a preparar las cosas y llevar a mi hermana a la guardería, llegando a veces antes de que abran, para dejarla y salir corriendo a la panadería con tan poco tiempo que a veces llega tarde y le chillan, y le dicen que a lo mejor la echan del trabajo.

Te pido por mis padres. Porque algunas noches discuten. Y mi madre le dice a mi padre que tiene una falta, y él responde que no nos lo podemos permitir. Mi madre no tiene ninguna falta. Es muy buena y se esfuerza mucho con todos nosotros.

Gracias Señor por mis vecinos, por los que nos saludan y por los que no. Sobre todo, – tuvo que tomar aire – por doña Emilia, que nos dice que juntos vamos a salir adelante.

Toda la clase le miraba en medio de un rotundo silencio.

https://habitantedelanoche.wordpress.com/

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