Mª DEL CARMEN MÚRTULA
Somos invitados de la Madre Tierra,
que nos acepta al nacer y se ofrece como hogar.
¿Cómo corresponder a su acogida?
Siendo agradecidos trabajando la hermandad,
para hacerla más rica, más confortable,
devolviéndole su hospitalidad
construyéndola cada vez más agradable.
La sabiduría hace frente a los desafíos,
y nos invita a la concordia y armonía,
es sin duda el secreto de nuestro albedrío.
Así encontramos la tarea del equilibrio,
una llamada al cuidado de todo y todos,
como seres humanos comprometidos,
siendo siempre huéspedes agradecidos,
de la Madre Tierra que nos ha acogido.
Y cuando nos llegue la hora del adiós
lloraremos porque duele abandonarla.
Porque fue una madre generosa
que con gratuidad nos aceptara.
Y en nuestra plenitud, una promesa
que se abre al misterio de otra vida,
donde nos espera la recompensa
del gozo de otra eterna acogida.