FRAN REL

MIÉRCOLES​

DANI
Por la mañana, tras la ducha, me fui a desayunar con Marisa pero no estaba, y me extrañó. Vi el pan así que había llegado pero, por lo que fuera, se había ido. Me preparé la tostada y el café mientras la esperaba pero no llegó. Me fui a la facultad pero antes pensé en pasarme por casa de Gema para ver que tal había pasado la noche. Me abrió Sara que me dijo:

  • Que bien, toda la familia aquí

La miré extrañado y fui a la habitación de Gema donde me encontré a Marisa que me miró sorprendida y yo a ella. Me dijo:

  • Ay, perdona, se me ha pasado el tiempo charlando
  • Ya veo
  • Vamos para casa y desayunamos
  • No, ya he desayunado, y me tengo que ir
  • Pero…

Entonces miré a Gema que estaba con una sonrisa escuchando y le dije:

  • ¿Cómo has pasado la noche?
  • Bien, un poquito de fiebre pero nada comparado con la otra noche
  • Genial, me alegro
  • Gracias, mañana ya estaré bien, seguro
  • Con lo que te gusta a ti estar por ahí jeje
  • Pero mira como me cuidáis, Sara me ha hecho el desayuno, tu tía ha venido a verme, tú también… estoy mejor que quiero jeje

Entonces Marisa, a modo de disculpa, dijo:

  • Si solo he venido a preguntar, pero al final, como a las dos nos gusta hablar, no hemos parado jeje
  • Ya, ya

Estuvimos un par de minutos más y luego salimos Marisa y yo. Ella me dijo bajito:

  • Lo siento Dani, de verdad que ni me he dado cuenta de la hora
  • No pasa nada, ¿En serio te vas a disculpar?
  • Pensé que solo iban a ser 5 minutos y…
  • Anda, anda, bueno, me voy
  • Sí, mañana nos vemos ¿no?
  • Supongo, no sé
  • No te enfades
  • No lo estoy, no digas tonterías

Y me fui. No estaba para nada enfadado, ni que ella tuviera que estar siempre a mi disposición.

En la facultad, tuve un encontronazo con Ale pero casi nada porque Sara estaba por allí, pero a ese se la tenía guardada. Después de las clases, Marta me buscó y me dijo:

  • Entonces ¿vamos a quedar esta noche?
  • Claro
  • Ah, genial

Nos quedamos callados aunque veía claramente que me quería decir algo más. La miré e hice un gesto de si quería decirme algo más. Ella miró al suelo y dijo:

  • ¿Vamos a usar lo que me enseñaste ayer?

La noté rara y pensé que se estaba echando para atrás. Entonces dijo muy bajito:

  • ¿No quieres? Si te asusta, no hace falta que…
  • No, no, quiero probarlo
  • ¿Entonces?
  • Es que…
  • Marta, hay confianza, dímelo claramente si no quieres usarlo, que no pasa nada, yo me lo paso genial contigo, ya lo sabes
  • No, si no tiene que ver con eso… bueno, sí, un poco pero no con eso exactamente
  • Pues tú dirás
  • Es que… me gustaría probarlo de nuevo
  • ¿El sexo anal?
  • Chisttttt, más bajo
  • Pero si estamos hablando a susurros jeje
  • pero sí, eso
  • ¿Seguro? te dolió mucho
  • Ya, no, es que me gustó pero me dolió… pero no tanto… me asusté
  • No te sientas presionada, por mí esperamos ¿eh?
  • Ya, ya… pero ¿Te puedo pedir una cosa?
  • Claro
  • Probarlo pero poco, es decir, no creo soportarlo todo pero sí un poquito, para acostumbrarme… no sé… supongo que para ti será frustrante pero es que no creo poder…
  • Para mí, tocarte y besarte ya es un regalo… partiendo de ahí, contigo nada es frustrante
  • Ayyy, no me digas esas cosas
  • ¿El qué? ¿decirte la verdad de la gran suerte que tengo?
  • Que tonto eres
  • jejeje
  • La suerte es mía
  • Bueno, de los dos
  • No estoy de acuerdo pero acepto el piropo jeje
  • Un gran progreso contra tus complejos
  • jajaja
  • Pues luego vamos para mi casa, allí tengo el juguete ¿vale?
  • Sí, vale

Estuvimos un rato en la biblioteca y luego nos fuimos a mi casa. En el camino, le dije que quería pasarme por casa de Gema, para ver como estaba. Marta dijo que sin problema, que como se conocían, también iría. Llegamos a mi casa y dejamos las mochilas. La idea era visitar a Gema, luego comer algo, después estudiar, y luego a la cama a follar y dormir. Pero en cuanto estuve en mi cuarto, me abalancé sobre ella y echamos un buen polvo, intenso, sin anal, pero muy satisfactorio.

Luego nos vestimos riendo porque, a las primeras de cambio, el plan que nos habíamos hecho durante el camino, lo habíamos incumplido. Llevé a Marta a casa de Gema y allí nos abrió una Sara con cara de sorpresa. Gema estaba bastante mejor, ya levantada en el sofá. Estuvimos allí media hora charlando y bromeando. Sara dijo:

  • Pero ¿No íbais a quedar vuestro grupito esta noche para estudiar?

Miré a Marta y ella a mí, pensando “Ale le está poniendo los cuernos”. Dije:

  • Sí, ahora vamos, pero me hacía falta recoger unos apuntes y por eso hemos venido, y ya hemos aprovechado para ver como está Gema

Miré a Gema que sonreía sabiendo que estaba mintiendo. Sara se encogió de hombros y dijo:

  • Ya, a recoger unos apuntes, y de camino, a relajaros en la cama jajaja

Si ella supiera lo relajadito que estaría ahora su novio. Le reímos la gracia pero le seguimos la corriente. Luego seguimos charlando un poco y me llamó la atención como Gema le daba palique a Marta, y como las dos se reían, no se llevaban mal. Cualquier otra tía se llevaría de uñas con Gema por estar tan buena y acostarse con el mismo tío, pero Marta no. Cuando salimos le dije:

  • ¿No te cae mal Gema?
  • No ¿Por qué?
  • Porque las dos folláis conmigo
  • Ah, ya, pero… no sé… si fuéramos novios pues sí, claro, pero en esta situación que tenemos los tres, pues no sé, no me parece mala chica… y…
  • ¿Y qué?
  • Que ella es muy atractiva y, a pesar de eso, sigues follando conmigo
  • Claro
  • Pues eso me sube la autoestima jeje
  • jajaja, que cosas tienes

Nos fuimos a comer, luego volvimos, estudiamos un buen rato aunque con mucho magreo por mi parte. Pasado un par de horas, dijimos de acostarnos. Entonces Marta dijo de ir al baño y dijo:

  • Voy a tardar un poquito
  • ¿Te sientes mal?
  • No, no es eso… es que…
  • ¿Qué?
  • Que tengo que prepararme, ya sabes
  • ¿El qué?
  • Por detrás
  • Ahhhh

Poniéndose totalmente colorada. Me reí y le dije que sin problema. Me pidió una toalla y se metió en el baño. Al poco escuché la ducha. Cerré con llave la puerta que comunica con la casa de mis tíos, no quería visitas imprevistas. Al rato salió Marta con una toalla enrollada al cuerpo y limpiándose los dientes. Después se quitó la toalla y se puso encima de la cama, sin taparse, esperándome mientras yo me aseaba también. Me dijo:

  • ¿Dónde tienes el juguete?

Se lo dije y lo sacó. Lo abrió y se puso a leer las instrucciones. Me desnudé y me tumbé a su lado. Ella cogió el juguete y dijo:

  • Es más grande de lo que pensaba
  • No sé
  • Es que mira, aquí el grosor es grande, no tanto como lo tuyo pero cerca ¿No crees?
  • Puede

Entonces Marta se lo metió en la boca y lo chupó un poco. Luego dijo:

  • No tanto, no, se nota que no es tan grueso como lo tuyo, pero es grandecito

Verla chupar el juguete me la puso dura al instante y me lancé a por ella, a besarla por todos lados. Nos enrollamos y tocamos durante un buen rato y luego le comí el coño y el culo. Entonces ella dijo de probarlo. Lo cogí y le puse lubricante. Marta se puso a cuatro sobre la cama y le puse también a su culo. Luego se lo metí despacio. Marta jadeó un poco pero no se quejó. Entró sin demasiados problemas. Entonces ella dijo:

  • mmmm
  • ¿Te molesta?
  • No, es… raro
  • ¿Te lo quito?
  • No, espera un momento

Me quedé a la espera y entonces ella dijo:

  • Sí, es raro jeje
  • Pero ¿te gusta o te lo quito?
  • Sí, me gusta
  • ¿Te pone?
  • Sí, mucho, me parece muy… guarro

Entonces se giró y vi su cara, era de excitación. Dijo:

  • ¿Me follas así?
  • Claro

Me incorporé y me puse detrás de ella, metiéndosela despacio en su coño mojado. La follé rápido y ella no tardó en correrse. Se tumbó boca abajo y dijo:

  • Ufff, se siente mucho el juguete
  • Pero bien ¿no?
  • Sí, mucho
  • Yo también lo he notado
  • ¿Sí?
  • Sí, creo que sí

Marta se quedó unos segundos más tumbada, reponiéndose de su orgasmo y luego se incorporó y dijo:

  • Te la quiero chupar
  • ¿Te lo quito?
  • No, no, así es más… más guarro

Marta estaba desatada. Me la chupó con unas ganas tremendas. Luego follamos más rato en varias posturas sin quitarse el juguete. Al rato me dijo:

  • Vamos a probarlo
  • Ya sabes que no hace falta
  • Lo sé, pero quiero
  • Pero si te duele, me lo dices
  • Tú mandas ¿eh? cualquier cosa me lo dices

Ella me sonrió y me dijo:

  • Deja de preocuparte tanto, no me voy a romper
  • Ya pero no quiero…
  • Me siento muy cómoda contigo, mejor imposible para probar esto

Se volvió a poner a cuatro. Le quité el juguete con cuidado y ella jadeó. Cuando estuvo fuera dijo:

  • Eso me ha gustado, vuelve a hacerlo
  • ¿Te lo meto?

Y volví a metérselo y a sacárselo varias veces. Luego ella me dijo:

  • Ahora tú

Me puse condón, lubricante y se la empecé a meter. Lo noté igual de estrecho que la otra vez. Fui muy despacio y cuando le metí lo mismo que la otra vez le dije:

  • ¿Te duele?
  • Sí, pero me gusta
  • ¿Paro?
  • No
  • Pero…
  • Tú sigue y no preguntes más, eso no ayuda… yo te diré

Seguí despacio y cuando llevaba la mitad dentro, ella me paró y dijo:

  • Sácala despacio, pero no entera

Y así hice. Me paré y ella dijo:

  • Ahora dentro, como antes

Repetí todo igual de lento. Entonces ella dijo:

  • Hazlo un poco más rápido

Y la follé pero a un ritmo lento. Al poco, Marta estaba gimiendo bajito y empezó a tocarse. De repente tuvo un orgasmo con mi polla dentro de su culo pero gracias a su mano.

Me salí y ella se tumbó boca abajo. Al rato se volvió y me dijo sonriendo:

  • Me ha gustado mucho
  • ¿Sí?
  • Sí, pero siento que haya sido tan lento, es que se nota enorme ahí detrás
  • No pasa nada
  • A ese ritmo no te corres ¿verdad?
  • Pues no jeje, aunque es excitante
  • Lo siento Dani, ha estado muy bien pero es que aún me duele bastante
  • Claro

Me besó y me dijo:

  • ¿Cómo quieres acabar?
  • Pues no sé
  • Como tú quieras
  • No tienes más ganas de follar ¿no?
  • Contigo siempre

Sonriéndome. Se tumbó boca arriba abriendo las piernas y mostrándome su coñito rojo y mojado. Me quité el condón y la penetré rápidamente. La follé con ganas hasta correrme dentro de ella. Me tumbé en la cama y la vi levantarse e irse al baño. Me quedé dormido esperándola.

MARTA…
Me metí en la cama junto a él, abrazándolo. Me molestaba el culo pero había estado muy bien. Había estado a punto de decirle que parara pero estaba muy cachonda y pudo seguir. Me corrí sin problema aunque pensé que no podría, pero no, estaba muy a tono. Había perdido la cuenta de orgasmos que había tenido ese día entre los dos polvos, cada vez me pasaba más con Dani, siempre me ponía más y más hasta perder la noción de todo.

Me reí por dentro, quien me iba a decir a mí hace un par de meses que alguien me iba a sodomizar y yo deseándolo. Ah, y el juguetito muy bien, otra cosa que jamás me habría planteado probar. Me dormí con una sonrisa.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s