Mª DEL CARMEN MÚRTULA
Veo tu fragilidad y vulnerabilidad
ante la eminencia de tu muerte,
busco apaciguar tu soledad
y amortiguar tu debilidad,
acompañándote en tu dolencia
con la fuerza terapéutica de mi presencia.
Sé que mi pobre y vulnerable corazón
es incapaz de entregarse sin medida,
pero, aunque torpe, quiero hacerte compañía,
que sientas mi ternura, mi compasión…mi cercanía.
Has abierto en mi corazón una herida
que no se puede cerrar tan fácilmente
y aunque no sepa amar a tu medida
siénteme aquí viviendo tu agonía.
Y cuando la muerte nos separe
yo cerraré tus ojos tristemente
pero con la fe de que me esperas
para encontrarnos allí eternamente.