ESRUZA
Estaré presente siempre:
En la suave brisa del mar,
en la marea entrando y saliendo
de la playa en una madrugada.
En el mar embravecido,
en el viento huracanado.
En esas huellas solitarias
sobre la arena blanca
de una playa imaginaria.
En los hermosos crepúsculos;
también en las noches tibias de un cielo azul
donde habrá luna, estrellas y luceros.
En el viento suave de las mañanas,
en el sol ardiente de las tardes,
en las hojas que caen suavemente
sobre el pasto lleno ya de ellas en otoño,
y en el frío viento del invierno.
En esa melodía que acaricia los oídos,
o cuando veas una flor de azalea.
En un poema de ese viejo libro de poemas,
tal vez olvidado en un cajón.
Estaré presente en tus pensamientos
cuando la soledad sea más fuerte, y
te pese más el correr de los años,
y las añoranzas, las evocaciones,
lleguen sin ser llamadas como una ráfaga
de viento que se va rápidamente
estaré presente, aunque no quieras.