ROCÍO PRIETO VALDIVIA
Recuerdo esa clase con los muchachos de la Unison recién había adquirido ese diplomado teórico en oratoria yo una tallerista de niños metida entre hombres y mujeres de nivel universitario. Tengo que confesar que mi vestimenta era un poco ridícula, ese vestido azul celeste con bordados de flores escandalosas debió ser motivo de escarnio entre los muchachos y mi peinado a la Frida Kahlo. Sólo me faltaba mi Diego Rivera versión pirata porqué el novio que tenía en ese tiempo estaba más flaco que un perro hambriento.
Y es que después de mi fracaso matrimonial con “el doctor Simi “ cómo quise nombrar a mi ex esposo: digo por aquello de que algún admirador lea está anticuada anécdota. Y bueno ahí estaba yo en el auditorio en esa clase abierta, me sentía toda una maravilla al frente de todo un público unificado, las hileras de sillas azules , el techo a cielo abierto, las luces me hacían ver delgada a pesar de mis ropas de manta azul, mis cabellos como ya les dije antes con una trenza a la Frida Kahlo y yo leyendo uno de mis poemas creo fue aquél que se llama “Esa camisa Azul de Mezclilla” ustedes sabrán que algunas veces entre recuerdo y recuerdo sale a relucir ése ingeniero agrónomo que conocí con mi comadre la Xochilt, sería que siempre me llevaba flores recién cortadas, que decir verdad eran” Robertas»
Cómo dice mi hermana querida, pero volvamos a la anticuada anécdota. Yo seguía leyendo casi en susurros tras el micrófono.
Cuándo de entre el Público uno de los chicos se levantó traía el atuendo similar al de mi poema: y gran voz exclamó;
– ¡Bravo, excelso sabía que hoy había elegido el atuendo perfecto!
Yo me sentí tan apenada que apenas si podía articular palabra y para mí mala suerte ahí se encontraba el rector de la Universidad vestido igual al chico, y uno a uno cada uno de los estudiantes de Agronomía se iban parando.
Yo me quedé atónita y tartamudee un poco.
Una gran ovación me hizo tomar nuevos bríos y volví a leer mi texto terminé ese día, dando autógrafos y agradeciendo al creador y a mi maestro del diplomado por animarme a dar esa clase en la Unison. Debo decir que viaje de Ensenada en donde actualmente radicó hasta San Luis Río Colorado.
Para asistir al evento de Poetas Migrantes y me eligieron para dar una clase abierta.
Al año siguiente volví. Esperando volver a ver al chico aquél , pero todo intento fue en vano está vez mi clase abierta fue en una preparatoria. Junto a otras compañeras ahí disfruté de la poesía de una chiquita tan tierna y talentosa que sólo recuerdo su nombre “Abigail “
Y hoy la recuerdo así cómo te recuerdo a ti querido poeta Abigael Bohórquez.
Descansa en el cielo de los poetas que nunca mueren pues te quedaste aquí entre mis recuerdos, en mis lecturas
Y que vivan las anécdotas de maestros del estado de libre y soberano de Sonora, México.