ALBERTO MORENO

Habian  trancurrido  veintitres años de aquella profecia. A la mayoria de los personajes de la historia, la vida y las cosas, les habian transcurrido como una continuidad, sin sobresaltos.

Salvo la muerte.

A algunos, les sobrevino como algo previsto y esperado , no se resistieron, la aceptaron sin  queja.

Al coronel Raimundo Polea Alfacar, le sobrevino  una Navidad  abrillantando el sable.

En los proximos dias presidiria una recepcion oficial.

Doña Veronia, su mujer, habia fallecido cinco años antes entre cojines y almohadones, quejumbrosa porque su Raimundo, no habia conseguido el entorchado de General.

Leonor,abandono El Paraiso y fue a vivir con el Coronel. Al quedar viudo, desposo a la madre de su hijo negrito. Sus ultimos años fueron placenteros, llego a cantar en el coro de la Iglesia y en el acuartelamiento de La Riocha, la tropa y los oficiales comenzaron a apreciarle.

Era otro hombre. Hizo el amor por ultima vez, justo cinco dias antes de su muerte, debio llegar al cielo, a las puertas de San Pedro, con el paso cambiado.

Las ninfas de El Paraiso, fueron algo mustias y ajadas al desponsorio de su compañera Leonor.

Vicky, habia perdido la vista del ojo izquierdo y habia ganado peso, comandaba la expedicion de las ninfas, todas por primera vez, ocuparon un banco preferencial en el templo.  Ella, seguia regenteando su negocio.

El profetico Mauricio Vitriole d´Saint Vertu, maestro, diseñador de jaulas,artillero, aparecio una mañana ahogado en las aguas del Chachinea. Nunca se supo,si resbalo en sus paseos con un libro bajo el brazo, o se habia cansado de su diáspora.

Antes de recalar en Fort-de-France, en La Martinique, debio  haber reconstruido su vida, una decena de veces,Despues, dios sabe  cuantas  volvio a intentarlo, en su errante y nómada fijación de buscar siempre una vida mejor.

Copito, Alicia y otros vecinos, le dieron sepultura en el cementerio de La Cuesta de las Culebras.

El capitan Sergio Conejo, retirado de la vida militar, junto a Vicky, seguia ejerciendo de contable de El Paraiso, vestido de paisano, todas las tardes se demoraba, tomando cafe en la terraza del hotel  Rosas Blancas.

Villa Ancha, haciendo honor a su nombre,  habia ensanchado su perimetro,  habia construido un teatro, dos iglesias y en la calle principal habian aparecido cuatro hoteles nuevos. Don Sergio, seguia prefiriendo su Rosas Blancas. Un dia que paso por el puesto fronterizo, vio los cañones ya herrumbrosos, pujo, los compro a precio de chatarra y abrillantados y engrasados, los vendio a precio de oro a otro pais vecino. Conejo, seguía siendo un lince para los negocios

La salud de Copito Juarez y Alicia, era buena. Iban a cumplir cincuenta o sesenta años sin enfermedades ni dolencias.

Los pequeños galafates que gateaban cuando Maurice Vitriole d´Saint Vertu, se tomo en casa de Copito y Alicia el zumo de frutas silvestres y los dulces de batata, habian cumplido los veinte y alguno mas.

Con el nombre de Joaquin Juarez, habia heredado el patronimico de su abuelo materno y el apellido de su padre, lo habían ingresado hacia ocho años en el seminario menor de los salesianos de la capital.

Joaquin habia heredado la docilidad y la  mirada obediente de la primera parte de la vida de su padre. Estas cualidades, le granjearon de inmediato el favor y la proteccion de sus tutores religiosos.

Como estudiante, era ordenado, laborioso y sus notas estaban en la parte media de la clase.

Era un buen traductor de los textos latinos, aventajaba a los otros seminaristas.

El verano que apareció en La Cuesta de las Culebras,con aquel hábito color hueso lino, hasta los pies, con cara de seminarista bueno, los compadres y comadres exclamaron: ¡Tiene cara de Santo!, sus padres, no pudieron evitar unas lagrimas de regocijo.

Los primeros años en el seminario los sufrago Vicky, despues, la Orden, cuando vio que tenia madera de sacerdote, le concedio una beca.

Recorrio todo el pueblo, se baño en las aguas del Chachinea, un dia, sus padres le llevaron a Villa Ancha a saludar a Vicky.

Ella,vivia con el retirado capitan Sergio Conejo, en una casa, al otro lado de El paraiso. Tenia jardin y Conejo habia instalado alli las figuras de dos caballos de hierro a tamaño natural.

En Villa Ancha, le llamaban la Casa de Los  Caballos Putos, en referencia al negocio de sus dueños.

¡Que bondadoso parece!, ¡Con esa sonrisa de angel, llegara lejos!, ¡Y que guapo es!, dijo Vicky al observarlo.

Cuando fue ungido sacerdote, el Obispo de la capital, le tomo como ayudante. Oficiaba las misas en parroquias limitrofes y a la hora del sermon, se encomendaba a Dios como signo de humildad , sus predigas, se deslizaban  en los oidos de los feligreses como la miel de un panal.

El padre Joaquin Juarez tenia un don especial para caer bien a la gente, daba igual si eran ricos o pobres, las mujeres le adoraban.

El Obispo, lo percibio de inmediato,¡Solo tendre que corregir su inocencia, es demasiado ingenuo, el padre Joaquin tiene futuro si se vuelve menos confiado!.

Tambien le recomendo, profundizara en los conocimientos del idiama de la santa madre  Iglesia, el latin.¡Nunca se sabe, si tienes que ir a Roma!

El otro galafate, el negrito, le bautizaron con el nombre de Gabriel Polea Tabango. El abuelo materno aportaba Gabriel, el Coronel, el apellido Polea y Leonor, su apellido paterno, Tabango, que en creoll, su idioma, significaba «aguerrido».

Desde que tuvo uso de razon, dio muestras de ser atrevido y sobre todo bravucon. En el colegio, era raro el dia que no tenia una o dos peleas con sus compañeros de clase, Se atrevia tambien con los que eran mas altos o le llevaban hasta tres años de edad. Al coronel Raimundo Polea Alfacar, se le caia la baba. ¡Que bravura y que genio!.

El flamante sacerdote Joaquin Juarez, almorzaba todos los domingos con el Obispo.

Este, dirigia la charla con claras intenciones didacticas. Queria desprenderle de parte de su candor, de su inocencia. Habia que prepararle contra la astucia del maligno.

El prelado, no habia calibrado bien que la mirada ingenua y obediente del padre Joaquin era un arma letal. Desarmaba a los hombres y entraba en sus corazones sin condiciones.

Eran conquistas con nota de excelencia .Ganaba las batallas sin resistencias ni lucha. Al propio Obispo lo habia seducido, sin que este lo supiese.

Desde su tumba, Mauricie Vitriole d`Saint Verdu, el errante en vida, parecia tener poderes de ultratumba, guiaba los destinos de los lejanos galafates por railes que conducian derechos a los destinos que profetizo un dia.

A Gabriel Polea, su padre coronel, lo ingresó con quince años en la Academia Militar. El cadete olia la polvora y sufria una transmutuacion.

En el primer año, aprendió de memoria ochenta y cuatro nombres de artefactos militares. Conocia las estructuras y los cuerpos que componian un ejercito.

A veces, hablando con su padre,a modo de tic nervioso, acariciaba su rizo rubio que caia sobre su frente de mulato.

  Corregia al coronel, llegaba incluso a disertar sobre estrategias militares.

¡Los ataques, no deben iniciarse, por las mañanas!,¡El ánimo del enemigo esta ojo avisor, en guardia!,¡Los hombres, cuando comienza el dia, se arman de energia, quieren configurar su destino!.

¡Por la tarde, han bajado la guardia y se les coge desprevenidos!.

Asi discurria el joven cadete, parecia un iluminado, llamado a librar epopeyas épicas como un Simon Bolivar resucitado.

Al Coronel Polea, le desbordaba, cuando hablaba con su negrito, terminaba por adoptar pose de cadete.

De hecho, una vez que le pregunto por las campañas de «El Libertador Bolivar»,  el coronel no supo que decir.

Los dos galafates habian perdido el contacto, despues de compartir su niñez durante trece años en casa de Copito.

No sabian nada el uno del otro.

Sus destinos transcurrian separados. Gabriel, en la Academia Militar a punto de salir con graduacion de alferez, en la capital del país de Villa Ancha.

Joaquin, en la  capital del pais vecino, de La Cuesta de las Culebras,ya oficiado sacerdote y ayudante del obispo.

Dos mundos separados, que el destino, no tardaria en unir.

                           Capituño VI

En la Academia Militar, Gabriel formaba parte del equipo de beisbol, era un excelente bateador. Al terminar el ultimo curso, con su flamante estrella de seis puntas en las hombreras de su guerrera de Alferez, fue destinado al Estado Mayor, con la mision de reforzar el equipo de beisbol de los oficiales y jefes.

Continuó viviendo por un tiempo, en la residencia de la Academia, alli disponia de una habitacion individual con rango de oficial.

El Estado Mayor estaba atestado de coroneles y generales, por los pasillos, no paraba de subir ceremoniosamente la mano derecha a la visera de su gorra.

¡A la orden, mi coronel!, ¡A la orden mi general!. Lo repetia mas de veinte veces al dia.

A Gabriel, las mujeres comenzaron a darle trato preferente

Era como medio palmo, casi veinte centimetros, mas alto que su padre el coronel Polea, habia heredado de algun ancestro haitiano de la familia de Leonor, la musculatura, el vigor corporal y la altura, tenia cuerpo de atleta.

El equipo de beisbol del Estado Mayor, con su incorporacion, pronto comenzo a cosechar éxitos.

En el ultimo encuentro del canpeonato, que ganaron con un resultado  aplastante, bajó al vestuario  doña Angelina, la mujer del general, segundo jefe del Estado Mayor.

Venia vestida con un corpiño color rosa y tocada con un coqueto sombrero, coronado con un ramillete de flores del color del corpiño. Parecia salida de un cuadro parisino de Renoir.

¡Me gustaria aprender a «batear» con usted!, ¡yo formo parte del equipo femenino de las Ursulinas!, jugamos para recaudar fondos para los huerfanos del ejercito!.

-¿Por que no me da clases, los jueves por la tarde?.

Gabriel, sentado en el banquillo del vestuario, se levanto, estaba quitandose los «tenis», tenia el torso desnudo, listo para entrar en la ducha.

¡Como usted mande!, acerto a contestar.

Por primera vez, su caracter osado y atrevido, se comporto de forma prudente, aquello, podria complicar su carrera, no sabia como salir del nuevo atolladero.

Dos semanas despues, doña Angelines, se presento con una bolsa de bolas y un bate en el estadio.

La generala entro a matar. ¡Cuando terminemos, vamos a casa y come alli!, ¡Mi marido esta de viaje, y no me gusta comer sola!.

Entrenaron un buen rato, Gabriel se colocaba detras de Angelines y le enseñaba a coger el bate, ¡Hay que mirar fijamente venir la bola  y alzar el bate a su altura!.

Al terminar se encaminaron a la casa del general, Angelines conducia un automovil americano de grandes proporciones.

Era una mansión.

 Aparcaron en el garaje, al ir a introducir Angelines la llave en la cerradura de la puerta principal, la hoja se abrió.

¡Hola mami!. Una joven rubia, esbelta, con aire deportivo, dio dos besos en las mejillas a Angelines.

¡ La profesora estaba enferma y han suspendido la clase!, ¡He vuelto a casa!.

Maurice Vitriole, desde ultratumba, vigilaba el destino del futuro general. Le estaba protegiendo.

Hicieron las presentaciones. La joven se llamaba Leonor, como la madre de Gabriel.

 Angelines, visiblemente contrariada, se marcho a la cocina. Los jovenes comenzaron a intercambiar informacion trivial  de sus vidas.

¡Yo quiero licenciarme en gestion y administracion de empresas, en «bussines», tendre que mejorar mi ingles.

¡Habia quimica!, lo percibió Angelines, cuando volvio al salon con la comida, la asistenta, misteriosamente habia recibido el dia libre. Hablaban, mientras sus cerebros avanzaban por caminos dispares.

Angelines, supo de inmediato que sus clases de beisbol no tendrian futuro,su hija iba a interponerse en sus aviesos planes.

 Leonor, miraba al alferez y hacia elucubraciones que conducian a un objetivo: ¡Debo quedar mañana a la salida de clase con él. El cerebro de Gabriel, sentia a la par, un alivio y un interes por Leonor, que crecia por momentos.

¡Que hermosa es!, decia en su interior.

La tarde, trajo otro imprevisto. El general habia concluido antes de lo previsto su viaje y habia regresado a casa. Desde el mas allá, Maurice seguía protegiendo a su pupilo.

¡Hola, no pudo venir la delegacion que esperabamos y hemos aplazado la reunion a la semana proxima!.

Angelines, mientras hacia otra vez la presentacion de Gabriel, respiro aliviada.¡Menuda vaina!, decia para si.

El general estuvo amable, confraternizo lo justo con el alferez.

Se despidio, con la cortesia y ceremonial castrense previsto.

Leonor le acompaño a la puerta, tuvo tiempo en el ultimo segundo de decir:¿Me recoges mañana a la salida de clase?.

Le dio los detalles.

Pasaron los dias, Angelines habia colgado la bolsa de  bolas y el bate en el trastero, el general encontro dos veces por los pasillos, al alferez Gabriel Polea.

¡Como va el beisbol!, le pregunto amablemente. ¡Excente mi general!, ¡Hemos vuelto a ganar esta semana!.

Los jovenes, se veian todas las tardes a la salida de clase de Leonor. Cada uno habia contado al otro, practicamente sus vidas. En la segunda semana, en el parque que cruzaban en el camino de vuelta, se besaron.

Uno de los dos se anticipo por segundos:¡Me he enamorado de ti!, el otro, como pudo, sus bocas no cejaban, contesto:¡Yo tambien!.

Ahora, habia que decirlo en casa, pensaba Leonor, !debo encontrar el momento!. Sabia, que su padre iba a ofrecer una férrea resistencia. El color corporal de Gabriel no era de su agrado. Estaba segura.

Demoro, el momento. Primero hablo con la madre, Angelines le ofrecio su ayuda.¡Deja, que le hable yo primero!. Las dos mujeres se aliaron.

El general, habia sido llamado al Palacio Presidencial, hacia tres dias. El Presidente de la Nacion, en persona, le comunico el posible proyecto de crear una aviacion militar para el ejercito.

¡Piense en ello  general, usted seria el encargado de llevar este proyecto a buen termino!,¡Disponemos de un año, pero no tenemos plata!. ¡Venga a verme tan pronto disponga de un plan!.

El general se sentia muy alagado por la confianza que le habia mostrado el Presidente y muy preocupado, porque sin plata seria casi imposible.

Mientras cenaban, Angelines abordó a su esposo, estaban solos, Leonor, segun ella,  habia quedado para cenar con la profesora y tres compañeras. No era cierto, Gabriel habia alquilado en connivencia con Leonor, una habitacion en un hotel discreto, de hecho, tampoco habia ido a clase aquella tarde, Gabriel se habia saltado el entrenamiento de besibol.

¡Tengo que darte una noticia!, comenzo Angelines,

¡Nuestra Leonor se nos ha enamorado del alferez Gabriel!,¡Ya sabes lo tozuda que es!. El general, como era costumbre en el, solo hizo un comentario sosegado. ¡Es joven, seguro que se le pasa pronto!, ¡Si se complica, podemos mandarla al extranjero, asi perfecciona el ingles!.

El general cambio el tema sin mas. Llevaba varios dias hablando con Angelines del asunto de los aviones.

¡Sin plata, nada es posible!,¿De donde habra sacado la idea?

Angelines, escuchaba, el general se estrujaba el cerebro y la conversacion terminaba como las otras,¡A ver que le digo, no puedo demorarme mucho!, ¡ van a elegir a otro general!.

Leonor, estaba en ascuas, queria hablar con su padre a toda costa.

Al final, la madre le sugirio, que lo hiciera en fin de semana, siempre estaba mas receptivo.

El sabado, mientras desayunaban, Leonor paso al ataque.

¡Papa, Gabriel y yo nos queremos prometer, estamos enamorados, necesitamos tu aprobacion!, ¡Por que no hablas con el?, ¡Asi lo conoces, es muy inteligente!.

La tozudez de Leonor,  volvio a la carga aquella noche en la cena, consiguio al final una  invitacion para Gabriel.

¡El proximo domingo, comemos juntos, asi podremos hablar sin prisas!. Leonor se levanto y estampo un beso en la mejilla del general, Angelines recibio  doble racion.

Gabriel estaba nervioso, no sabia de que hablar. Leonor, le sugirio que hablara de aviones, su padre estaba obsesionado con el tema.Le puso en atecedentes del encargo del Presidente.

Llego el domingo. Gabriel, no recordaba haber visto nunca un avion . Se encomendo al espiritu santo.

Todo comenzo mejor de lo previsto. Maurice Vitriole d`Saint-Vertru, desde ultratumba enviaba irradiaciones y efluvios al cerebro del alferez.

El padre de la patria,el general,  reconducia la conversacion de forma fluida, obviando la verdadera razon de la reunion.

¡¿Y que piensa de nuestro ejercito, alferez Polea?, el preboste, no le tuteaba, era amable, pero  marcaba  distancia.

Gabriel estaba en su salsa, la pregunta fue un regalo de la providencia, o del amigo Maurice.

A los cinco minutos, Gabriel mostraba un conocimiento militar y hacia unas observaciones que al general le puso en alerta. Habia llegado la sobremesa, las mujeres se disculparon y dejaron a los dos hombres solos.

Don Valentin Valenzuela, asi se llamaba el general, estaba comprobando que Gabriel llevaba en la sangre la profesion de militar, lo resumaba por los cuatro costados.

Cuando llego el asunto de las estrategias y de las tacticas y de los mejores  momentos del dia para propiciar los ataques, Don Valentin, comenzo a tomar en serio al alferez Polea.

¡Y dime, Gabriel!,   el general iba derecho al encargo del Presidente y habia empezado a tutearle.

 Tomo el relevo y hablo del proyecto tan profusamente, que incluso cometio ciertas indiscrecciones, que  la gran diferencia de graduación  no  permitia.

 ¡Como quiere el Presidente organizar la Aviacion sin presupuesto!, el general incluso habia subido el tono de su voz, estaba olvidando que hablaba con la graduacion mas baja en la escala de oficiales.

Maurice Vitriole d·Saint-Vertu, desde su ultratumba no perdia hilo, como si fueran dardos disparados con la cervatana de un jivaro, empezo a enviar palabras a los labios de Gabriel:

¡Como no estamos en guerra, se deberian comprar avionetas que son mas baratas , se entrenaria y se formaria una promocion de pilotos. Las avionetas, se usarian para fumigar los latifundios del pais. Los dueños deben aportar su plata, y el Negociado de Agricultura, tambien deberia asumir gastos!.

Gabriel, continuaba como un iluminado, ¡lo importante son los pilotos no los aviones!,

A Gabriel, solo le falto pedir en aquel relato, la mano de Leonor.

El general Valentin Valenzuela, ordeno los argumentos del alferez, le añadio mas enjundia de su propia cosecha y pidio audiencia con el Presidente.

¡Triunfo!,

 ¡No esperaba menos de usted general Valenzuela!

¡Ponga en marcha su plan!, ¡Hablare con el intendente de Agricultura y con los hacendados pertinentes!,¡Se pondran a sus ordenes, se lo aseguro!.

Pocas veces, habia tenido en su larga vida profesional una satisfaccion tan inmensa, el Segundo Jefe del Estado Mayor  bajo la escalinata del palacio presidencial henchido y pletorico  de orgullo.

La construccion del aerodromo, la compra de veinte avionetas y la boda de Leonor y Gabriel, coincidieron en las mismas fechas.

En realidad, la boda se celebro dos meses despues. Angelines queria organizar mas que un enlace matrimonial, una olimpiada social , un acontecimiento sin precedentes.

¡Valentin, tienes que invitar al Presidente!.

Leonor, la madre de Gabriel, despues de enviudar del Coronel Polea, le guardo luto un año.

Vicky, le visitaba. Hablaban de sus cosas, mientras tomaban cafe en el porche de su casa, la de los caballos putos, como la habian bautizado la gente.

Leonor, le hablaba a Vicky de Gabriel ,su compromiso matrimonial con la hija del segundo general jefe del Estado Mayor, sus triunfos en el beisbol y su ascendente carrera militar. Vicky sentia  una gran alegria por ambos.

Fue, en una de aquellas visitas, cuando Vicky supo de la boda.

¡La debe oficiar el padre Joaquin, es su hermano de leche! ¡Y compartieron juntos toda su niñez!.

Angelines, el dia que conocio al padre Joaquin quedo hechizada con la sonrisa del sacerdote, ¡Que guapo es!,

Dijo lo mismo que Vicky, el primer dia que lo vio en casa de Copito,en La Cuesta de las Culebras, con su habito de lino.

 La idea  le paracio muy acertada. A Gabriel, le entusiamo.

El dia que se encontraron, permanecieron abrazados una eternidad. Se contaron atolondradamente sus vidas.

Joaquin menciono a Maurice Vitriole en la conversacion.

¡Gracias a el ,estamos aqui!,¡El nos puso en el camino!, siempre que oficio una misa encomiendo su alma a Dios.

El Presidente, confirmo su asistencia a la boda. Aquello hizo cambiar el protocolo. Angelines, despavorida, sentaba y levantaba a los invitados, cada cinco minutos, habia que establecer los sitios en la ceremonia de la iglesia y especialmente en el banquete. La lista de invitados, fue creciendo cada dia.

El pragmatismo del General, puso orden en el caos  que su mujer estaba organizando. Aquello era como una batalla, primero los cañones y detras la infanteria. El Presidente era el cañon principal, los terratientes que sufrajarian la compra de sus avionetas, eran los cañones inmediatos, el cuerpo de generales y jefes que componian el Estado Mayor venian a continuacion, luego, el resto de mandos del ejercito.

En primera linea de la infanteria civil, situo a los  familiares y amigos de los novios. EL, llevando del brazo a la madre del novio, serian los compadres. Angelines, le corrigio,¡la entrada al templo, hasta el altar mayor,tienes que llevar a tu hija!, el novio llevara a la comadre!. ¡Cuando el desposorio se haya consumado, la salida la presidira, los nuevos esposos y detras ireis los compadres!.

Al Presidente y a la primera dama del pais, le instalaron un atrio a forma de tribuna en primerisimo lugar del Altar Mayor.

La primera fila del templo se reservo a los familiares mas allegados. Copito Juarez, nunca hubiese imaginado aquello.

En su memoria, iban y venian girones de su lejano pasado y no podia dar credito a la escena. A su lado,Alicia y al otro, doña Angelines. El segundo banco lo ocupaba Vicky, el capitan Conejo y El Paraiso en pleno,con las ninfas jubiladas.

 Las activas las situaron en lugar mas discreto. Los terratenientes y el generalato, entremezclados, ocupaban los primeros bancos del ala derecha. El General Valentin Valenzuela habia ordedado hacer un croquis que recogia con exactitud a los 458 asistentes y sus ubicaciones en la Iglesia.

Las 92 mesas que componian el banquete, tambien disponia de otro croquis similar.

Cuando el Padre Joaquin, se dirigio a los contrayentes:

¡Tu, Gabriel, siervo de Dios, quieres por esposa a doña Leonor Valenzuela Codorniz y tu Leonor, sierva de Dios, quieres por esposo a Gabriel Polea Tabango!, La otra Leonor, la madre del novio, a dos palmos de su hijo,en su papel de comadre, vestida como una virgen, habia sido obra de Vicky , con aquel rizo rubio que seguia adornando su frente, primero se le escaparon dos sollozos y de inmediato comenzo a llorar como una posesa.

La otra Leonor, la novia, se volvio y abrazo a la mujer con una ternura exquicita. Le enjugo las lagrimas con su flamante pañuelo todavia de novia.

El martiniqueño Maurice Vitriole d’ Saint Vertu, desde el Mas Alla, hacia un impecable trabajo, vigilaba los detalles con minuciosa precision, como cuando en La Cuesta de las Culebras,  los pajaros llegaron a preferir sus jaulas a los arboles. En un arrebato generoso, por el agujero que hizo con su maña de artesano, en el espacio sideral del Mas Allà, invito al coronel Pantoja para que viera la ceremonia.

Su hijo Gabriel, en el altar, el Presidente de la nación, contiguo y a su Leonor, con su rizo rubio, algo canoso, ejerciendo de comadre junto a su hijo.,

El coronel Pantoja no daba crédito,casi se muere de nuevo de la emoción.

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