Mª DEL CARMEN MÚRTULA
Allá, en lo más hondo del alma, donde se oculta los secretos,
habita lo bueno y lo malo, el bien y el mal,
la luz y las tinieblas, lo mejor y peor de mí existencia.
Son huéspedes innatos que ocupan mi realidad.
Son compañía y misterio, fortaleza y debilidad,
brisa y a la vez tormenta, son mi maldad y mi bondad.
Allá, en el más profundo centro, se vislumbran unas batallas
que luchan por conquistarme y dominar mis entrañas.
Es una guerra donde he de vencer al egoísmo,
a la indiferencia, la injusticia, el odio… y cualquier pasión.
He de destruir el mal de este conflicto existencial,
si quiero ser la dueña y dominar la situación.
¿Quién se hará con la victoria?
Depende de a quien alimente y vigorice,
a quien impulse y robustezca,
a quien exhorte y adiestre,
a quien sostenga y fortalezca.
Esto es tarea cotidiana, hace falta resistir.
Si se pierde alguna batalla por debilidad,
si hay fracasos y derrotas en nuestro luchar…
Cada paso dado, cada bache superado,
cada momento de éxito, hay que saber celebrar.
Lo importante es hacernos con la victoria,
y al final de nuestra vida terrenal
el bien hemos de ver triunfar,
entonces disfrutaremos de nuestro triunfo final,
y en ello estará nuestra gloria.