MOISÉS ESTÉVEZ
el_gran_cañón
El crujir de las hojas les recuerda lo solos que están. Una soledad
compartida, cómplice, impuesta por la vida, aunque esperada.
Sus hijos partieron en busca de un futuro sin ellos. Un futuro paralelo,
pero cuyo sentido rectilíneo transcurría lejano cual orillas opuestas del río
Amazonas.
La decisión estaba tomada. ‘Habían comprado los billetes,’ y tenían los
pasaportes para ese último viaje de ida sin regreso, pero juntos, por siempre,
marido y mujer, compañeros, amigos, eternos amantes… peregrinos vitales
que conscientes de haber agotado su ciclo caminarían enlazados hacia un
destino incierto y desconocido…