KERANOS
Los tres miramos a Elena y ella se empezó a poner roja. Como ella no decía nada y nosotros tampoco al estar esperándola para que diera instrucciones para que estuviera a gusto, Irene se acercó a ella y la empezó a besar cogiéndola del culo. Después se la llevó hacia el colchón y se tumbaron, quedando Elena sobre Irene. El morreo cogió intensidad, con Irene manoseándola por todo el cuerpo, amasando su culo, pasando sus manos por su espalda. Mario y yo estábamos con la respiración acelerada por lo que estábamos viendo. Nuestras chicas comiéndose la boca ahí tumbadas y desnudas, ¿a quién no le gustaría ver a su chica así con otro pibón? Mario y yo nos empezamos a menear la polla mientras las veíamos y entonces Irene despegó su boca de la de Elena para susurrar:
I: Bésame en el cuello como se lo haces a Javi.
Elena se puso sobre Irene de manera que estaba incorporada sobre sus rodillas, con una pierna a cada lado de su cuerpo, con el culo sobre su pubis mientras le tocaba las tetas, pellizcándole los pezones. Inmediatamente se inclinó para besarle en el cuello mientras Irene le seguía tocando el culo, abriéndole los cachetes, dejándonos ver a Mario y a mí todo su sexo. Irene tenía una cara de placer y vicio increíble, gimoteando.
I: Joder, ahora entiendo a Javi… Dios, que perra estoy…
J: A mí me vuelve loco cuando me lo hace.
I: Anda, ponte detrás de ella y métesela despacito.
Después de unos segundos de silencio por parte de todos, me puse de rodillas sobre el colchón, detrás de Elena. Le acaricié su raja notando que estaba mojadita y se la empecé a meter despacio. Elena gemía ligeramente y bajito para que no se oyera mientras le seguía besando el cuello a Irene como me lo hacía a mí. Tener a Elena así a cuatro patas y a Irene justo debajo mientras se enrollaban me tenía a mil. Por suerte la estaba follando despacio, de no ser así, no hubiera durado nada. Aun así, notaba varias punzadas de placer que me obligaban a parar unos breves segundos por temor a acabar muy rápido. Mientras me calmaba, le acariciaba el culo a Elena. Estuvimos así un rato largo mientras Mario estaba en paralelo a nosotros, mirando y pajeándose.
I: Ven aquí cariño, ponte de rodillas a mi lado.
Mario se puso como Irene dijo y ésta le agarró la polla para pajearle suavemente mientras yo seguía a lo mío. Poco después Elena se incorporó, bajándose de Irene, cogiéndola yo en brazos, poniéndome de pie para que ella se abrazara a mis caderas con sus piernas y a mi cuello con sus brazos. La empecé a follar despacio en esa postura mientras me besaba el cuello y yo miraba a la otra pareja. Mario llevó su mano hasta el coño de Irene, empezando a acariciárselo.
M: Irene, estás empapada. Conmigo no te pones así… Jajajaja.
I: Cállate y fóllame.
Mario se puso sobre ella en un misionero, follándola despacio. Al verlos así, me puse junto a ellos, tumbando a Elena, quedando ambas parejas en paralelo, follando al mismo ritmo. Era algo silencioso por la lentitud que teníamos, solo se oían jadeos. Jadeos que dudaba que en la otra habitación se empezaran a oír. Sin embargo, sí que se empezaron a oír gemidos provenientes de la otra habitación. Elena se puso roja y se tapó la cara con las manos mientras Irene la miraba aguantándose la risa. Tiró de una de sus manos y se la cogió para besársela, susurrándole que se tranquilizara. Elena la miraba sonrojada e Irene alzó su cabeza para besarla, atrapándola con sus labios mientras Mario y yo las seguíamos follando al mismo ritmo, lentamente. Ver a nuestras chicas besándose con tanta sensualidad mientras las follábamos nos tenía locos. Mario sonreía con picardía mientras yo le acariciaba los muslos a Elena. Después de un rato así, Mario empezó a coger más ritmo, haciendo un poco de ruido. Elena daba manotazos al aire en dirección a Mario para que no hiciera tanto ruido.
M: Dale más fuerte, Javi.
J: No, así está bien. Está un poco sensible por lo de esta tarde. Además, estoy a mil y como le dé más rápido no voy a poder aguantar.
E: Y que no quiero que nos oiga mi hermana, joder… (dijo habiéndose una vez apartado de los labios de Irene)
I: Elena, déjame que te coma el coñito…
Elena asintió sonriendo. Yo me salí de ella y Elena se puso en el principio de la cama con las piernas abiertas mientras Irene se puso a cuatro con su cara cerca del coño de mi chica, mirando mi polla que estaba empapada por los flujos del folleteo. Mario se puso detrás de Irene para follarla a cuatro. Por fin Irene empezó a comerle el coño a Elena, soltando ambas un pequeño gemido. Empezó lentamente, con pequeñas lamidas por toda su rajita y poco a poco se la clavaba dentro. Elena se mordía el labio mientras pajeaba mi lubricada polla por sus flujos. Me empezó a pajear cada vez más rápido mientras con la otra mano acariciaba la cabeza de Irene, empujándola ligeramente contra su coño.
J: Más despacio, mi vida.
Bajó la intensidad de su trabajo manual mientras Mario empezaba a apretar más, haciendo que Irene gimiera contra el coño de Elena.
E: Más despacio, joder…
Mario se contenía, pero ponía cara de estar muy cachondo. Se le veía con ganas de matar a Irene a base de pollazos. Resoplaba para calmarse y no empezar a apretar de nuevo, pero lo hizo bien. Elena se empezaba a retorcer, cerrando sus ojos y lanzando gemidos, alguno más alto que otro, por lo que soltaba la cabeza de Irene para taparse la boca y no hacer ruido. Irene fue un paso las allá y le empezó a meter los dedos, provocando que Elena se empezara a correr, con varios temblores en las piernas y encogiéndose, apretando mi polla con fuerza, pero sin pajearla. En ese momento Mario apretó más dando una serie de embestidas fuertes a Irene, haciendo un poco de ruido esta vez, pero por como estábamos no nos importó. Irene se acabó corriendo casi al mismo tiempo que Elena, agitando su culo y cerrando los ojos. Mario salió de ella cuando ambas chicas terminaron de correrse, quedando Elena tumbada boca arriba, apoyada en mi muslo.
Mario cogió a Irene, quien estaba consciente en todo momento, para comerle la boca con ansia, cogiéndola en brazos como yo solía coger a Elena. Estuvieron un buen rato besándose mientras Elena se recuperaba y yo pensaba en la diferencia entre los orgasmos de las dos. Elena se quedaba extasiada, con varios espasmos, necesitando varios minutos para recuperarse. Sin embargo, Irene era diferente, no necesitaba tanto tiempo para recuperarse y no se ponía tan sensible como Elena. Está vez Elena se recuperó más rápido y me la empezó a comer mientras la otra pareja se seguía comiendo y restregándose. Con lo cachondo que estaba por la situación no tardé nada en correrme en su boca. Se lo tragó como siempre y me miró sonriendo, guiñándome un ojo, girando su cabeza después. No podía evitar cogerla de la cara para besarla siempre que hacía eso, a pesar supiera a mi corrida, aunque no era algo que me importara mucho. Mientras yo la besaba ella me abrazaba, acariciando mi espalda.
M: Mmm… Que rica está Elenita…
Ambos le miramos y vimos como seguía cogiendo a Irene en brazos mientras ésta le besaba el cuello como Elena me lo hacía a mí, pero esta vez no se la estaba follando. Dejó a Irene sobre el colchón y ella le empezó a comer la polla a buen ritmo mientras Elena miraba con atención, estando algo inquieta, como queriendo hacer algo.
J: Venga, hazlo.
Elena me miró con cara de duda. Su mirada era muy fija, como si estuviera asegurándose de que lo decía en serio.
J: Ya lo has hecho antes. No me importa que lo hagas de nuevo. Tú has dejado que Irene me lo haga a mí. Si quieres hacerlo, hazlo.
Elena me sonrió y fue hacia ellos, poniéndose a su lado. Con una mano agarraba el pelo de Irene para dirigir la mamada y con la otra mano cogía del culo a Mario para empujarle un poco. Cuando pasó un rato separó a Irene de Mario.
E: Abre la boquita, que tu hombre te va a dar su leche.
Irene se puso exactamente igual que Elena en nuestro primer polvo. Estaba de rodillas, con las manos en sus muslos, expectante y con la lengua fuera mientras tenía una expresión sonriente. Elena se levantó y se puso al lado de Mario, pasando su brazo por la cintura de éste, pegando su cuerpo. Estaba nerviosa, lo notaba al ver como movía los dedos de sus manos. Entonces me miró, estando seria. Yo le sonreí para que viera que todo estaba bien y ella me devolvió la sonrisa. Le cogió la polla a Mario y empezó a pajearle hasta que se corrió en la boca de Irene. Irene gemía de placer por ver lo que estaba pasando mientras oíamos a Noelia gritar al otro lado del muro. Cuando Mario acabó de correrse, pasó su brazo por los hombros de Elena para abrazarla así conforme estaban, sin llegar a ponerse frente a ella. Cuando se separaron tiré del brazo de Elena para darle un abrazo por la espalda mientras le besaba en la cabeza. Irene le dio un beso a Mario y luego un abrazo a Elena. Todos nos vestimos con nuestro pijama y pusimos el colchón de nuevo donde estaba. Abrimos la ventana para ventilar un poco y nos pusimos a hablar durante un buen rato mientras seguíamos oyendo a Noelia gritar de vez en cuando, de manera breve.
Después de seguir hablando durante un rato oímos como se cerraba la puerta de la calle y unos golpes en la puerta del dormitorio en el que estábamos. Elena hizo un gesto para que nadie dijera nada y después oímos de nuevo como se cerraba otra puerta. Supuse que sería la de nuestra habitación en la que parecía que iba a pasar la noche Noelia. Finalmente nos quedamos dormidos con ambas chicas entre Mario y yo.
Me desperté abrazando a Elena por la espalda, viendo que Mario estaba al otro lado, pero no Irene. Giré mi cabeza hacia la puerta y vi que estaba entornada. Como me estaba meando, me tuve que levantar, así que fui hacia el baño, dejando allí a Elena y a Mario durmiendo. Después de vaciar la vejiga, fui en dirección a la habitación para volver a acostarme, pero oí unos murmuros que venían desde la cocina. Conforme me acercaba podía oír con claridad a Irene y Noelia hablar de algunas cosas.
-Que bien os lo pasasteis anoche, ¿no?
-¿A qué te refieres?
-Mujer, ahí los cuatro juntitos y con la puerta cerrada… Pues ya me dirás tú…
-¿De dónde te sacas eso?
-Irene, puede que mi hermana lo sea, pero yo no soy tonta.
-No hables así de ella.
-Vale… Pero, ¿os lo pasasteis bien?
-Noelia, que no pasó nada.
-Ya… ¿Te crees que no me he dado cuenta de cómo miras a Javi?
-¿Cómo lo miro? A ver…
-Joder, creía que eras la más espabilada del grupo. Que te lo tenga que explicar yo…
-Te estás equivocado. Y mucho.
-Veo mucho achuchón, mucha caricia, miradas de complicidad…
-Ves cosas que hay entre dos buenos amigos.
-Ya, eso será… Lo que me extraña es lo permisiva que es mi hermana, sabiendo lo celosa que es…
-¿Eso crees?
-Bueno, que es celosa lo sé desde hace mucho. Solo hay que ver la cara que pone cuando alguna mira a Javi más de la cuenta. Lo de que es permisiva, pues me he dado cuenta estos días.
-¿No has pensado que si lo es, es porque no hay nada más que amistad entre todos nosotros?
-Pues…
-¿No pensarás que estamos follando los cuatro juntos? Eso es ridículo. Simplemente vinieron a nuestra habitación porque en el salón hacía calor y como solo tenemos aire en los dormitorios, pues vinieron con nosotros para dormir ahí. Tú estabas con el chico ese y creían que se iba a quedar a dormir.
-Ammm…
-¿Cómo fue al final?
-Bueno, no estuvo mal…
-Por lo que pude oír, tiene mejor pinta que eso, ¿no?
-Me sirvió para echar el rato.
-Eso suena un poco a decepción.
-No es eso. El chaval es guapete y estaba bien. Pero no sé… Es que conocí a un chico que folla muy bien y la tiene grande. El chaval de ayer no es para tanto a su lado.
-Ah…
-Y se dice que ese chaval folla que no veas. Yo sé que folla bien porque eché un polvo rápido y la verdad es que me folló como ninguno. Fui tonta y no aproveché para follármelo bien.
-¿No lo has vuelto a ver?
-Eh… Sí. De vez en cuando. Pero no es nada fácil llevármelo a la cama. De hecho, no he conseguido llevármelo otra vez.
-Pues vaya.
-El cabrón me dijo que me podía haber reventado si hubiera querido. Me lo dice cuando acabamos en vez de hacerlo, ¿te lo puedes creer?
-¿Y por qué no te lo hizo?
-Porque le pilló desprevenido. Fue algo que se me ocurrió y medio lo pillé sin dejarle pensar.
-Que espabilada eres, ¿no?
-Bueno, prefiero ser una espabilada a que me espabilen.
-Bien dicho.
-Lo peor de todo es que luego me dijo de quedar para follar, así como dijo que podía hacerlo y en el último momento se echó a atrás. Como me jodió eso…
-Vaya… Pues él se lo pierde. Pero tú tampoco te preocupes, hay muchos chicos ahí fuera.
-Ya, ya lo sé. Pero estoy encaprichada de él. Le tengo unas ganas…
-Joder, me ha entrado curiosidad, ¿tienes alguna foto de él por ahí?
-Eh… No. No tengo ninguna.
-¿Cómo es?
-Pues a ver… Es alto, con el pelo castaño oscuro, ojos marrones, a veces claros, otras veces oscuros. Con barba, buen cuerpo, no sé… Guapete, buena gente…
-¿Cómo que tiene los ojos claros y otras veces oscuros?
-No sé, a veces se los veo de color miel y otras de un marrón más oscuro.
-Huy… ¿No será que estás un poco enamorada?
-No, que va. El chaval me gusta, me pone. Pero enamorada no.
-Huy… No sé yo…
-Que no… Que lo que tiene es un polvazo, ya está.
-¿Y Mario qué te parece?
-¿Tu chico?
-Claro.
-Está bien bueno. Rubio, ojos azules, cuerpo de gimnasio… ¿Qué más puedes pedir?
-¿Te gustaría follártelo?
-Eh…
-Contesta. No pasa nada. No me voy a poner celosa, ni me voy a enfadar.
-Pues sí. Me lo follaba, y con ganas. Tiene pinta de ser una bestia en la cama.
-Lo es.
-Ufff… No me digas eso, que…
-Ya, jajajaja. ¿Y Javi?
-Eh… ¿Qué pasa con él?
-Que qué te parece.
-Bueno… No está mal. -dijo de manera algo nerviosa- Está bien.
-¿Te lo follarías?
-Sí. -dijo contestando al instante- Bueno, yo es que estoy un poco salida y casi que aprovecho con el que puedo.
-Ah… ¿Y las chicas no te van entonces?
-No. Con la chica esta que he estado no es que hayamos hecho gran cosa.
-¿Qué habéis hecho?
-Nos hemos besado, tocado por encima y por debajo, jajajaja.
-¿Os habéis hecho dedos?
-Sí, la una a la otra.
-¿Algo más?
-Yo he hecho que se corra a chorros.
-Vaya… No está mal. ¿Y tú?
-Yo no puedo hacer eso.
-Lástima.
-¿Tú puedes?
-No, tampoco puedo.
-Ella me ha comido el coño. Varias veces.
-Joder, pues para no gustarte las chicas, has hecho varias cosas con ella.
-Ya, pero yo no podía hacer eso. De tocarle con las manos y comerle las tetas no he pasado.
-Lo mismo es que te ha faltado un empujoncito.
-No creo.
-Si no fueras hermana de Elena…
-¿Cómo?
-Pues que te iba a enseñar yo.
-¿Qué dices?
-Pues que te comía enterita, cariño.
-¿Eres bi?
-Sí.
-No sabía.
-Pues ya lo sabes, jajajaja.
-¿Y qué opina Mario?
-¿Mario? Encantado de la vida.
-¿Habéis…?
-¿Tríos? Sí, muchos. Pero solo él, otra chica y yo. Aún no he hecho uno con él y otro chico.
-Díselo a Javi. Lo mismo le interesa… Jajajaja.
-Pero, ¿qué dices? Yo no le haría eso nunca a Elena. Ella es como una hermana para mí. No la traicionaría nunca así.
-Vale, vale. Tranqui. Entonces, ¿te gustaría hacer un trío con Mario y conmigo?
-Pues claro.
-¿Cuándo?
-Olvídate. No voy a hacer nada contigo. Ya te lo he dicho que, si no fueras hermana de Elena, sí que lo haría. Pero así no.
-No entiendo cuál es el problema.
-El problema es que a tu hermana no le sentaría bien. La conozco y sé que le jodería.
-Vaya tontería. No tiene por qué enterarse
-Que no, Noelia.
-¿Cómo la tiene Mario?
-Pero bueno… Jajajaja.
-¿La tiene como Javi?
-¿Se la has visto a Javi?
-Claro, si están follando todo el día, es imposible no pillarlos. Tiene una buena tranca. A veces he oído chillar a mi hermana como si la estuviera matando…
-Joder… Jajajaja.
-¿La tiene como él entonces?
-Eh… No sé. No se la he visto a Javi.
-Jeje… Javi la tiene así… Y así de gorda.
-¿En serio? Joder, sí que gasta buena herramienta…
-Va, dime como la tiene Mario…
-Pues más corta que Javi, así… Pero la tiene más gorda. Así más o menos…
-Ufff… ¿Y no te hace daño?
-No. Tengo un buen coño.
-Yo es que lo tengo pequeñito. No sé si podría…
-Con paciencia y saliva… Jajajaja.
-Jajajaja. Pues me están entrando ganas…
-No, no. Olvídate.
-Estaría dispuesta a que me tocaras tú también y que me lo comieras si quieres.
-Gracias, de verdad. Pero no.
-Joder, que mala suerte tengo…
-No te preocupes, si este año entras a la universidad. Te vas a hinchar de conocer a chicos como los que te gustan. Ya verás.
-Bueno, si cambiáis de opinión…
-No creo, cielo.
Entonces empecé a oír traqueteo con platos o vasos y me fui de allí rápidamente sin hacer ruido para volver a la habitación y acostarme junto a Elena. Me los encontré conforme los dejé cuando fui al baño y me puse a pensar. Cada una con lo suyo, jugando a dos bandas haciendo creer a la otra que no tenían ni idea de nada, cuando en realidad sabían más de la cuenta. Noelia sabía de sobra que habíamos hecho algo con Irene por mi culpa. Es lo que tiene ser un cobarde, que cedes a todo con tal de evitar algo y una de esas cosas fue contarle algún detalle de cosas que hacíamos con alguien más, en este caso Irene. También sabía de sobra que Irene me había visto la polla también, seguro que por eso se rio cuando le contó como la tenía. No se me pasaba por la cabeza que ambas se fueran a conocer y creía que no habría tanto problema, pero me equivocaba una vez más y ya eran demasiadas. Irene también sabía cosas de Noelia, como sus pilladas que justo comenté la noche anterior cerrando la puerta con el pestillo y era bastante probable que supiera alguna más por parte de Elena.
Ahora mi principal problema era que Irene no se hubiera dado cuenta de que Noelia y yo teníamos algo que ocultábamos. La idiota de Noelia se puso a fanfarronear de sus aventuras con ese chico, describiendo toda la situación y como se sentía, sin cortarse un pelo tampoco al describirme. Y es que me di cuenta de cómo Irene se estaba oliendo algo raro por el cambio en el comportamiento de Noelia y como que la estaba tanteando, tendiéndole trampas en las que Noelia acabó cayendo. Tenía que ir con cuidado por si Irene me asaltaba o lanzaba una que me pudiera hacer reaccionar de manera extraña. Me jodía mucho estar así, pero a esas alturas, ¿qué podía hacer?
El desayuno fue con normalidad, sin ningún problema ni nada raro por parte de nadie, cosa que agradecí, por lo que después nos fuimos a la playa y ahí sí que pasó lo que tenía que pasar. Andando ya por la arena, Irene me cogió de la camiseta de una manera que parecía que me la iba a arrancar, diciéndole a los demás que fueran poniendo las sombrillas y las toallas, que me quería comentar una cosa.
-¿Qué coño haces?
-¿Qué pasa con Noelia?
-¿Qué pasa con Noelia de qué?
-He hablado con ella esta mañana.
-¿Y?
-¿Qué te pasa?
-Me pasa que no sé a qué coño viene que me cojas así de la camiseta.
-Bueno, perdona. Pero es que hemos hablado y… No sé…
-Irene, ¿qué quieres saber?
-¿Te la has follado?
-¿Qué? ¿Qué dices?
-Te pregunto.
-No. No lo he hecho.
-Vale. Me quedo más tranquila así.
-¿Se puede saber a qué viene esto?
-Por cosas que hemos hablado. Ha descrito a un chaval parecido a ti y hemos hablado alguna cosa y no sé, me ha dado la impresión…
-No le he puesto los cuernos a Elena, si es lo que quieres saber.
-Vale, vale. Sé que no le harías algo así. Le quieres más que a nada y eso le haría mucho daño. Además, tú no eres así. Eres buena persona.
-¿Algo más?
-Sí, que si lo haces me jodería que no fuera conmigo. Te tengo muchas ganas… Jajajaja. Es coña, perdona.
-Muy graciosa.
-Perdona Javi. (dijo dándome un abrazo)
Después volvimos con los demás, estando yo mosqueado. Elena me empezó a echar crema.
E: Cuanto secretito, ¿no?
I: No es nada, es una cosilla de… Bueno, da igual.
M: A ver si me voy a enfadar… Jajajaja.
N: Tú no, pero mi hermana…
E: Tu hermana confía en Javi y en Irene. No lo he dicho con segundas…
Fue algo seco la manera en la que Elena habló y aunque no se formó ningún mal rollo, sí que fue un poco incómodo. La cosa parecía relajarse al estar varios minutos tumbados sobre las toallas sin hablar apenas hasta que Noelia volvió a saltar.
N: Irene, ¿te puedo hacer una pregunta?
I: Claro.
N: ¿Tú para depilarte el coño te lo afeitas o usas cera?
Elena se incorporó, quedándose sentada sobre la toalla, mirando a su hermana.
I: Eh… Bueno, yo es que no me lo depilo, solo lo recorto.
N: ¿En serio?
I: Si, ¿por qué?
N: Me parece raro. Eso no se lleva, ¿no?
I: Bueno, sí. Pero eso no significa que todas lo lleven igual, ¿no?
N: Ya. Es que te he preguntado a ti porque sé que mi hermana tiene ahí una pelambrera…
E: Noelia…
N: ¿Qué pasa? ¿Es mentira? No sé por qué lo llevas así… Tiene que ser incomodísimo.
J: Lo lleva así porque se lo pedí yo. (dije sin dejar que Elena le contestara)
N: ¿Cómo?
J: Me pone que las chicas lo tengan así. ¿Te parece incómodo, Elena?
E: No, para mí tenerlo así o sin nada es lo mismo y como a ti te gusta pues me lo dejo así. (dijo sonriendo)
Me encantó como Elena me siguió el rollo para contestar con naturalidad a Noelia. Para mí hablar de esos temas no era algo raro ni me daba vergüenza, pero también lo hice para que Noelia viera que no teníamos problema con ello, tal vez así se calmaba un poco con las provocaciones.
I: ¿Qué problema tienes Noelia?
N: Pues que yo lo hago con cuchilla y a veces se me levanta la piel, se me queda muy rojo y me escuece.
I: Pues te puedes echar crema, o usar cera en vez de la cuchilla. O también puedes hacer como yo, que me hice el láser en las ingles.
N: Creo que probaré con la cera.
E: Sí, es lo mejor. Tú eres más velluda que yo y la cera va mejor para eso que la cuchilla. A mí con la cuchilla y un poquito de crema me iba bien.
N: Gracias por exponerme así, aunque no te había pedido opinión…
E: Pero si has sido tú la que me ha expuesto con lo de la pelambrera.
N: Pero si seguro que Irene lo sabía y Mario lo sabe por ella.
E: ¿Por qué lo iba a saber Irene? A ver…
N: ¿No habéis ido a mear juntas alguna vez?
I: Sí, exactamente.
N: ¿Ves? Qué paradita eres, Elena…
J: Que tirria le tienes a tu hermana, Noelia… ¿Por qué la tratas así?
N: Temas familiares que a ti ni te van, ni te vienen.
I: Eh… Tranquilidad, que estamos aquí para pasarlo bien.
Nos quedamos otro rato en silencio, aprovechando Elena y yo para acariciarnos y darnos algún beso estando tumbados de lado mirándonos.
N: Entonces, ¿cuántos tríos has hecho, Irene?
I: Eh…
Elena me miró negando con la cabeza y yo le di un beso susurrándole que no se picara con ella, que eso era lo que quería para ponernos incómodos. También le dije que le siguiera el rollo y ya está, así seguro que no haría tanto el tonto.
I: Pues no sé, Noelia… Tampoco es que llevemos la cuenta. Para nosotros es algo más normal que otra cosa.
N: Pero, ¿empezasteis una vez estando en pareja, o antes?
M: Qué curiosa la niña, ¿no? Jajajaja.
Al oír decir eso a Mario sonreí, mirándome Elena con cara de sorpresa.
E: ¿Qué pasa? Jajajaja. (dijo clavándome los dedos en la barriga)
J: Me ha recordado a cuando nos empezamos a ver en tu casa antes de que empezáramos a salir, que me preguntabas cosas y te decía que qué curiosa eras, ¿te acuerdas?
E: Sí, jajajaja.
N: Pues… la niña ya ha hecho algún trío también, jajajaja.
M: Muy espabilada tu hermana, Elena.
N: Sí, así soy. No como los tortolitos, seguro que no han hecho ninguno.
J: Yo sí.
N: No me lo creo.
E: Dos chicos y una chica fue.
N: Vaya, no esperaba eso… No sabía que le iba también lo otro.
J: Y no me va, pero soy abierto de mente y no me importa. ¿O tú eres bi por hacer el trío que hiciste en tu casa en el que erais dos chicas?
N: Mmm… ¿Y cómo te fue? Tengo curiosidad…
J: Bien, aunque el otro chico era un poco capullo.
N: ¿Por?
J: Porque la tenía grande y lo hacía sin cuidado. La chica se mosqueaba.
N: ¿Más grande que tú?
J: Sí.
N: ¿Qué dices?
J: Pues eso, tampoco voy a entrar en detalles, jajajaja.
N: Seguro que la reventasteis…
I: Como se viene arriba… Jajajaja.
N: Pues solo quedas tú, Elena. A ver si te animas… Jajajaja.
E: ¿Y cómo sabes tú que no he hecho eso?
N: Venga… Si eres más pava…
E: Pues para tu información, sí que lo he hecho. Y me callo alguna cosa más…
N: Nah, no te creo. Con lo celosa y lo paradita que eres, imposible.
E: Quizás no me conoces tanto como crees…
N: ¿Cómo fue? A ver…
E: Eso no te lo voy a decir.
N: Porque es mentira.
E: Piensa lo que quieras. Yo sé lo que he hecho, no tengo que probar nada.
N: ¿Y Javi lo sabe?
J: Claro que lo sé.
N: ¿Con quién lo habéis hecho?
J: Eso no te lo voy a decir.
N: ¿Ha sido con Irene?
E: No. ¿Qué más te da?
N: Como tiene experiencia, pues lo mismo ha sido con ella. A mí me llama mucho la atención. Me gustaría probar con ellos.
E: ¿Qué dices? Anda, cállate.
N: ¿Te parece mal?
E: Eres una niña. ¿A dónde vas?
N: Esta niña ha hecho más cosas que tú, así que no me digas eso.
E: Lo que tú digas, Noelia.
I: He dicho que estamos aquí para pasarlo bien. Noelia, quítate eso de la cabeza, no va a pasar nada contigo. Y como sigas provocando a tu hermana, llamo a tu madre y le explico el plan en el que estás. Coño ya…
N: Vale, perdón.
I: Anda, ve al agua un rato, así te refrescas y se te pasa…
Noelia se levantó y se fue al agua, dejándonos a los cuatro allí.
I: Joder con tu hermana, Elena…
E: Lo siento. Es que es… En fin. Ya lo habéis visto.
M: Va a saco. ¿Qué le has hecho para que esté así contigo, Elena?
E: Que yo sepa nada. No me he metido con ella ni nada. Ahora mismo no se me ocurre por qué. Si de hecho le he ayudado en lo que he podido.
I: Tiene envidia de verte como de contenta estás estando en pareja con Javi. Tal vez también sea por nosotros, estamos muy pegados cada uno con nuestra pareja y ella al haber fracasado con su última relación pues se ha puesto mal y ha reaccionado así.
M: Ha dicho alto de temas familiares, ¿no?
I: Es verdad. ¿Ha pasado algo Elena?
E: No sé…
J: ¿Puede ser por lo de tu padre?
E: Pues puede ser.
I: ¿Qué pasa?
E: En resumen, mi padre le puso los cuernos a mi madre y tanto ella como mi hermana no lo pueden ni ver, de hecho, no quieren saber nada de él. Yo le quiero un montón y no puedo hacer lo que ellas han hecho, por lo que sigo manteniendo el contacto con él. Puede que sea eso lo que le molesta.
Irene se levantó y se puso al lado de Elena abrazándola con cariño. Nos quedamos en silencio un rato mientras yo veía como Noelia se bañaba sola, sin nadie alrededor. Elena se puso a contar como fue aquello a Irene y a Mario con detalle, contándoles lo mismo que a mí en su día. Yo le di un beso a Elena y les dije que iba a hablar con Noelia para ver si se calmaba. Ella no se dio cuenta de que me estaba acercando, estaba distraída mirando mar adentro, jugando con el agua.