ESRUZA

Llegó un torbellino,

fuerte, envolvente, avasallador,

arrastrando con todo, envolviéndolo

con su fuerza destructora.

A la vez, un volcán hizo erupción,

dejó salir ríos de lava ardiente,

brasas quemantes que provocaron

incendios con un fuego ardiente.

El torbellino se alejó, tal como vino,

de repente; dejando a su paso

sólo destrucción, devastación,

soledad

El volcán se apagó, poco a poco.

Los ríos de lava se volvieron piedra,

las brasas se apagaron, y

en las cenizas no quedó ni una chispa;

ahora es sólo una montaña

cubierta de hielo.

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