Mª DEL CARMEN MÚRTULA
Llegaste por la noche a mi casa,
golpeando la puerta muy quedamente,
como sin querer llamar la atención,
tratando de que solo yo te oyese.
No eras una visita cualquiera
¡ERAS TÚ!
Tú que buscabas quién quisiera estar contigo,
Tú que necesitabas descansar en mi amistad,
Tú que deseabas esa noche estar conmigo,
Tú que pretendías conquistar mi fidelidad.
Tú que ansiabas saber de mi alegría al recibirte,
Tú que soñabas con disfrutar de nuestra intimidad.
Te abrí mi puerta y te ofrecí hospedaje
pero tú me pediste pasar más adentro,
pretendías entrar en los secretos de mi casa
Allí, en la intimidad, donde sólo yo sé lo que pasa
Allí, donde acumulo todos mis secretos.
Te introduje en lo profundo de mi aposento
Y me dijiste: ”Dame todo esto,
quiero regalarte un nuevo vivir.
Si quieres, todo cambiará para ti,
porque yo seré tu sustento”.
Me sedujiste y me dejé seducir.