MOISÉS ESTÉVEZ
La segunda visita que le hizo a los padres de Sarah, la víctima,
transcurrió en medio de un clima al menos tenso. Habían pasado un par de
días y estaban algo más tranquilos. En las primera horas fue imposible hablar
con ellos debido al estado de shock en el que se encontraban después de
recibir la noticia de que habían perdido a su niñita, lo que es completamente
lógico en estos casos, por eso Nick decidió darles tiempo para poder ahondar
con mayor fluidez en la intimidad de esta.
Siguiendo el procedimiento habitual quiso saber sobre la relación de
ellos como padres, sus amistades mas cercanas, si mantenía alguna relación
íntima con alguien, con quién podía simpatizar en su entorno laboral, si parecía
feliz con la vida que llevaba o en cambio se mostraba disgustada ante algo o
alguien, aficiones, costumbres, rutinas…
De todo ello, lo mas sorprendente para Nick, y según los padres, era la
falta de todo ello. Por lo visto, Sarah era una chica muy tímida y reservada para
con su vida en general. No le conocían ninguna relación formal de pareja, no
seguía una rutina fija, casi nunca quedaba con lo compañeros de la oficina
después del trabajo, igual pasaba mucho tiempo en casa que salía sin decir a
dónde iba y tardaba en llegar. Tampoco le conocían amistadas cercanas, ni
hobbies. todo era harto extraño e inusual, pero no imposible. La raza humana
puede adoptar comportamientos poco corrientes, extremos, normales y
anormales, por increíble que nos parezca.
Los técnicos ya se habían llevado su ordenador y su smartphone para
analizarlos, así que el detective no desdeñó un segundo vistazo a su
dormitorio, el sancta sanctorum de la mayoría de los mortales que habitamos la
tierra…