ESRUZA

Tantos sueños perdidos en intentos fallidos,

recuerdos escondidos en el cielo estrellado

buscando siempre un lucero que se enciende y que se apaga

con inaudito egoísmo para alumbrar un sendero.

Años consumidos en la espera. Momentos mágicos, recuerdos

gastados, extraviados en la bruma de la incomprensión.

Piezas de un rompecabezas que no se puede armar.

Viento que arrastra mis pies cansados

buscando siempre quimeras que no se alcanzarán,

porque ellas vuelan más allá del horizonte.

Quimeras que ríen sabiéndose inalcanzables en su vuelo.

Amor por el que se lucha fallando en el intento

en tantas noches insomnes preguntando

quién eres, que vienes y vas con momentos

de éxtasis y amor sin poder entender si reales son,

porque no puedes permanecer en un sentimiento.

Visión furtiva de sueños amargos no deseados,

convertidos en amargas pesadillas de olvido.

Quién eres, que te desdibujas de las ensoñaciones,

de las evocaciones, dejando olas impetuosas

de mares no surcados.

¿Eres evocación, añoranza o, realmente amor?

Tantos años de espera infructuosa con deseos

reprimidos esperando alcanzar una de esas quimeras

que se esconden y aparecen para ser seguidas hasta

el final del arco iris, diciendo silenciosas:

sígueme, soy el amor, pero también el sufrimiento.

Hablando de amor nada que se haga podrá ser suficiente

para saciar el intento de alcanzar los sueños

mientras se alimentan con evocaciones, añoranzas

y deseos frustrados por la incomprensión y el egoísmo;

preguntando siempre al viento que acaricia tu cabello,

 quién eres, que me haces perder la razón,

sin encontrar respuestas para mi dolido corazón.

Retorno a mi cárcel, donde se encuentra mi soledad,

fiel carcelera que no debí abandonar por

perseguir una quimera que se escondió al final del arco iris.

Flor de azalea que el viento frío de una tarde invernal deshojó.

Al regresar, elegiste ser Jano y yo, en cierto modo, había elegido ser

la ninfa Cardea, cerrando las puertas a todos,

sin embargo, deseaba que tú no me soltaras de tu tibio abrazo,

porque tenía sentimientos que guardaba para darte

y apreciaba esa parte de un todo que no supiste entender,

que no supiste apreciar.

Aun con este corazón resquebrajado, pido al viento

me conteste quién eres tú, que has mantenido

viva mi lucha por conservar vivo el amor, y ahora

parece haberse cansado porque se necesitan dos

para compartir los mismos sueños, los mismos sentimientos,

y así conservar vivo el amor que se esconde cual quimera.

Aunque no entiendas qué es AMOR.

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