MOISÉS ESTÉVEZ
- Hola Nick, soy Bob. Los chicos han rastreado la
partícula en cuestión. Lo que teníamos pendiente – - Y qué me puedes decir –
- Pues tengo una noticia mala y otra buena –
- Empieza por la buena como no suele hacer nadie –
- Debido al vertiginoso crecimiento de la población y
la construcción de los principales rascacielos a
primeros del siglo XX, la ciudad experimentó una serie
de cambios arquitectónicos. Ese mineral tuvo que
llegar de algún lugar para ser utilizado en las obras
que se hicieran. Como te comenté, es muy poco
corriente, y aquí en Nueva York se concentra en el
oeste de la Isla, en la rivera del Hudson
concretamente. Lo malo es que la zona abarca casi
todo Manhattan, y puede estar presente en multitud
de sitios. Desde parques, a edificios, pasando por
calles, alcantarillado… – - ¡Joder! ¡Eso es mucha tela! –
- Lo sé Nick, y lo siento, pero no podemos reducirlo
más salvo que me traigas algo más con lo que cruzar
lo que ya tenemos – - Entiendo Bob. Muchas gracias de todas formas y
buen trabajo. Díselo a los chicos – - Nos vemos –
El detective colgó su iPhone un tanto decepcionado. Esperaba algo más.
Hablaría con el capitán para que aumentara la presencia policial a lo largo del
Hudson, mientras, él seguiría otras líneas en la investigación…