FRAN REL
DANI
Esa noche intenté estudiar en serio pero no me concentraba, el episodio con Marisa había sido muy fuerte y no paraba de rememorarlo. Al final me tuve que hacer una paja, cosa que ayudó mucho en mi nivel de concentración. Pero entonces me encontré con otro problema, mi mala cabeza… no me entraban las cosas. Y llamé a Marta para pedirle ayuda e hicimos una video. Lo primero que me dijo es que fuera a su casa a “estudiar”. Le dije que no, que ya era tarde. Luego intentó explicarme las cosas pero nada, no me entraba. Le dije:
- Es que me cuesta concentrarme
Marta me miró y dijo flojito:
- Sé un método que ayuda a eso
- ¿Sí? ¿Cuál?
- El sexo
- jajaja
- En serio, relaja un montón
- Lo sé, lo sé jajaja
- Así que si quieres…
- jajaja, me tientas pero no, ya mismo me acuesto, hoy estoy reventado
- También te puedes hacer una paja
La miré sorprendido, estaba muy abierta hablando de esas cosas aunque seguro que estaba colorada pero la pantalla no dejaba ver bien ese detalle. Le dije:
- ¿Tú lo haces?
- Sí
- ¿Mucho?
- Demasiado
- jajaja
- No te rías
- No, es que es raro escucharte decir eso
Se quedó callada. Le dije:
- Y hoy ¿te estaba costando concentrarte?
Marta, visiblemente nerviosa, no dijo nada y miraba a otro lado. Pero luego dijo:
- Sí
- ¿Y te has hecho una paja?
- Sí
- jajaja
No pude evitar reírme, no por lo que decía sino porque la imaginaba totalmente colorada. Entonces dijo:
- No te rías, que es culpa tuya
- ¿Mía?
- Esa foto que me mandaste no ayuda a quedarme tranquila
- jajajaja, esa era mi intención jajaja
- Ya, claro
- Como yo no tengo foto tuya, no puedo pajearme con ella
Marta se calló y dijo muy flojito:
- ¿Quieres una?
- Claro
- ¿Mía?
- Sí
Se quedó callada y luego dijo:
- Estuve a punto de mandarte una pero eran ridículas
- No me jodas Marta
- Sí, horribles
- Ya estamos con tus complejos… una mierda eran horribles
- Sí, lo eran
- Pufff, de verdad que eres de lo que no hay
Se calló y luego dijo:
- Si quieres, me la haces tú a tu gusto
- ¿En serio?
- Sí
- Joder, genial
- Y…
Y se quedó callada. Le dije:
- ¿Qué?
- Y… ¿puedo yo hacerte otra foto?
- jajaja
- No te rías
- Lo siento es que tiene gracia que después de todo el sexo que hemos tenido, te de corte pedirme cosas
- Claro que me da
La verdad es que me estaba poniendo cachondo a pesar de la paja de hacía menos de una hora, pero ir a casa de Marta a esas horas era quedarme allí y mañana era importante estar en el desayuno. Seguimos hablando un poco más pero corté la llamada antes de ir a más. Miré el reloj, casi las 1 de la noche… estudiaría un poco más y luego me acostaría.
Un rato después escuché unos golpes en la puerta. Me giré extrañado y se abrió la puerta. Era Marisa. Llevaba una bata larga y un plato en la mano. Se acercó diciendo:
- ¿Aún estudiando? toma, no te has comido tarta
Y me dio el plato con el trozo de tarta. Entonces me miró de forma extraña y pensé “mierda, adiós a toda la estrategia que habíamos montado Gema y yo” porque vi que quería hablar y, claro, con mi tío y los niños cerca, no podía hacer todo lo que habíamos pensado. Seguro que me iba a dejar otra vez las cosas claras y cortar cualquier otro nuevo avance, que putada.
MARISA…
“Menos mal que estaba solo, llego a entrar y tiene compañía y me muero”. Dani cogió el plato y lo dejó en su mesa. Lo miré. Sabía lo que tenía que hacer, era evidente, cortar esto de una vez por todas pero… no podía.
Había pasado todo el día con los nervios destrozados. Me había duchado y arreglado diciéndome “es para Antonio”… y me había rasurado el coño diciéndome “es para Antonio”… pero sabía que era mentira. Le había pedido sexo a Antonio, varias veces, pero él estaba cansado… Y aquí estaba, sin poder dormir, y nerviosa como una colegiala.
Lo miré un rato y entonces me decidí. Me apoyé en su mesa y crucé las piernas por los tobillos de forma que se abriera la bata dejando mus piernas al aire. Entonces cogí con un dedo un poco de nata de la tarta y dije:
- Está rica (metiéndome el dedo en la boca y chupándolo, sin dejar de mirarlo)
DANI….
“Joder” mirando como Marisa se chupaba el dedo con la vista fija en él. Luego ella dijo:
- ¿Me das un poco más?
Al verla entrar, me esperaba una “charla” sobre lo que había ocurrido esa mañana pero no parecía eso para nada. Ya me había quedado de piedra al ver como se apoyaba y, como con un gesto casual, dejaba al aire sus piernas, pero ahora esto del dedo y la nata… Conseguí moverme y cogí un poco más de nata con un dedo y se lo ofrecí. Ella me miró otra vez fijamente y luego abrió la boca. Le metí el dedo y Marisa lo chupó sin dejar de mirarme. Notaba su lengua en mi dedo, sin parar.
Cuando terminó de limpiar el dedo, bajé la mano hasta su muslo y se lo acaricié. Marisa descruzó las piernas, abriéndolas un poco y la acaricié por la parte interna del muslo. Entonces me levanté y me puse enfrente de ella. Marisa abrió aún más las piernas y me acerqué a ella poniéndome entre sus piernas. Entonces le acaricié la cara, el pelo, y le puse la mano detrás del cuello acercándola a mí y nos besamos. Marisa abrió la boca, buscando mi lengua con la suya. Tras un par de minutos de un morreo muy húmedo, ella me hizo a un lado y se dirigió a la puerta. Pensé “joder, y ahora se va”.
Pero al llegar a la puerta se paró y echó la llave. Luego se volvió hacia mí y se quitó la bata quedándose completamente desnuda, no llevaba nada debajo de la bata. La miré durante unos segundos, me doblaba la edad pero tenía un cuerpo genial. La repasé con calma, deleitándome en sus pechos y un coño totalmente rasurado, tal como me dijo. Luego me acerqué y nos volvimos a besar. Me fue desnudando sin dejar de besarme y luego nos fuimos a la cama.
Allí seguimos con el morreo pero pronto abandoné su boca para buscar sus pechos, chupando dos pezones totalmente duros. Luego bajé y le comí un coño muy mojado. Me proponía comérselo hasta que se corriera pero tiró de mí y me dijo que la follara. Fui a incorporarme para coger un condón pero me dijo que no, que no había peligro de embarazo. Me puse sobre ella y la penetré. No podía creer que me estuviera follando a mi tía, pero sí, lo estaba haciendo. Me moví rápidamente hasta que ella tuvo su primer orgasmo, dando un grito ahogado contra mi boca mientras la besaba.
Después me tumbé boca arriba y ella se subió encima, cabalgándome rápidamente y con muchas ganas hasta que se volvió a correr. Esta vez, la visión de sus tetas rebotando con tanto sube y baja, sus jadeos y grito al correrse hicieron que yo también me corriera, dentro de ella, la primera vez que me corría sin condón dentro de una chica.
Marisa se derrumbó encima mía y nos quedamos así un rato. Luego, se levantó, se puso la bata y se fue, sin decir nada. Todo había ocurrido muy rápido, miré el móvil, calculé que no habían pasado ni 15-20 minutos. “Joder, me he follado a Marisa, verás cuando se lo cuente a Gema… espera, joder, que me voy a follar a Gema!!!!”. No cabía en mí de alegría, polvazo ahora y polvazo mañana con Gema. Estuve a punto de escribir a Gema pero pensé que mejor se lo contaba en persona. Me dormí muy feliz.
MARISA…
Cerré la puerta del baño y casi me caigo al suelo de lo que me seguían temblando las piernas. Había sido increíble, no tanto por las habilidades del chico como por el morbo de la situación y “por la buena polla tiene”. Me limpié por debajo, notaba el semen de Dani en mis piernas. Luego me eché agua en la cara y me miré al espejo “que locura acabas de hacer porque has sido tú, has ido a por él, a follártelo”. Pero que bien se había sentido, como la había mirado, deseado y excitado. “Pero esto no se puede repetir, ha sido una locura, mañana hablaremos, sí, le dejaré las cosas claras, ha sido una y no más, ha sido genial pero no más”. Me puse la ropa interior y el pijama que había dejado escondidos en el baño aunque sabía perfectamente que Antonio jamás se despertaba ni se levantaba para ir al baño. Me acosté pensando que con los nervios y la culpabilidad no me dormiría pero caí rápidamente.