ESRUZA
ESRUZA
El horizonte se adivina gris.
Desearía que en él se perdieran las palabras,
esas que lastiman, pero que se quedan grabadas
sin recibir un honesto y oportuno “lo siento”.
También se pierden los te quiero, los te amo,
ya no quiero recordar.
Todo se ha perdido en las confusiones,
pero no hay aclaraciones, nunca las hubo,
miedo a las palabras.
Ahora, un gris horizonte es lo único que queda
porque en él se pierde todo.
Se desearía recibir palabras sinceras, sensibles,
pero eso es imposible.
Es difícil imaginar un horizonte vacío;
ciertamente, las palabras se desgastan,
las acciones prevalecen.
Los sentimientos persisten, pero dolidos;
difícil es romperlos abruptamente.
Todo se pierde en un gris horizonte.