KERANOS
El jueves amanecí un poco raro, notaba un cosquilleo por el cuerpo. Abrí los ojos y vi a Elena chupándomela.
-Mi vida… ¿Qué haces?
Elena no respondió, seguía chupándomela, mirándome con una expresión agradable, guiándome un ojo. Después de un buen rato mamando con mucho cariño, me acabé corriendo en su boca. Se incorporó, tragándoselo, sonriendo y girando la cabeza después. Gateó hasta arriba para ponerse a mi altura, haciéndome mimitos.
-Joder, Elena…
-¿Te ha gustado?
-Siempre me encanta.
-Es que me sabe mal haberte dejado anoche así, he pensado que lo mismo te había dejado mal cuerpo y quería animarte. Además, me apetecía.
-Pues me has dejado nuevo.
-Genial, así estás más relajadito para trabajar. (dijo levantándose de la cama)
-¿A dónde crees que vas? (dije tirando de ella para que se volviera a tumbar a mi lado)
Empecé a besarla mientras le acariciaba el culo, apretándoselo después. Le subí la camiseta para tocarle las tetas y llevar mi boca a ellas, empezando a chuparle los pezones, dando también ligeros mordisquitos.
-Javi, me tienes muy perra, pero no quiero que me folles con tus padres aquí al lado…
-¿Por qué?
-Porque noto que voy a gritar.
-Bueno, podemos hacer otras cosas…
-Si me lo comes también voy a gritar, porque eres un cabrón y cuando empiezo a correrme no paras… jajajaja.
-Es que estás muy rica, esa es la mejor parte… Además, no es justo, tú ya has desayunado, yo también quiero mi desayuno…
-Jajajaja, que tonto eres…
-Bueno, vaaaale… ¿Me dejaras al menos que te toque un poquito?
-Si paras cuando me corra, sí.
-Vale, con eso me conformo. Pero cuando acabe llegue el finde, prepárate…
-Huy… ¿qué me vas a hacer?
-De todo, te voy a dejar el chocho escocido…
-Jajajaja, pero que bruto eres.
-Te prometo que te lo haré con mucho cariño.
-No te preocupes, mi amor… si me encanta todo lo que me haces. No puedo ser más feliz a tu lado.
-Joder Elena…
-¿Qué pasa?
-No sé qué me entra por el cuerpo cuando me dices esas cosas…
-Sabes de sobra que es verdad.
-Ya, lo sé.
-Es increíble, ¿verdad?
-¿El qué?
-La química que hemos tenido en tan poco tiempo, al fin y al cabo, solo llevamos 4 meses juntos y parece mucho más, por lo menos para mí.
-Sí, para mí también. Esta está siendo mi primera relación formal de pareja y se siente muy intenso. No me esperaba que fuera así.
-¿A qué te refieres?
-No me esperaba que fuera a hacerme sentir estas cosas tener pareja. Quiero decir, me lo esperaba, pero no tan fuerte. Nunca me había preocupado de esta manera por alguien que no fuera yo, y casi que ni conmigo mismo me he llegado a preocupar así. Es que cuando tú estás contenta, yo lo estoy. Cuando tú estás triste, yo lo estoy. Es increíble lo que me haces sentir, no sé… Es como una empatía extrema, es como si me pasara a mí directamente, como si estuviera dentro de ti y sintiera yo esas cosas.
Elena me miraba de una manera difícil de describir, con un brillo en los ojos, como embobada. Como veía que no me decía nada, seguí hablando.
-No sé, es una experiencia que hasta ahora no he querido vivir y no sabes cuánto me arrepiento. Aunque bien es verdad que nos conocemos desde hace muchos años, tal vez haya sido más fácil por eso. Ojalá haberte descubierto de esta forma mucho antes, pero es que tú tenías pareja y yo no soy de hacer esas cosas. Siempre me has parecido una chica muy guapa, ya lo sabes. La más guapa de nuestro grupo. Siempre tan sonriente, divertida, educada, simpática… Pero yo me marché a la universidad y perdimos un poco el contacto, aunque de vez en cuando nos veíamos, pero yo te veía tan contenta con tu chico y yo seguía tan a mi bola, que bueno… Hasta el día del parque. No me gustó nada lo que pasó, como te habló… Y nadie hacía nada para separaros. Yo estaba cortado, quería hacerlo, pero me daba cosa. Cuando te fuiste nadie fue detrás de ti para estar contigo y algo me empujó para ir contigo. Nunca te había visto así de enfadada, estaba muy cortado, hasta me acojoné cuando compraste la cerveza y le hablabas de esa manera tan seca a la pobre chica que nos la dio, jajajaja. Y lo que pasó luego… Me dejaste con un calentón que me jodió bastante, no te voy a engañar… jajajaja. He pensado en ese momento varias veces después de ese día, pensando en como habría sido estar contigo de esa manera, algunas pajas caían, pero seguías con él… Y cuando me enteré de que rompisteis no quería dejar escapar esa oportunidad. ¿Crees que en realidad me gustabas de esta manera y no me di cuenta?
Elena seguía en silencio, mirándome a los ojos. Era hasta intimidante lo seria que estaba.
-No sé. Lo único que sé es que te quiero como no he querido a nadie en mi vida. No sé cómo no me he dado cuenta antes de cómo eres, soy tonta. Dejarme llevar por ese imbécil estando tú tan cerca…
Entonces me besó de una manera lenta, pero intensa. Yo aproveché para bajarle las braguitas hasta las
rodillas, empezando a acariciarle su rajita, que estaba muy mojada. Lanzó un ligero gemidito en mi boca al entrar en contacto mis dedos con su chochito. Se lo acariciaba lentamente con un dedo, abarcando toda la raja, haciéndolo con más intensidad a los pocos segundos, añadiendo un dedo más al movimiento. Sin parar de besarnos, le empecé a meter un dedo dentro, muy lentamente, añadiendo otro después. Le empecé a estimular a buen ritmo mientras ella seguía gimiendo en boca. Después de estar metiéndole los dedos un rato, cambié la manera de hacerlo, metiéndole los dedos corazón y anular mientras le acariciaba el clítoris con mi pulgar. No tardó casi nada en correrse, temblándole las piernas de manera muy fuerte, casi con convulsiones. Ella intentaba reprimir sus gemidos, pero se le escapaba alguno, aunque el prolongado beso que nos estábamos dando durante todo ese momento, amortiguó el ruido un poco.
Quería seguir estimulándola, pero paré al recordar que me pidió que parara cuando llegara y también por si decía de empaparlo todo, ya que para limpiar aquello habría que cambiar las sábanas y sería muy cantoso y mi familia se acabaría dando cuenta. Paré y ella se puso de lado para abrazarme con fuerza, pasando yo mi brazo por encima de su cuerpo, acariciando su espalda, aún descubierta al tener la camiseta por encima de las tetas y su culo, también destapado por tener sus braguitas por las rodillas. Jadeaba con intensidad en mi oreja, hundiendo su cabeza en mi cuello. Era delicioso sentir sus espasmos al tenerla tan pegada a mi cuerpo, pero entonces entró mi madre a la habitación y vio el percal. Inmediatamente salió, cerrando la puerta. Yo me asusté un poco, pero Elena ni se dio cuenta, seguía en su mundo de placer. Menos mal que Elena tapaba mi cuerpo al estar abrazada a mí, porque mi erección era descomunal y que mi madre me hubiera visto así sí que me hubiera dado bastante vergüenza. Seguro que vio a Elena casi desnuda, con el culo al aire mientras yo se lo acariciaba. Una vez se recuperó me empezó a besar con mucho cariño.
-Súbete las bragas, anda…
-¿Por qué? ¿No quieres ver mi culito…? (dijo con voz melosa)
-Claro que quiero, y también quiero comértelo, que llevo sin hacerlo…
-Mmm… La semana que viene nos vamos a hinchar, vamos a estar todos los días pegados, quiero que no salgas de mí.
-Jajajajaja, ¿ni para bajar a la playa?
-No. Todo el día dentro de mí, jajajaja.
-Vale, vale. A ver si aguanta este chochito… (dije acariciándoselo desde atrás)
Nos levantamos y después de desayunar junto a mi madre, que estaba un poco cortada, llevé a Elena a casa. Cuando llegamos me empezó a mirar con ojitos, no quería que empezara, así que le planté un buen beso. Me dijo que fuera a comer a su casa cuando acabara de trabajar, pero me negué, recordándole el plan de ir menos a su casa para que se calmara la cosa con su madre. Torció un poco el gesto, pero al recordarle que en dos días estaríamos juntos, se le pasó enseguida. Al volver a casa me estaba esperando mi madre para hablar contigo.
-Javier, perdona por lo de antes, no quería…
-No te preocupes, mamá.
-Qué vergüenza, de verdad. No oía nada y como ahora te estás levantando tan temprano, pues creía que te habías dormido y te iba a levantar. Y me encuentro a Elena con el culo al aire… (dijo tapándose la cara con las manos)
-Mamá, de verdad, que lo pasa nada. Si más de lo que nos han pillado ya…
-¿Quién os ha pillado?
-Pues en cuanto empezamos a salir su hermana y últimamente su madre.
-Vaya…
-Además, no se ha enterado.
-¿No?
-No, es que Elena cuando… Bueno, que es como si no estuviera, no sé si me entiendes…
-Sí, creo que sí.
-De verdad, no te preocupes mamá. Si ya estoy acostumbrado a esto.
El resto del día fue como los previos, de trabajo hasta arriba. Por la noche hablé un poco con Elena para darnos las buenas noches. El viernes también fue así hasta que llegó la noche. Ya ultimando me llamó Elena para preguntarme después de cenar.
-¿Has acabado ya?
-Sí, por fin he acabado. Al final ha salido bien el plan que tenía.
-¡Qué bien! Oye… Vente a dormir…
-¿Has hablado con tu madre?
-No.
-¿Por?
-Porque sigo enfadada con ella. Ni siquiera se ha disculpado. ¿Ha hablado contigo?
-No, no me ha dicho nada.
-¿Ves? Es que de verdad…
Elena empezó a subir el tono de voz, seguro que si había alguien en su casa la estaban oyendo. No sé si lo hacía con la intención de que la oyeran o porque aún seguía molesta, pero cada vez levantaba más la voz.
-Tranquila Elena.
-No, Javi. No puede ser que a mí se me exija mucho y que conmigo no sean la mitad de respetuosos, joder.
-Ya, si es que llevas razón, pero, ¿qué hacemos?
-Joder, quiero estar contigo.
-Mañana voy a por ti y nos vamos a pasar todo el día juntos.
-¿Qué vamos a hacer?
-No sé, no he pensado en nada. ¿Qué te apetece a ti?
-¿Quieres que vayamos a la piscina? Pero sin hacer lo de la otra vez…
-Jajajaja, vale, vale.
-Aunque tengo muchas ganas de… (dijo susurrando)
-¿En qué quedamos entonces? Jajaja.
-Bueno, ya veremos…
-Venga, mañana nos vemos.
-Descansa, que te voy a tener…
-Vale, tú también.
Dejé el móvil en la mesita y me tumbé en la cama, aunque no tenía mucho sueño, por lo que me puse una película, pero mi móvil se empezó a iluminar, estaba recibiendo mensajes. Era Maribel.
-Javier, ¿cuándo vienes por casa?
-Mañana voy a por Elena, pero no nos vamos a quedar.
-¿Por qué?
-Hombre… Porque ella está enfadada contigo, y yo un poco también.
-¿Tú también?
-Maribel, me preguntaste si drogué a tu hija… ¿Te parece normal?
-Ya, llevas razón.
-Y por lo que veo no te has disculpado con tu hija, y conmigo evidentemente tampoco.
-Sí, es que he oído a mi hija y me he acordado.
-Ya, ¿algo más?
-Sí, ahora voy a hablar con ella, quiero que vengas mañana a casa para disculparme.
-No sé yo…
-Javier, te prometo que no volveré a meter la pata.
-Ya he oído eso antes.
-Por favor, lo necesito, ya sabes cuantas vueltas le doy a estas cosas… Hoy seguro que no duermo. No puedo estar así toda la semana que viene.
-Está bien. Mañana cuando vaya a por ella hablamos.
-Gracias.
Esta mujer me estaba volviendo loco, cada vez veía más semejanzas entre ella y Noelia cuando se puso pesada. Parecía hasta bipolar con esos comportamientos tan raros. No me apetecía mucho ir al siguiente día y tener que aguantar esa conversación que ya habíamos tenido más de una vez con ella diciéndonos que nos dejaría espacio y demás para luego acabar pillándonos en el momento menos oportuno. Bueno, por suerte serían solo dos días de aguantar eso y ya nos íbamos fuera una semana lejos de todo aquello.
Al día siguiente me levanté y fui a casa de Elena, ya preparado con el bañador y demás para luego ir a la piscina. Cuando llegué, llamé a la puerta y me abrió Maribel, diciéndome que Elena aún estaba durmiendo. Casi sin decir nada entré y fui directo a su habitación. Allí estaba, durmiendo, acurrucada. Me acerqué con cuidado y me tumbé a su lado, empezando a acariciar su cuerpo mientras me llegaba su dulce olor. Como no se despertaba le empecé a dar besos por la cara suavemente. Entonces sí que se despertó, con una sonrisa en su cara, devolviéndome los besos. Después de desperezarse cogió su bikini y ropa para ir a la piscina y se fue al baño, quedándome yo en su cama sentado mirando el móvil mientras ella regresaba. Mientras hacía scroll, estaba más sumido en mis pensamientos que en la pantalla, pensando en si Maribel querría hablar en ese momento. Yo no quería, eso seguro, porque no quería estar ya desde bien temprano por la mañana dándole vueltas a temas que no parecían llegar a una solución. No quería que ese momento condicionara el resto de ese día, por lo que intentaría escabullirme dentro de lo que pudiera hacer.
Una vez volvió Elena, dijo de irnos para desayunar en un bar, pero cuando pasamos por el salón para ir hacia la entrada y salir, su madre nos llamó, diciéndonos que fuéramos.
M: Sentaos.
J: No hace falta, Maribel, no pasa nada.
M: Sí hace falta.
E: Venga Javi, ven, ya habló un poco conmigo anoche y ahora lo quiere hacer con los dos.
J: Está bien.
M: A ver, lo del otro día estuvo fuera de lugar. Quería disculparme con los dos por no confiar en vosotros cuando me dijisteis que no pasaba nada, pero sobre todo contigo, Javier. Preguntarte si habías drogado a mi hija sí que estuvo muy fuera de lugar, ahí me pasé bastante.
E: Gracias, mamá. Creo que ayer me oíste decirlo, pero es que me da mucha rabia que a la mínima yo salga escaldada y tú te pongas así y le digas eso a Javi y no pase nada. No me parece normal.
M: Ya, llevas razón, pero es que me quedé muy parada cuando me respondiste así. No podía reaccionar, no me esperaba que salieras así.
E: Ya, es que me enfadé mucho. Mamá, es que yo… bueno, tengo el cuerpo muy sensible y cuando llego a… pues…
M: No, no, no. No me cuentes nada de eso.
E: Bueno, pues eso, que no es nada raro, solo eso.
M: Pues ya está, solo quería disculparme bien. No volverá a pasar.
Después de un breve silencio incómodo, preguntó si estaba todo bien. Elena respondió afirmativamente y después ambas me miraron esperando mi respuesta. Yo, poniendo la mejor sonrisa que pude, aunque no lo pensaba realmente, respondí.
J: Sí, todo bien.
M: Muy bien, pues ya está, no os molesto más.
E: Vale.
M: ¿A dónde vais?
E: Vamos a pasar el día en la piscina.
M: ¿Por qué no os lleváis a Noelia?
E: Mamá, queremos estar solos, que la otra vez fuimos con amigos y…
M: Ay, hija… Si es que tu hermana está todo el día encerrada en casa y no sale para nada.
E: Pues otro día nos la llevamos, pero hoy no. Estaba deseando que Javi acabara de trabajar y necesitamos tiempo para nosotros dos solos.
M: Vale, vale. Que paséis buen día.
J: Gracias.
M: ¿Venís a comer?
E: No, comeremos en la piscina. Pero imagino que a cenar si, ¿no? (dijo mirándome)
J: Eh… vale.
Nos despedimos de ella y salimos, montándonos en el coche para ir a la piscina, que estaba en mi ciudad. Por el camino me mantuve callado, un poco mosqueado por la situación. No era la primera vez que Maribel se disculpaba después de ocasionar una situación incómoda para luego volver a la carga con otra. Fue un momento bastante amargo, porque me dio un pequeño bajón y me empecé a cuestionar si merecía la pena estar en pareja. Yo amaba a Elena y me encantaba pasar tiempo con ella como el que más, pero la situación con su familia me tenía bastante quemado, primero con su hermana, con todos esos meses dando un por culo increíblemente irritante, preguntándome bastantes veces como podía haber aguantado todo aquello y luego con su madre. A penas habíamos estado en contacto dos semanas y ya estaba ganando muchos puntos para quitarle el puesto a su hija Noelia de tocapelotas oficial de la familia. Si hay algo de lo que estoy completamente seguro, es de que no soy una persona con paciencia, pero en esto la estaba teniendo como no lo había tenido con nada en mi vida y es que tenía una muy buena razón. Elena era alguien muy importante en mi vida y no me podía permitir perderla, sabía que sería algo muy duro y no merecería la pena perderla por algo así. Si solo hubiera sido una amiga, probablemente hubiera mandado a su hermana a tomar por culo a las primeras de cambio, pero pensándolo bien, al día siguiente tras nuestro primer polvo, aún no éramos pareja y no lo acabé de hacer, aunque sí que le contesté algo borde. Con la madre hubiera sido otra historia, porque me educaron para no faltar al respeto a las personas que tenían más años que yo y sería de muy mal gusto a los ojos de Elena si fuera mi amiga, siendo ella la que me mandara a tomar por culo seguramente.
-Javi, ¿qué pasa?
-Nada, ¿qué va a pasar?
-Estás muy callado…
-Es que estoy pensando donde podemos ir a desayunar.
-Ya…
-Que no pasa nada Elena, de verdad.
-¿Es por lo de mi madre?
Me mantuve callado y eso fue mejor que cualquier respuesta para ella.
-No te preocupes, si vuelve a pasar, que espero que no, se lo voy a decir claro, que o para, o…
-¿Sabes? No voy a dejar que esta tontería me chafe el día. Estaba deseando acabar para estar juntos y quiero disfrutar. Vamos a pasar un día de puta madre en la piscina los dos juntitos sin que nadie nos moleste. ¿Qué te parece?
-Me parece perfecto. (dijo sonriendo ampliamente)
Hice de tripas corazón para que Elena no se empezara a comer la cabeza y también para quitarme eso de la cabeza y pasar un bien día.
Al final desayunamos en el bar de la piscina y nos tumbamos un rato en las toallas para tomar el sol. Elena siempre me regañaba por no echarme crema, por lo que ella era la que me embadurnaba de arriba a abajo. Cuando me tumbé boca abajo para que me echara por la espalda, se subió encima de mi culo con una pierna a cada lado y me la extendió como si me estuviera dando un masaje. Elena aprovechó que no había mucha gente y empezó a moverse como si me estuviera montando mientras soltaba una risita. Mi polla empezaba a reaccionar poniéndose morcillona. Aun así, no dije nada, aunque ya tenía ganas de follármela ahí mismo. Cuando acabó se bajó y se echó ella, pidiéndome con una voz muy dulce que le echara en la espalda. Me incorporé y le empecé a echar suavemente por la espalda, pero le desabroché la parte de arriba del bikini para esparcirla bien.
-Javiiii… ¿Qué haces?
-Pues echarte bien la crema.
-Que se me van a ver las tetas…
-Pero si no hay nadie, anda… Además, tienes unas tetas preciosas, lo único que daría es envidia a los demás.
-Pero que me da vergüenza…
-¿No has hecho nunca topless?
-Pues no. Ya sabes como soy.
-Bueno, tranquila que no se te ve nada.
-Vale. Mis tetas son solo tuyas.
-Jejeje.
Seguí echándole crema por la espalda y luego pasé a las piernas. Con lo que ella hizo antes al echarme crema en la espalda y al tenerla así boca abajo, sin la parte de arriba y tocando su cuerpo, me encendí un poco y le metí las manos por debajo del bikini, tocándole los cachetes.
-Javiiiii…
-¿Qué pasa ahooooora?
-Que estás muy tontorrón… jijiji.
-Has empezado tú…
-Anda, para, que ahí no necesito crema.
-¿No? Pues ahora sí. (dije poniéndole el bikini como si fuera un tanga)
-Pero bueno, Javi… Que me da vergüenza.
-Que no hay nadie, mi amor.
-¿Se nota mucho el corte del moreno?
-Bastante. Joder Elena, me encanta tu culo. Es que es precioso. (dije acariciándoselo)
-Cariño, para que te veo venir, anda, jijijiji.
Me tumbé a su lado y le di un beso. Ella estaba sonriente, con un brillo en los ojos que me encantaba. Verla así sin la parte de arriba y con la parte de abajo como si fuera un culotte, con su cuerpo brillando por el reflejo del sol sobre la crema, y pelo ondulado castaño también brillante por el baño de los rayos de sol y esos ojos tan vivos me puso como una moto, tanto que me tuve que poner boca abajo para ocultar mi erección. De la excitación que tenía me puse hasta a sudar. El sol que ya empezaba a picar no ayudaba a que parara.
-Mi amor, estás sudando. ¿Estás bien?
-Sí, demasiado.
-¿Sí? ¿Qué pasa?
Me puse de lado para que viera lo que me pasaba y puso cara de sorpresa, pasando a reírse.
-Es por tu culpa, si es que te veo así y joder…
-Vaya…
-Tengo unas ganas de hincarle el diente a tu culo…
-¿Sí? (dijo levantando un poco el culo, empezando a moverlo de un lado a otro)
-Cabrona, no hagas eso, que me pongo peor…
-Vamos a bañarnos, anda, así se te pasa el calor.
-Pero, ¿cómo me levanto así?
-Ah… Ese es tu problema, jajaja.
-Oye…
-Es broma, ven, ponte detrás de mí y vamos despacio, además, no hay casi nadie aún.
Me levanté y me tapé un poco, pero Elena se pegó a mí, restregando un poco el culo contra mi paquete.
-Esto no ayuda. (le susurré)
-Va, vamos, que no hay nadie a penas.
Fuimos hacia la piscina y estando en el borde me agarró del brazo y me tiró a la piscina mientras se reía. El empalme se me bajó de golpe de lo fría que estaba el agua. Cuando salí a flote Elena se tiró a mi lado, abrazándose a mí.
-Tía, que cabrona eres…
-Joder, que fría. Dame calorcito…
-Otra cosa te voy a dar yo a ti…
-¿Se te ha bajado ya? Jajaja.
-Ha sido instantáneo.
-Bueno, ha funcionado.
Empezamos a nadar un poco, yendo hasta el fondo de la piscina, cerca de donde follamos la última vez. Elena me miraba sonriendo por obvias razones y yo le guiñé un ojo y me acerqué a ella.
-Javi, ni se te ocurra.
-Que nooooo, boba.
Elena fue hacia el borde, apoyando sus brazos en él mientras echaba la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos. Su cuerpo se elevó, quedando plano sobre el agua. Aquí fue donde aproveché para cobrarme mi venganza de haberme tirado tan de golpe al agua. Le cogí los pies, dando ella un respingo, poniéndose nerviosa de manera automática. Yo le sonreía para que se tranquilizara, masajeándole los pies de manera lenta, clavando mis pulgares en sus plantas y jugando con sus dedos, entrelazándolos con los míos. Verla tan cachonda hizo que me volviera a empalmar, más que antes de lanzarnos al agua. Cogí sus pies y los llevé hasta mi polla, para que la cogiera ella con ellos. Su respiración estaba como sofocada, incluso tenía chapetas en la cara. Era increíble como se excitaba cuando jugaba con sus pies.
-¿Estás cachondilla?
Elena asintió con su cabeza ligeramente. Entonces me saqué la polla para que me masturbara con sus pies, haciéndolo ella al instante mientras me miraba mordiéndose el labio. Cada vez lo hacía más rápido por lo que la paré y me acerqué a ella, guardándomela.
-Javi, eres un cabrón. Ya sabes como me pongo con eso…
-Claro que lo sé. ¿Te creías que no me iba a vengar por tirarme así al agua? Jajajaja.
-Tengo muchas ganas de follar…
-¿Sí?
-Sí, muchas.
-Ahora quieres que te folle aquí, ¿no?
-Bueno… -dijo mirando a ambos lados- Aún no hay mucha gente, podríamos hacerlo despacito y con cuidado.
-No, ahora soy yo el que no quiere.
-Javiiiiiii…
-Es que hay un problema.
-¿Cuál?
-Pues que estoy tan cachondo que no lo voy a poder hacer despacio. Quiero quitarte la parte de abajo y la de arriba y atarte las manos a la espalda y reventarte el coño hasta que chorrees.
-Ufffff…
-También tengo ganas de follarte ese culito. Llevo mucho sin hacerlo.
Elena soltó un jadeo alto. La miré bien y la notaba agitarse, bajando mi vista, notando que se estaba tocando.
-¿Te estás tocando?
-Sí. (dijo con una voz muy bajita y muy dulce)
-Mmm… Que guarrilla eres…
-Un poquito, pero es por tu culpa.
-Déjame que te toque yo.
-No me hagas gritar. Javi, te lo pido por favor.
-Vale, vale.
-¿Me puedo fiar de ti?
-En mi casa no pasó nada, ¿no?
-Vale, pero ten cuidado.
Empecé a tocar a Elena despacio mientras ella me miraba con ojitos, mordiéndose el labio, aún con unas chapetas muy visibles. Tenía el coño muy caliente, por lo que le metí rápidamente dos dedos, lanzando ella un jadeo. A los pocos segundos coló su mano por mí bañador para agarrarme la polla y empezar a pajearme. Cuando notaba que Elena se empezaba a estremecer, moviendo su cuerpo me soltó.
-Javi, para.
-¿Por qué?
-Porque estoy a punto y voy a gritar.
-No me jodas.
-No, si quiero que me jodas tú a mí. No puedo más, necesito que me folles, pero no quiero hacerlo aquí.
-¿Se te ocurre algo?
-¿Vamos al coche?
-Estamos empapados.
-Pues no sé, ¿a los baños?
-Sí, a estas horas deberían estar vacíos y limpios.
-Pues vamos.
-Tengo un problema.
-Yo me encargo. Voy a por una toalla y te tapas con ella y vamos corriendo a los baños.
-Vale.