LLUN ROC

Cuando estaba en el instituto vi cómo un compañero mayor que yo fue humillado por una chica más pequeña. El chico se llamaba Diego y la verdad es que me parecía bastante guapo, con la piel clara, el pelo oscuro y unos ojos muy azules. Yo tendría por esa época unos dieciséis y este chico me sacaba un par de años más, estaba en el último curso. Era de los más altos del instituto y se le veía pinta de deportista y tenía los brazos con bastante forma. Alguna vez pensé salir con él, pero por esa época era muy cortada como para acercarme a ningún chico mayor, y además estaba en esa edad en la que te gusta uno diferente cada mes.

Pero si por algo me acuerdo de Diego es por lo que le pasó una vez en el patio… había un grupito de chicas que iban a clase con su hermana pequeña y la estaban siempre molestando. Tendrían por entonces unos años menos que yo, como trece o catorce, pero yo las veía como auténticas crías. Generalmente los mayores no nos solíamos meter nunca en cosas de los más pequeños, aunque a veces afectasen a hermanos menores nuestros porque, no sé, nos parecía que eran cosas de críos. Pero Diego una vez intentó defender a su hermana. Es posible que ella le pidiera ayuda o a lo mejor fue iniciativa de él, eso no lo sé, el caso es que debía estar al tanto del problema que tenía su hermana con aquellas niñatas.

 Estaba yo con unas amigas y vimos a Diego andando muy rápido por el patio con su hermana pequeña al lado. Eso ya nos pareció raro porque en el patio nos juntábamos siempre con los de nuestra edad y era raro juntarse con los hermanos pequeños. La cosa es que les vimos acercarse al grupo aquel de chicas, que eran como seis o siete, y la hermana de Diego le señaló a una de ellas, que debía ser la líder. Supongo que todo el mundo sabe cómo es esto, en el instituto cuando está a punto de haber movidas, es como si se oliera. Así que se empezó a acercar la gente descaradamente. Mis amigas y yo estábamos cerca, así que no nos costó mucho pillar sitio para ver lo que se cocía.

Diego se acercó mucho a aquella chica, como intentando intimidarla. Recuerdo perfectamente la escena. Él llevaba ese día un pantalón de chándal largo y una camiseta oscura sin mangas, que le dejaban al descubierto los brazos. Tenía la piel muy lisa, como todos los chicos a esa edad, prácticamente no tenía apenas barba aún, pero con esa camiseta sí se le veían unas axilas velludas. ¡Me acuerdo que, por esa época, me parecía eso muy sexy en los chicos! La otra chica era mucho más bajita que él, rubia, poquita cosa, con el pelo recogido en dos trenzas y en ese momento estaba con un chupa-chups en la boca.

Él se puso muy serio y muy recto, como para que se notase bien la diferencia de altura, y le dijo que como no dejase en paz a su hermana tendría problemas… pero la chica en lugar asustarse le aguantó la mirada con toda la frialdad. La verdad es que no me esperaba para nada una reacción así de una chavalita, me acuerdo perfectamente de cómo le miraba fijamente a los ojos, hacía arriba, sin apenas inmutarse, sujetando el chupa-chups con los dientes. Y como estaban tan cerca, sin que Diego se diera cuenta, con total tranquilidad la cría alargó la mano hasta su paquete y le agarró los testículos apretando bastante. Estaba todo el patio mirando y la gente se quedó flipando. Hubo muchas risas, sobre todo de las chicas. El pobre Diego intentó aguantar como pudo, pero se veía que estaba sufriendo. Él intentó forcejar como pudo, trató de apretarle el brazo para que le soltara, pero no había manera. Aquella cría pequeña le tenía agarrado pero bien.

La verdad es que, visto desde fuera, la situación era de lo más cómica y reconozco que también me reí. Es difícil explicar lo que sentí al verlo, era como una mezcla de asombro, por un lado, al ver a una muchacha tan pequeña dominar a un chico como Diego, pero también vergüenza. Las amigas de la chica eran las que más se reían y no paraban de aplaudirla y animarla como locas.

A Diego se le veía cada vez más desesperado, con la cara toda contraída. Intentaba mantenerse más o menos erguido para conservar algo de dignidad, pero la verdad es que de poco servía… y acabó haciendo algo que, la verdad, fue lo peor que pudo hacer. ¡Le dio golpe a la chica en toda la cara! Primero de todo, yo creo que un chico jamás debe pegar a una chica, ¡y muchísimo menos si es más pequeña! Vale que le estaría haciendo daño porque es una zona muy sensible, y además de la vergüenza que debía estar pasando porque una cría pequeña lo estuviera venciendo de esa manera, agarrándolo de esas partes que para los chicos son tan vergonzosas… pero eso no justifica el golpe, él tenía mucha más fuerza y la podría haber hecho mucho daño. Y en segundo lugar… no fue muy inteligente enfadar a alguien que le podía llegar a hacer todavía más daño, como al final se vio. Pero claro, entiendo que en aquel momento no debía ser capaz de pensar con claridad.

El chupa-chups de la chica salió disparado y le hizo daño en la nariz, pero no consiguió su objetivo, que era que le soltase. En cuanto la chica se tocó la cara con la otra mano y se vio sangre, ahí ya sí que se volvió totalmente loca. Si ya antes parecía que le estaba haciendo daño, en ese momento ya empezó a apretarle con todas sus fuerzas y lo peor es que ya no era solo apretar, se notaba que estaba tirando de él y girando la mano. Si ya para un chico debe ser doloroso que le aprieten los huevos, ¡que se los retuerzan no quiero ni pensarlo!

Ahí ya sí que Diego se desmoronó totalmente. Perdió ya la poca dignidad que le quedaba, se dejó caer al suelo, pero la chica mantuvo el agarre y lo siguió hasta abajo. Ya de rodillas, se puso a llorar y a suplicar… la escena era tan lamentable que la verdad es que ya poca gente se reía, pero tampoco nadie salió en su ayuda. La mayoría de la gente se tapaba la boca, algunos chicos ponían caras de dolor y se llevaban las manos a sus partes y había chicas que miraban boquiabiertas, entre ellas su propia hermana, que no sabía ni dónde meterse la pobre. Solamente las amigas de la chica se seguían riendo y la animaban, cada vez más entusiasmadas, diciendo toda clase de barbaridades. Por mucho que Diego suplicaba y suplicaba, la chica siguió apretando y apretando hasta que al final llegaron los profes y lo soltó. Se los llevaron a los dos a jefatura de estudios y hubo gente que se siguió riendo al ver que Diego no se podía ni poner de pie, estuvieron un rato esperando y al final una profe le tuvo que ayudar.

Los acabaron expulsando una semana a los dos, porque al fin y al cabo él la había pegado en la cara y le había hecho sangre en la nariz, y eso, siendo además él más mayor, era bastante grave. Para ella debió ser una suerte que después de lo que había hecho, le cayera lo mismo que a él. En cambio, para Diego debió ser más humillante todavía, aunque igual fue un alivio para él estar una semana sin que le viéramos por allí… aquello de todas formas fue casi a final de curso, y al año siguiente no le volví a ver más.

A veces me acuerdo de esto y pienso lo humillante que debió ser para él que una cría varios años más pequeña le retorciera los huevos delante de todo el patio. ¿Cómo debe afectar eso a un chico? A mí reconozco que también me afectó aquello, al menos a la forma en que le veía. Ya dije que era un chico que me gustaba, pero cuando volvió al instituto después de aquello ya no le veía de la misma manera… aunque en su momento me pareciese guapo y tal, es como que ya no podía dejar de verle con una sensación muy rara, entre pena, vergüenza… y aunque suene feo decirlo también como un poco de risa y de asco. No sé, es difícil de explicar, pero el caso es que es como si de alguna manera ya no le viera como un chico. Me pregunto también qué pensaría su hermana de él después de aquello. Intentó ayudarla, pero terminó haciendo el ridículo de la manera más espantosa. No tengo hermanos mayores, pero me intento poner en su situación y sería difícil volver a sentir respeto por él después de algo así. Pero, sobre todo, me pregunto cómo debió ser para él. Para empezar, qué sentiría mientras duró esa situación. Si ya un golpe debe doler y ser vergonzoso, que una cría esté a punto de arrancarle a un tío las pelotas en público no me lo puedo ni imaginar. Pero además del dolor y la vergüenza del momento, está el efecto psicológico que pueda provocarle después, sobre todo siendo un chico tan joven. ¿Cómo le afectaría, ¿vería luego a las chicas de la misma manera?, ¿tendría problemas a la hora del sexo?

La verdad es que a veces pienso en lo que le pasó a Diego… creo que fue la primera vez que vi a un chico ser humillado de esa manera (aunque no la última) y ahora visto en perspectiva me da pena por él, pero, aunque me avergüence decirlo, me sigue haciendo un poco de gracia la situación y también me produce algo de admiración cómo una chiquilla puede conseguir poner de rodillas y suplicando a un tío más grande que ella si le tiene bien cogido por los huevos.

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