MOISÉS ESTÉVEZ
- Crees que no te hace falta mi ayuda ¿verdad? –
- Yo no he dicho eso en ningún momento –
- Pero tu aptitud te delata. Hace ya bastante, que tanto el capitán como
yo te estamos insistiendo y tú no das tu brazo a torcer. No permites que nos
acerquemos a ti, te muestras demasiado distante y piensas que estás bien,
cuando en realidad no es así – - ¿Eso crees? –
- No lo creo, lo sé –
- ¡Joder! La verdad es que es posible que lleves razón. Tengo que
reconocer que me está costando aceptar la situación sin él más de lo que creía
- No te preocupes y tranquilo, es lógico, dadas las circunstancias, y lo
que me estás diciendo ahora ya es un primer paso. Te propongo una cosa. Lo
dejamos aquí por hoy, entendiendo que para ti es difícil expresar tus
sentimientos, y si te parece bien nos vemos una vez por semana, cuando te
encuentres con ánimo, sin presión, verás como seguimos avanzando – - No me parece mal –
- Entonces perfecto. Lo que si te pido por favor es que me avises por lo
menos el día antes para cuadrar mi agenda, si es posible, de manera que
pueda estar contigo el tiempo que haga falta – - Está bien. Nos vemos entonces la semana que viene –
Nick abandonó la consulta de su terapeuta sintiéndose mejor, a pesar de
lo sucinta que fue la conversación. No esperaba tal cosa cuando llegó un rato
antes, quizás por lo escéptico que era con aquel tipo de terapias o simplemente
por que su estado de ánimo estaba más bajo de lo que creía, aunque a lo
mejor estaba equivocado…