ROCÍO PRIETO VALDIVIA
Para Itzel de Carmen
Un día te fuiste sin avisar
te amé tanto
como nunca a nadie pensé amar.
Tus ojitos,
solecitos eran para mi
tus pequeñas manos
acariciaron mi rostro
hoy no lo hacen más.
Vocecita,
hoy no te escucho sonreír
angelito,
ruiseñor eres para mi
imaginaba una larga vida
junto a ti.
Hoy ya no será así
te fuiste una tarde de abril
ese día dejé de existir
me arranqué la vida y morí.
Eras lo más amado
pequeñita mía
hoy estás en el cielo
riendo como lo hacías aquí.