LOURDES BLANCO
No despiertes todavía porque
cuando despiertes mis sueños
se habrán desvanecido en tus despertares.
Déjame imaginar que me amas.
Déjame sentir que tus manos,
ahora reposadas, son las caricias anheladas.
No despiertes aún, déjame que imagine
que tus ojos dormidos me recuerdan.
Déjame fantasear con que mi cuerpo, evaporado,
fluye a través de ti.
No despiertes todavía, duerme un rato más,
porque cuando despiertes
ya me habré ido.