ESRUZA
Cuando un objeto muy apreciado se rompe, intentamos repararlo, y al reunir los pedazos nos damos cuenta de que una pequeña parte, un pedacito tal vez minúsculo, se perdió. Intentamos buscarlo para que las piezas embonen y quede completo; si tenemos empeño y paciencia, lo logramos y podremos unirlo; si no, no conseguiremos nuestro objetivo y se perderá sin remedio.
Lo mismo sucede con las relaciones interpersonales cuando se pierde la confianza, cuando ya no creemos, cuando se pierde la ilusión y la fantasía; si no intentamos recomponer nada, todo se pierde, quedó en pedazos, uno de esos pedazos se perdió. Tal vez era pequeño o tal vez lo magnificamos.