SERGIO CANEVA
Con el tiempo descubrí
que para abrazar hay que soltar,
y para soltar,
hay que abrir las ventanas del corazón,
sacarles el cerrojo a las celosías,
despojarnos de la mochila.
No se puede abrazar
sin antes haber soltado
aquello que cargamos,
lo que nos separa,
lo que daña, lo que pesa,
lo que nos impide abrazar al otro
sin hipocresía, sin revivir la ofensa,
sin remover la herida.
Debemos bajar la guardia,
aunque nos cueste, aunque nos lastimen,
aunque tengamos que levantarnos mil veces
y mil veces volvamos a caer
No podemos ir por la vida a la defensiva
con una coraza
para que no nos hieran
De otra forma
nos perdemos el disfrutar de personas,
y momentos que pasarán
sin haberlos vivido,
por temor, miedo, o simplemente,
por juzgar de ante mano
lo que en verdad no sabemos ni conocemos.