ROSA BURGADA

ACCESIBILIDAD Y   SOCIEDAD

 El término “accesibilidad” proviene de “acceso”, acción de llegar y acercarse, o bien entrada o paso. Aplicado al uso del espacio o de objetos y tecnologías, y especialmente con relación a ciertos colectivos de población con dificultades funcionales, la palabra adquiere un matiz menos neutro, más expresivo de los beneficios que se derivan de la interacción con el entorno o con otras personas.

  No habiendo una definición única o generalizada del término que responda a la acepción citada[1], nos acogemos a la que establece el denominado Concepto Europeo de Accesibilidad (CCPT, 1996):

La accesibilidad es una característica básica del entorno construido. Es la condición que posibilita el llegar, entrar, salir y utilizar las casas, las tiendas, los teatros, los parques y los lugares de trabajo. La accesibilidad permite a las personas participar en las actividades sociales y económicas para las que se ha concebido el entorno construido.

  Desde este punto de vista, la falta de accesibilidad implicará marginación y pérdida de calidad de vida para cualquier persona, pero es indudable que las personas con discapacidades serán las más afectadas ante su ausencia o inaccesibilidad. Consideramos, de acuerdo con el documento   -Hacia una Europa sin barreras para las personas con discapacidad de la Comisión de las Comunidades Europeas (2.000)-que las barreras, expresión de esa inaccesibilidad- y no las limitaciones funcionales de las personas son el elemento clave sobre el que actuar, tanto a favor de las personas con limitaciones funcionales:

la Unión Europea parte de la premisa de que las barreras presentes en el entorno obstaculizan la participación social en mayor medida que las limitaciones funcionales.

  Como a favor del resto de la población: los logros en materia de acceso para las personas con discapacidad inciden positivamente en otros ámbitos tales como la calidad de vida profesional, la protección de los consumidores y la competitividad de la industria europea

  La problemática de la accesibilidad es, por tanto, dispersa por lo que es preciso actuar sobre múltiples sectores de forma coherente, única forma de llevar a buen término la promoción de accesibilidad con los mejores resultados. Las actuaciones deben ser complementarias y acometerse de forma combinada:

De nada sirve el hecho de que existan autobuses o trenes accesibles, si las personas con discapacidades motrices no pueden llegar a la parada de autobús o a la estación de tren ni utilizar un distribuidor automático de billetes. Para colmar estas deficiencias sería necesario desarrollar un marco general que aborde los problemas de accesibilidad entre sistemas de transporte, edificios y otras zonas públicas.  Y ya no hablamos de las barreras que ponen las mismas personas, sin   darse o dándose cuenta “haberlas haylas” ….  Barreras que, con un poco de civismo, podrían ir desapareciendo…. Por ejemplo, aparcar en un paso de peatones (aunque sea solo cinco minutos) o también por ocupar la acera al hacer obras en alguna finca y poner un desvió para que las personas bajen al arcén sin ningún tipo de rampa, con la pequeña y tonta consecuencia que las personas que transitamos en silla de ruedas, hemos de retroceder y buscar un punto accesible para continuar nuestro camino.

 Intentar hacer una sociedad más justa y accesible para todos discapacitados, ancianos y demás colectivos no es ninguna tontería …es una necesidad y un deber cívico.

COJONUDA.WORDPRESS.COM

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