ANA MARÍA OTERO
No me hables de marchar cuando acabas de llegar.
Disfrutemos del momento e imaginemos que será eterno.
¿Y si nos escondemos detrás de una esquina y apartando todo mal para que hasta allí no pueda llegar, juntos vemos la vida pasar?
Sí, lo sé, eso es sólo una utopía pero podemos acercarnos y en un mismo sueño los dos mezclados intentar soñarlo, imaginando que algo bueno va a pasar.
¿Y si por alguna mágica casualidad al despertar descubrimos que el sueño es real?
No, mejor no me digas lo que piensas y tú sencillamente sueña, disfrutando de una realidad que tal vez, sólo tal vez, podría ser real un día.