ANA MARÍA OTERO
Espontáneo, inesperado,
de un segundo a otro preparado.
Sin renglón y sin guión,
sin avisar apareció.
Era inimaginable,
no había algo preparado,
pero cuando miró hacia lo alto,
descubrió que el trabajo ya estaba acabado.
Sería un milagro
o tal vez un regalo mágico
que merecido o no,
sin pedirlo apareció.