LOURDES FRANQUET
Mano de santo, es lo que eres
En esos días en que me pierdo
En esa niebla de espesa pena
Que me adormece, que me atormenta
Para borrarla, evaporarla
Cual magna estrella que me calienta
Que me conforta, que me sustenta
Como un nonato en su placenta
Mano de santo, la que tú tienes
Cuando enloquezco, loco de ira
Sin un motivo, con bastardía
Que me embrutece, que me domina
Para domarla, para amansarla
Cual amazona, con valentía
Que me somete, que me cautiva
Como un guerrero, con osadía
Mano de santo, así te siento
En los momentos en el que el miedo
Mata mi mundo, mi entendimiento
Me sobrecoge, con desaliento
Para abordarlo, para enfrentarlo
Cual gran torrente, que se desboca
Que me motiva, que me provoca
Como un alud, como una roca
Mano de santo, cuerpo de infarto
Pechos turgentes, sexo caliente
Nalgas carnosas, boca sabrosa
Y esas caderas que me alborotan
Que me sublevan esos instintos
De poseerte como un adicto
De que me mimes, de que me cures
Y que por siempre tú en mí perdures