ANA MARÍA OTERO
Hace un rato estabas conmigo,
pero ahora te he perdido.
Me bombardeabas con ideas,
planes y mil temas.
No tenía tiempo suficiente
para ocuparme de todo lo que me ofrecías.
Pero ahora no te escucho.
¿Por qué te has marchado
si sabes que te necesito
aquí conmigo?
Oh, maldita inspiración,
¿dónde diablos se escondió?