MOISÉS ESTÉVEZ
Le confesé a mi padre lo que había hecho con algo de temor, pero ni
puta cuenta – hacerme con un arma – Estaba tan borracho que ni siquiera me
escuchó. No estar sobrio era lo único que le importaba, eso y de vez en cuando
sacudirle a mi madre. Yo hasta ahora me había librado, aunque cada vez que
ella sufría la ira de aquel indeseable, era como si la paliza me la propinaran a
mí. Craso error cometió al no atender mi confesión – La próxima vez que toques
a mi madre te descerrajo un tiro…