ESRUZA
Niño mío que me miras desde el cielo,
seguro tienes los cabellos del color del sol,
y tus claros ojos me miran con ternura.
Quisiera haberte acunado en mis brazos
y haberte dado todo mi amor y cuidados.
Niño mío, te fuiste, no vi tu rostro,
pero lo adivino: hermoso, lleno de luz
como el de un ángel.
Sí, eres un ángel.
No estuviste en mi vida,
no te vi crecer, no te vi jugar.
No pude retenerte conmigo,
te fuiste y sólo dejaste dolor.
Niño mío, te hubiera amado tanto,
hubiera vestido tu cuna de azul.
Le hubieras dado sentido a mi vida,
y serías un ser noble hoy.
Serías el reflejo de un gran amor
¡Niño mío!