ANA MARÍA OTERO
Aunque no sea en mí lo habitual, dado que todavía no quiero morir, siento que sí o sí debo intervenir. Venga, deja ya de mirar de soslayo. ¿Por qué no te acercas si es eso lo que deseas? Sí, no necesito que digas algo para saber que antes de actuar quieres tener las seguridad de que tu intervención no va a estropear algo que los dos presumimos excepcional.
Tú deseas tocarme, tanto como yo a ti besarte. Cuerpo sobre cuerpo. Una ensoñación que no tiene por qué acabar con el despertar.
Dime, ¿te atreves a seguir, a soñar un sueño que no dudo aniquilará en ti las ganas de despertar?