ISA HDEZ
Mi casa blanca
en las montañas glaucas
resplandecía.
Por la vereda
en la noche estrellada
cae el rocío.
Sube de prisa
con temor a las sombras,
va silenciosa.
Tiembla su cuerpo
gélida y solitaria
grita su alma.
Acogedora
calidez y refugio,
volcán y vida. ©
Muchas gracias.
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