SARA LEVESQUE
Siempre me sacas los colores más cálidos en mi tapiz pálido, la piel tan caliente que la siente toda la gente, bien cachondo el Corazón latiendo sobre tu colchón, dilatadas las pupilas cuando por su mirada oscilas, me enrojeces las mejillas si me espías a hurtadillas, encharcas mi otoño hambriento de tu madroño…
Desde el alba hasta tu horizonte, el calor nunca quema si pasea por tu frondoso monte. ©
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