ESRUZA
Hace unos días recibí un obsequio: una botella de vino con un pequeño ramito de azaleas, éstas venían en una pequeña cajita transparente; curiosamente metidas en una especie de jeringa con agua, para que no se secaran. La tarjeta era de una florería de México.
No tenía remitente, llamé a la florería y me dijeron que tenían instrucciones de no decirlo, no insistí. Por un momento, pensé en alguien, pero el pensamiento huyó rápidamente de mí, esa persona ni es detallista ni es dadivosa. La interrogante sigue en el aire, pero me preguntaba ¿cómo supieron mi dirección?
Las azaleas se secaron ya, y me tomé una copa de vino brindando por quien hizo el envío.
Bueno, ayer me llamó mi primo consentido, diciéndome que leyó mi publicación y quería saber si me había gustado el vino. Ja!