ADÁN ECHEVERRÍA
Préstame tu vestido y ese lipstick de metal
que he de dibujarme la violencia de la noche carnicera
Préstame tu bastoncillo de ruletero
que la noche no nos basta para aplaudirnos las ganas de despedazarnos
Préstame la madrugada de tus ojos
todo ese simulacro de pertenecernos más allá de los eclipses
Dóblate doblégalos
dime que soy tu más ardiente perra
El fauno que te nombra se ha perdido en el paisaje
Dime que soy tu dios quiero llegarte hasta lo más profundo del grito
Dime que la mujer que soy te quiere penetrar con aullidos las neuronas
Préstame tu bigote tus labios tus omóplatos equidistantes a la furia
que el terciopelo de mi cuerpo te habrá de bendecir la palabra
Ábrete y da vueltas por la cama
ábreme las piernas los labios las axilas
ahí la metálica lengua irá borrando tus condenas de opio simulado
Las condenas de una cruz marchita entre tus piernas
Ábrete en canal y con cuidado rómpeme las membranas de la dicha
el agua revolucionaria de tenernos día y noche
como esas mandarinas que nos sangran por cada vértebra que somos
Deja de buscarme en los recuerdos en los sabores
que la negritud del cuerpo esplande entre los dedos
uno a uno y hecha agua te has disuelto sobre mi arpa
caléndula distante
Ah la maldita mandarina etérea
solo un roce
el necesario para tanto humo en los confines del planeta
donde habremos de decirnos que sí
que el cinturón y la luna de tus días se irán resquebrajando en cada golpe
Préstame ese lubricante y entiérrame las manos por toda la carne
para nacer desde las cactáceas de tu cuerpo
hecho noche hecho sangre hecho espino
Vengan todos a comer de mi agua cárdena
de mi carne a borbollones de metal
no me oyes más leve que las hojas
Seamos el mercurio intemperante
que derrama cada rincón iluminado de relámpagos
Aquel relampaguear de orgasmo en la sinfonía de hoteles
y cardúmenes y hoteles y jaurías y hoteles
Préstame tu nombre para borrarte los ojos
y sacarte la fiera que constante carcome las ideas
Dime que sí
que todos habremos de naufragar en el silencio
y despedazados quedaremos
exhaustos ya del holocausto