ESRUZA
Infausta sensación que invade mi mente, mi cuerpo,
mi alma, y que se clava directamente en mi pecho.
Angustia que no deja razonar, que no deja pensar con lucidez
para resolver lo que hay que resolver.
Qué grande, incontrolable debió haber sido la tuya;
maldita sensación que te indujo a quitarte la vida.
Razones pudo haber muchas, pero nunca las sabré y
me quedé en un mar de preguntas sin respuestas.
Cuando pienso en ti, la angustia que siento se agiganta
y no la puedo controlar, sumándose el peso de tu
irrazonable ausencia a las ausencias que hoy me hacen daño.
Esa sensación la siento recorrer todo mi cuerpo, se vuelve física,
y se clava criminalmente en mi corazón, en mi mente y en mi alma.
Ausencias que lastiman y sólo dejan un mar de irrazonable angustia.
Jesucristo tiene la solución para tu angustia entrega tu vida en las manos de Jesucristo …
Me gustaMe gusta