ANA MARÍA OTERO
Ya sé que te irás y que nunca más volverás, pero por favor,
espera conmigo hasta que me quede dormido. Así aunque no sea verdad,
tal vez sueñe que me encuentro a tu lado, perdido entre tus brazos,
en tu cuerpo fundido.
Sí, tienes razón. Claro que sé que cuando acabe el sueño inevitablemente
se confirmará que mi ángel se marchó, pero en ese momento
y como cualquier otro tonto enamorado, me consolaré confiando en que,
aunque sea en un sueño, cuando acabe el día e igual que la noche anterior,
podré volar hasta ese lugar en el que ahora y siempre me encontraré con la verdadera dueña de mi corazón.